Mundo Salud

Este es un espacio de noticias y consejos relacionados con la nutrición, la salud y el estilo de vida, para estar al tanto de los avances de la ciencia y practicar el auto cuidado responsable.

domingo, enero 20, 2008

Dieta mediterránea contra el asma y la alergia

Recientes investigaciones revelaron que los hijos de mujeres que se alimentan sobre la base de frutas y vegetales durante el embarazo son mucho menos propensos a desarrollar asma o alergias en el futuro.

Asimismo, comer vegetales más de ocho veces a la semana, pescado más de tres veces semanales y legumbres en más de una ocasión a la semana, parece mejorar la protección, indicaron los expertos en la revista Thorax.

La combinación de alimentos saludables que contienen una serie de antioxidantes y nutrientes conocidos haría la diferencia, aunque se requieren más estudios para mostrar exactamente cómo sucede eso, añadieron los autores.

"Se necesitan más investigaciones para comprender mejor los mecanismos de este efecto protector", señaló el equipo de Leda Chatzi, de la Universidad de Creta.

Los resultados suman evidencia de los beneficios para la salud de la dieta mediterránea y destacan el poder de los vegetales, el pescado y los ácidos grasos del aceite de oliva y canola, sobre la carne roja.

Los investigadores basaron sus hallazgos en 468 mujeres embarazadas a las que siguieron durante seis años y medio después del parto, utilizando cuestionarios sobre la alimentación.

Los padres ofrecieron detalles sobre los síntomas respiratorios y alérgicos de sus hijos, que también fueron evaluados sobre sibilancias y alergias persistentes.

Los hijos de madres que habían consumido una dieta mediterránea eran un 80 % menos propensos a tener sibilancias persistentes, el síntoma más común del asma infantil, reveló el estudio.

Asimismo, eran un 45 % menos proclives a desarrollar alergias. Al mismo tiempo, los chicos de mujeres que consumían más carne roja parecían correr más riesgo de desarrollar estos problemas, mientras que la dieta de los niños no parecía importar, dijeron los autores.

Fuente: Reuters.

Beber alcohol reduce niveles de azúcar en sangre

Así lo reveló un reciente estudio, que determinó la causa del “beneficio” para los diabéticos. El alcohol enviaría más sangre a la región del páncreas encargada de producir insulina y contribuiría a la baja de la glucosa.

Se sabe que beber alcohol disminuye los niveles de azúcar en sangre en los diabéticos.

Ahora, un nuevo estudio en animales explica el mecanismo que logra ese efecto, según publicó la revista Endocrinology.

Los resultados demuestran que el alcohol produce "una redistribución masiva del flujo sanguíneo en el páncreas", dijo a Reuters Health el autor principal del estudio, el doctor Ake Sjoholm, del Instituto Karolinska, en Estocolmo.

El alcohol enviaría más sangre a una región del páncreas llamada islotes. Estos contienen células, cuya función principal es producir insulina, la hormona clave que reduce los niveles de azúcar en sangre.

Sjoholm y el doctor Zhen Huang demostraron con varias técnicas que el flujo sanguíneo a los islotes pancreáticos se cuadruplica en ratas después de una inyección de etanol.

En cambio, el flujo sanguíneo general al páncreas no sufrió alteraciones.

"Nos sorprendió la magnitud del efecto del alcohol sobre el flujo sanguíneo a los islotes", dijo Sjoholm. La inyección de alcohol provocó también un aumento de la secreción de insulina, lo que redujo los niveles de glucosa.

Un estudio más profundo demostró que el alcohol produce modificaciones en el flujo sanguíneo pancreático, al alterar una sustancia química llamada óxido nítrico y el nervio vago, que es responsable de enviar muchas señales importantes al organismo.

Sjoholm recomienda que los médicos hablen con sus pacientes diabéticos y con problemas hepáticos para que sean cuidadosos con el consumo de alcohol, en especial si están usando fármacos para reducir la glucosa en sangre, ya que esa medicación podría potenciar los efectos del alcohol.

Fuente: Reuters/Infobae.

No todo se reduce a naranjas y pomelos

Más allá de que, de acuerdo con un estudio realizado en el Reino Unido, las personas que cuentan con concentraciones más altas de vitamina C en sangre, presentan 42% menos de riesgo de tener un accidente cerebrovascular (ACV), lo real es que la vitamina C tiene muchas otras funciones, conocidas desde mucho antes que éste de la prevención de problemas cerebrovasculares.

De hecho, la vitamina C o ácido ascórbico es necesaria para el desarrollo y la reparación de los tejidos de todas las partes del cuerpo aunque también para la cicatrización de las heridas y la reparación de los cartílagos, huesos y dientes.

Debido a la incapacidad del organismo para producirla, es necesario consumir vitamina C mediante la ingesta de alimentos que la contengan y eliminar el excedente mediante la orina, tal como sucede con otras vitaminas hidrosolubles.

Algo más. La vitamina C es uno de muchos antioxidantes, nutrientes cuya acción consiste en bloquear parte del daño causado por los radicales libres, que se activan cuando el cuerpo transforma alimentos en energía.

El estudio, que incluyó información -cuestionarios de hábitos, historias clínicas y antecedentes familiares y muestras de sangre- de más de 20 mil personas de entre 40 y 79 años de edad habitantes de Reino Unido, se extendió por 9.5 años. Durante ese período, 448 de los participantes padecieron un ACV.

Luego de evaluar la prevalencia de otros factores de riesgo como el sexo, el tabaquismo, el Índice de Masa Corporal (IMC), el nivel de colesterol y la presión arterial, la diabetes, el consumo de alcohol, la actividad física y los antecedentes de enfermedad cardiaca, los investigadores encontraron que los que tenían los niveles más altos de vitamina C en la sangre presentaban menos posibilidades de sufrir un ACV.

Fuente: SaludyCiencias.com.ar.

Realizar actividad física ayuda a atenuar los síntomas de la menopausia

La menopausia o fecha del último período menstrual de una mujer, no marca sólo el fin de la capacidad reproductiva sino que abre un ciclo conocido formalmente como climaterio, en el cual la protagonista deberá enfrentar y hacerse cargo de una serie de cambios sustanciales que, de a poco, van haciéndose sentir.

Por otro lado, cabe remarcar que los cambios producidos durante el climaterio no son sólo físicos o clínicos, sino que también pueden aparecer condiciones más relacionadas con lo psicosomático, como por ejemplo el estrés, los trastornos de ansiedad y la depresión.

Caminatas diarias, la opción elegida por los especialistas
A lo largo de los años los especialistas han trabajado para identificar factores o herramientas que permitan a las mujeres enfrentar esta etapa de una mejor forma. En ese contexto, los investigadores de la Universidad de Pensilvania dieron a conocer esta semana, en la más reciente edición de la publicación especializada Medicine & Science in Sports & Exercise, los resultados de un estudio que incluyó a 380 mujeres, a partir del cual pudieron establecer que realizar actividad física ayuda a atenuar los síntomas de la menopausia y a disminuir la ansiedad.

"Si bien con la investigación pretendíamos encontrar una alternativa eficaz y menos arriesgada que ayudara a combatir los calores o sofocos, dejando de lado la terapia de reemplazo hormonal -la clásica consiste en la administración de estrógenos equino conjugados y medorxy progesterona-, nos encontramos con que la actividad física no es de utilidad para este fin aunque sí es sumamente valiosa a la hora de enfrentar el estrés y la ansiedad pero también para evitar la depresión", explicó la líder del estudio y profesora de ginecoobstetricia, doctora Deborah Nelson.

Aunque los resultados no fueron los esperados, la especialista agregó: "No encontramos una relación cierta entre la actividad física y los calores pero sí hallamos que el nivel de ansiedad y estrés así como también las posibilidades de desarrollar depresión disminuyen notablemente al hacer ejercicio. Creemos que esto es, tal vez, más sustancial debido a que los calores suelen ocupar sólo un tramo de este proceso conocido como menopausia o climaterio que comienza alrededor de los 50 y suele extenderse por diez años".

Al margen de la posibilidad de darle batalla a los síntomas, la actividad física resulta sustancial para evitar el incremento de peso, otra de las problemáticas asociadas más frecuentes.

"En el período posmenopáusico, las mujeres no sólo aumentan de peso, sino que además se producen cambios en el esquema corporal, es decir que la materia grasa va cambiando de lugar. Por eso la mejor recomendación que se puede dar es que hagan dieta y realicen ejercicio", expresó a Pro-Salud News la doctora Silvina Witis, médica especialista en Ginecología y Endocrinología Ginecológica, jefa de Ginecología de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC).

Con respecto al tipo de actividad recomendada, tanto la especialista local como los responsables de la investigación coincidieron: las caminatas constituyen la mejor opción.

"Lo más sorprendente fue darnos cuenta de que una simple caminata que cualquier mujer puede incorporar a su rutina diaria y que de hecho suele ser una propuesta mucho más tentadora que, por ejemplo, pasar dos horas por día en el gimnasio, es la respuesta a nuestras preguntas. Ahora resta resolver qué sucede cuando la cantidad de ejercicio es mayor", refirió la doctora Nelson, en referencia a la investigación que comenzó en 1996 y se extendió por ocho años, y de la cual participaron mujeres cuyo promedio de edad era 42 años. A lo largo de la experiencia, las involucradas realizaron caminatas de entre 15 y 90 minutos hasta cinco veces a la semana.

"El ejercicio y la dieta son las mejores opciones para prevenir el sobrepeso y las enfermedades asociadas al advenimiento de la menopausia, período que acarrea el fin de la producción de estrógenos y por ende, la disminución de la protección extra, en materia cardiovascular, con que contábamos hasta ese momento las mujeres", concluyó la doctora Liliana Grinfeld, médica cardióloga, presidenta de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), al ser consultada por los beneficios de la actividad física.

¿Qué son y por qué se producen los calores?
De acuerdo con los especialistas, los sofocos -sensación súbita de calor intenso en la cara, el cuello y el pecho que se acompaña de enrojecimiento cutáneo difuso o localizado, episodios de sudoración y a veces de aceleración del ritmo cardíaco-, tienen diferente duración y se generan porque al disminuir el nivel de producción hormonal, el centro de regulación de temperatura del cerebro se altera.

Esto explica por qué al hacer ejercicio, situación que genera que el calor corporal se incremente, las mujeres no encuentran una forma de paliar los calores.

Fuente: Agencia Pro-Salud.

Jóvenes que se creen poco populares son más propensas a engordar

Las adolescentes que se colocan a sí mismas al final de la lista de popularidad son más propensas a engordar en el tiempo que aquellas con una visión más positiva de su lugar social, demostró un nuevo estudio.

Por lo tanto, los programas para prevenir el sobrepeso y la obesidad en adolescentes deberían ayudar a mejorar su autoestima y los hábitos físicos y alimentarios, dijo a Reuters Health la coautora de estudio, Adina R. Lemeshow.

En el estudio, realizado mientras Lemeshow finalizaba los estudios en la Escuela de Salud Pública de Harvard, en Boston, los investigadores controlaron a 4.446 adolescentes de 12 a 18 años durante dos años.

Todas calificaron su lugar social según una "escalera" de 10 puntos; en la base estaban las "personas que nadie respetaba y con las que nadie quería andar" y, en la cima, "las personas a las que más se respetaba en la escuela y con mejor lugar social".

La calificación promedio era de 7.7 puntos, mientras que el 4 % se atribuyó 4 puntos o menos.

Tras descartar varios factores que podían influir en el nivel social y el aumento del peso, como el índice de masa corporal (IMC) al inicio del estudio, los ingresos familiares y la autoestima, el equipo halló que las adolescentes que se consideraban a sí mismas en la posición social más baja eran un 69 % más propensas a aumentar 2 puntos el IMC en los siguientes 2 años.

Esto equivale a aumentar 5 kilos más de lo esperado, explicó Lemeshow, que ahora trabaja en el Departamento de Salud Mental e Higiene de Nueva York.

"Sería útil para las adolescentes tener programas orientados a reforzar las habilidades personales o a enfrentar problemas y desafíos sociales" al buscar cómo prevenir la obesidad, dijo.

En un editorial sobre el estudio, los doctores Clea McNeely y Robert Crosnoe, de la Johns Hopkins University, destacaron que el bajo nivel social, político y económico son causas básicas de enfermedad.

El nuevo estudio sugiere que el nivel social autopercibido y subjetivo también puede provocar enfermedad, indicaron los autores.

Por eso, el diseño de las intervenciones destinadas a tratar la obesidad en el contexto social debe hacerse con cuidado, dijeron.

"Agrupar a adolescentes en distinta situación de riesgo para administrarles una intervención conductual puede empeorar las cosas al crear una nueva cultura de pares organizada en torno a las conductas que la intervención intenta modificar", expresaron.

McNeely y Crosnoe invitan a comprender mejor cómo los adolescentes influyen entre sí en términos de hábitos de salud para asegurar la efectividad de las intervenciones.

Fuente: Reuters.

Obesidad y síntomas de asma

Un nuevo estudio, publicado en “Thorax”, ha demostrado que el asma en los adultos obesos tiene síntomas más graves que en los asmáticos con peso normal, lo que sugiere que los kilos de más exacerban esta enfermedad pulmonar.

Distintos estudios hallaron que las personas obesas tienen más riesgo de desarrollar asma, pero se desconoce cómo el peso influye en la gravedad de la condición respiratoria.

En este nuevo estudio, dirigido por el Dr. Fernando Holguin, de la Emory University (EEUU), los investigadores hallaron entre más de 3.000 adultos con asma que aquellos con obesidad solían tener síntomas más graves y duraderos que el resto, además de perder más días de trabajo.
Esta tendencia se mantuvo tras considerar distintos factores relacionados con la salud, como la edad, la etnia, los ingresos y los antecedentes familiares de asma.

Los resultados sugieren que el control del peso debería ser fundamental en el manejo del asma. La investigación incluyó a 3.095 adultos que respondieron sobre sus síntomas asmáticos en los cinco años anteriores. Un tercio era obeso.

El equipo halló que, comparados con los adultos con peso normal, los obesos eran un 66% más propensos a decir que habían sufrido síntomas permanentes en el último mes y un 44%, a tener síntomas de asma grave y continua.

Los asmáticos obesos necesitaban más fármacos y perdían más días laborales.

Los resultados, según el equipo, no demuestran que la obesidad en sí agrave el asma y aún se ignora por qué el peso excesivo agravaría biológicamente el asma. “No en todo adulto asmático que engorda se agrava la enfermedad", destacaron los autores.
Aún así, concluyó el equipo, la evidencia que relaciona la obesidad con la gravedad del asma es suficientemente sólida como para influir en el manejo de la enfermedad.

Fuente: Revista Thorax.

Carotenoides, vitamina E y riesgo de cataratas

Las mujeres que consumen a través de la dieta más cantidad de los carotenoides luteína y zeaxantina, componentes que se encuentran en las verduras de hoja oscura y en los que poseen un color de tonalidades amarillas, además de mayor cantidad de vitamina E procedente de alimentos o suplementos, parecen tener un menor riesgo de desarrollar cataratas, según un estudio de la Universidad de Harvard que se publica en "Archives of Ophthalmology".

Se cree que la vitamina E, C, el betacaroteno, la luteína y la zeaxantina tienen propiedades antioxidantes. La luteína y la zeaxantina son los únicos carotenoides, pigmentos de plantas amarillas, presentes en el cristalino del ojo humano y podrían también proteger frente a las cataratas al filtrar la luz azul dañina.

Según señalan los investigadores, la hipótesis oxidativa de la formación de las cataratas postula que las especies de oxígeno reactivo dañan las proteínas del cristalino y las membranas celulares y que nutrientes con propiedades antioxidantes protegen frente a estos cambios.

Los científicos evaluaron la dieta de más de 35.000 mujeres participantes en el Women's Health Study, iniciado en 1993. Fueron seguidas durante una media de 10 años y las dietas de las que desarrollaron cataratas, aproximadamente 2.000, se compararon con las de las mujeres que no desarrollaron la enfermedad.

Clasificaron en cinco grupos a las participantes, según su consumo de luteína y zeaxantina. Las que consumieron más cantidad de estos nutrientes, unos 6.7 microgramos diarios, presentaron 18% menos probabilidades de desarrollar cataratas en comparación con las que consumían menos de 1.18 microgramos diarios. Las del grupo que consumía más vitamina E, unos 262.4 miligramos al día, fueron un 14% menos propensas que las que consumían menos, con 4.4 miligramos diarios.

Los datos indican, según los autores, que los mayores consumos de luteína y zeaxantina y de vitamina E están asociados con un menor riesgo de cataratas. Hasta el momento no existían estudios sobre la luteína y la zeaxantina y los datos ayudarán a clarificar los beneficios del uso de suplementos de estos nutrientes, proporcionando una evidencia más veraz sobre las recomendaciones de salud pública para la prevención de las cataratas a través de suplementos vitamínicos.

Fuente: Archives of Ophthalmology.

Miles de genes influyen en el peso

Investigadores del Monell Chemical Senses Center (EEUU) publican en "BMC Genetics" una investigación que ha tratado de terminar el número de genes que contribuyen a la obesidad y al peso corporal en general.

Sus resultados cifran en más de 6.000 -alrededor del 25% del genoma humano- los genes que determinan el peso individual.

Según los autores, las noticias y artículos sobre el descubrimiento de "un nuevo gen de la obesidad" son cada vez más frecuentes. Nuestro trabajo quiere poner de manifiesto que cada gen de la obesidad recién descubierto no es más que uno de los miles de genes que influyen en el peso corporal.

Para llegar a esa conclusión, los autores trabajaron con la Base de Datos del Genoma del Ratón del Jackson Laboratory en busca de información sobre peso corporal en estirpes de ratones knock out, manipulados genéticamente para carecer de un gen específico.

La investigación reveló que el peso corporal estaba alterado en un tercio de los ratones knock out viables. El 31% pesaba menos que los ratones normales –lo que significa que el gen eliminado contribuía a un mayor peso corporal- mientras que un 3% pesaba más –el gen perdido contribuía a un menor peso-. Extrapolando las cifras al genoma entero del ratón, los autores señalan que más de 6.000 genes contribuyen potencialmente al peso corporal de estos roedores. Lo que es interesante, a su juicio, es haber observado que hay 10 veces más genes que determinan un exceso de peso que genes que contribuyan a un peso inferior al normal, lo que ayuda a explicar por qué adelgazar es más difícil que engordar.

Fuente: BMC Genetics.

Zanahorias transgénicas con más calcio

Investigadores del Baylor College of Medicine y de la A&M University de Texas (EEUU) han modificado zanahorias genéticamente para que contengan mayor cantidad de un gen que permite el transporte de calcio a través de las membranas de las células vegetales. Estas zanahorias transgénicas, que los científicos presentan en la edición digital de "Proceedings of the National Academy of Sciences", podrían convertirse en una mejor fuente de calcio para ayudar, por ejemplo, a prevenir la osteoporosis.

Según explican los investigadores, "la ligera alteración del gen sCAX1 para convertirlo en un transportador más activo permite aumentar el calcio de las zanahorias".

En un estudio anterior los investigadores descubrieron que ratones que eran alimentados con las zanahorias que portaban el gen modificado podían obtener la misma cantidad de calcio que aquellos que comían doble cantidad de zanahorias normales. En un estudio con 30 personas adultas, las que comieron las zanahorias transgénicas absorbieron un 41% más calcio que aquellas que tomaron las naturales.

Los autores explican que estas zanahorias crecieron bajo un control cuidadoso y en un ambiente controlado, aunque apuntan la necesidad de una investigación en mayor profundidad antes de que este alimento llegue al consumidor final.

Fuente: Proceedings of the National Academy of Sciences.

Chocolate y osteoporosis

A pesar de que varios estudios están demostrando que el consumo de chocolate negro es bueno para la salud cardiovascular, una nueva investigación advierte que una excesiva ingesta puede ser perjudicial para la salud ósea.

Científicos de la Universidad de Western Australia publican en el "American Journal of Clinical Nutrition" que las mujeres de edad avanzada que consumen chocolate todos los días tienen huesos más frágiles.

Se trata del primer estudio que ha analizado la posible relación entre el consumo de chocolate y la estructura ósea, planteando la posibilidad de que incremente el riesgo de osteoporosis y fracturas.

Los autores explican que el chocolate es rico en flavonoides, los cuales pueden ser beneficiosos para los huesos, pero también contiene oxalato, sustancia que bloquea la absorción de calcio y azúcar, lo cual estimula la excreción de calcio.

En el estudio participaron 1.001 mujeres de 70 a 85 años. Aquellas que consumían chocolate a diario presentaban una densidad mineral ósea un 3.1% más baja que las que consumían chocolate menos de una vez por semana. Dado que las mayores consumidoras de chocolate comían, en promedio, la misma cantidad de fruta y verdura que el resto y la misma cantidad de grasas saturadas, hidratos de carbono y azúcar, los autores concluyen que la menor densidad mineral ósea observada en estas mujeres no se debe a que su dieta en general sea distinta, sino que parece deberse a su mayor ingesta de chocolate.

Fuente: Jano.es.

Comer en familia previene trastornos de la alimentación

MADRID.- La segunda fase de un estudio estadounidense sobre adolescentes y hábitos alimenticios ha concluido que compartir comidas frecuentemente con la familia reduce el riesgo de que las adolescentes caigan en comportamientos peligrosos para controlar su peso, como vomitar o usar laxantes.

La adolescencia es un periodo difícil en muchos aspectos. En ella aparecen las primeras preocupaciones por la figura que, en ocasiones, se traducen en comportamientos peligrosos para la salud que pueden desembocar en enfermedades como la anorexia y la bulimia.

Para vencerlas y prevenirlas cada vez parece más claro que el papel de los padres es clave. La primera fase del Proyecto EAT, capitaneado por investigadores de la Universidad de Minnesota (EEUU), descubrió que los jóvenes que compartían más comidas con sus familias solían tener hábitos más sanos o ser menos propensos a caer en las drogas, entre otros beneficios.

Ahora, las conclusiones publicadas en la revista "Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine", que corresponden a la segunda parte del estudio, se centran en la aparición de trastornos de la alimentación y su posible relación con esta costumbre.

Más de 2.000 adolescentes procedentes de 31 colegios de este estado de EEUU informaron en 1999 sobre la frecuencia con la que comían o cenaban con la familia y cinco años más tarde rellenaron un cuestionario sobre prácticas poco sanas para controlar su peso. Entre ellas, si se provocaban el vómito, consumían laxantes o diuréticos, se salteaban comidas o comían poco.

Entre las chicas, el uso de los métodos más extremos era menos frecuente en aquellas que compartían mesa y mantel más de cinco veces a la semana con padres y hermanos, independientemente de cual fuera su índice de masa corporal, el estatus socioeconómico y la unidad de la familia.

En cuanto a las prácticas menos graves, como saltearse comidas, no se registraron diferencias significativas "aunque la tendencia iba en una dirección que sugería un efecto protector de las comidas familiares", según los autores. Sin embargo, esta influencia positiva no se detectó en los participantes masculinos que, paradójicamente, mostraron más comportamientos de riesgo cuanto mayor era la frecuencia de estas reuniones. Eso sí, sólo de las prácticas menos agresivas.

Tal vez estas diferencias entre sexos se deban a que chicos y chicas "viven estas comidas de diferente forma", explica el estudio. "Las chicas se implican más en la preparación y puede que sean más permeables a la influencia de las relaciones interpersonales y familiares que los chicos". Pero se trata sólo de "especulaciones".

Sea cual sea la razón, compartir cenas y almuerzos en el hogar previene la aparición de trastornos de la alimentación, al menos, en las chicas. "Es importante ayudar a las familias a encontrar la forma de compartir más comidas dada la elevada prevalencia de estas patologías entre las adolescentes", concluyen los autores.

Otro trabajo publicado en la misma revista señala que la percepción que las adolescentes tienen de sí mismas y de su estatus social también afecta a su peso. En este estudio, realizado entre 1999 y 2004, se muestra cómo las chicas que se percibían a sí mismas como pertenecientes a las clases sociales más bajas tenían mayor riesgo de engordar en los dos años siguientes.

Este tipo de observaciones, asegura un editorial en la misma publicación, debería tenerse en cuenta a la hora de afrontar la epidemia de obesidad juvenil y adolescente que se vive en muchos países occidentales. "Cualquier intervención futura deberá tener en cuenta el comportamiento social de los adolescentes y cómo se transmiten información sobre salud entre ellos en el día a día, bien a través de las relaciones directas o de las redes sociales a través de Internet".

Fuente: Archives of Pediatric & Adolescent Medicine.

martes, enero 08, 2008

Cómo comer en vacaciones para no volver con "salvavidas"

El nuevo año suele llegar con muchas promesas, como la de empezar la dieta tantas veces dejada en el olvido. Pero el comienzo de las vacaciones nos pone delante algunas trampas, como los churros recién hechos, el sándwich de milanesa "súper completo" con papas fritas en el local del parador, los ravioles "bien cargados" que una rotisería anuncia en un pizarrón camino al mar.

Sin embargo, existen alimentos accesibles que, bien combinados, facilitan el controlar de las calorías a incorporar sin darnos más trabajo ni aumentar el presupuesto familiar.

"Siempre se ha pensado que la comida sana es más cara que la comida de mala calidad nutricional, cuando hoy en día todos los alimentos tienen un alto costo. Por eso, es muy importante saber hacer una buena selección, ya que si uno se organiza, las cosas salen mejor. Las viandas para la playa son ideales: se ahorra dinero, ya que al comprar en los puestos playeros se paga de más, y se puede elegir qué incluir en la heladerita", explicó la licenciada Viviana Viviant, especialista en obesidad y miembro de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas.

El secreto de esas combinaciones o viandas (ver No más de 300 calorías ) es que en ellas predominan las verduras frescas, los alimentos con proteínas de buena calidad sin grasas, los panes con fibra, las frutas, el yogur o los postres preparados con leche y pocas calorías, y mucho líquido, como jugos y colaciones sin azúcar, gaseosas o juegos dietéticos (no más de una botella chica por comida), bebidas de soja light (un cartón individual) y agua, mucha agua.

"Las temperaturas altas exigen una muy buena hidratación, en especial para los adultos mayores y los chicos -comentó Viviant-. No hay que tomar menos de 3 litros diarios y lo mejor es evitar la cerveza, las gaseosas comunes u otras bebidas azucaradas."

De la teoría... al sol

Fabio y Mayra disfrutan de dos tajadas de sandía sobre el deck del parador Metro Beach, en Mar del Plata, sin dejar de tomar sol: "Te alimenta y te saca la sed", afirman. Con dos botellas de agua mineral, aseguran, completarán su almuerzo.

Pero las frutas escasean bastante en el menú playero. Hay que mirar unos pasos más allá para ver que hidratos de carbono y grasas dominan un espacio importante en la arena. Como esa familia que, debajo de una sombrilla, disfruta de sándwiches de milanesa y gaseosas. "No es lo ideal, pero es práctico para traer en la vianda -admite Raquel, mamá de Ezequiel (8) y Matías (6)-. Lo complementamos con mucha fruta y licuados que compramos acá."

Pero junto con las milanesas, los pebetes de jamón y queso son mayoría en las playas marplatenses. Tal vez alguna tarta, en otro balneario bonaerense. Y en los paradores, las hamburguesas y los lomitos son favoritos, solos o completos. "También se pide mucha pizza y ensaladas", dice María, que sirve en las carpas de Punta Mogotes, donde las gaseosas y los licuados de agua o leche son muy solicitados. Y Luis, que empuja su carrito por las playas del Sur, asegura: "A los chicos les gustan mucho los helados y los choclos, pero los mayores también se prenden".

Pero aunque son prácticos, los panchos, las hamburguesas y las frituras en general reciben "luz roja" nutricional. "No están prohibidos; se puede incluir una porción chica dos veces por semana", explicó la experta. Una poción chica de un alimento frito equivale a un cucurucho chico de papas fritas, un plato tamaño postre de rabas, una milanesa del tamaño de la palma de la mano o dos churros rellenos.

Y entre las colaciones, clave para controlar el apetito, los aliados que aportan 100 a 150 calorías son las frutas frescas y deshidratadas, un yogur descremado, un postre light, un helado de agua o light, un alfajor light o de maicena, 4 galletitas, una barrita de cereal, un turrón escolar, un choclo o huevo duro, las galletas de arroz integral y ½ tostado de pan negro, queso y tomate o jamón y queso. "Si se planifican las comidas cada 3 horas, se regula mejor el apetito", dijo Viviant.

Para la cena conviene tener el menú en mente, no leer la carta ni comer de la panera o exagerar con los aderezos. El agua, la soda y una ensalada abundante al comienzo o los postres con frutas ayudan. "Un día por semana se puede optar por 2 bochas de helado solas o con ensalada de frutas", consintió. Claro que, aquí o allá, hay un recurso común: el mate, aunque invencible cuando se trata de facturas, churros y bizcochitos..., ¿no?

No más de 300 calorías

1) Agua saborizada light; 2 o 3 empanadas al horno (carne, pollo, atún o verdura); yogur descremado con frutas.

2) Gaseosa light; porción de tarta con 2 tapas o tarta individual light (verdura, zapallitos, atún, pollo o choclo); ensalada de frutas.

3) Soda; sándwich de pan de salvado con 2 rodajas finas de peceto, lechuga y rodajas de tomate con 1 cucharada de ketchup; fruta fresca de estación.

4) Jugo light; sándwich de pan árabe integral con pechuga de pollo, rodajas finas de pepino y pickles, con 1 cucharada de mostaza; postre bajas calorías.

5) Agua saborizada light; ensalada de repollo, tomate, palmitos y zanahoria, 2/3 claras de huevo, 2 salchichas light; helado de agua.

6) Bebida de soja light; brochette de carne vacuna o pollo y vegetales (cebolla, morrón, berenjena, zapallito); yogur descremado con cereales.

7) Jugo de naranja light; salpicón de lechuga, tomate, cebolla, ½ taza de arroz integral o fideos, ½ taza de arvejas y huevo duro; yogur bebible frutado descremado.

8)n Agua mineral; sándwich de pan multicereal con una milanesa mediana al horno, lechuga, cebolla, tomate y 1 cucharada de mostaza; flan bajas calorías.

9) Gaseosa light; sándwich de pan integral con queso Por Salut descremado, 2 fetas de jamón cocido o pastrón, tomate, lechuga y zanahoria; helado light.

10) Jugo light; 2 porciones de pizza casera fría con queso fresco descremado y vegetales; gelatina light con frutas.Fuente: www.nutricionyvidasana.com.ar

Fuente: diario La Nación.

Nueva "pirámide alimenticia" para los adultos mayores

Expertos en salud modificaron una guía alimenticia para los adultos mayores que tenía casi una década de antigüedad, para hacerla más sencilla. Destaca las necesidades de personas de más de 70 años.

En un artículo publicado en la edición de enero de Journal of Nutrition, la Pirámide Modificada para Adultos Mayores destaca que las personas ancianas deberían procurar consumir la cantidad suficiente de fibra, calcio y vitaminas D y B-12.

La guía también resalta la importancia de hacer ejercicio regularmente y de ingerir una cantidad de líquido adecuada.

Un grupo de investigadores de la Tufts University, en Boston, desarrolló originalmente la pirámide alimentaria para adultos mayores en 1999.

Los expertos decidieron modificarla en respuesta a los cambios efectuados por el Gobierno federal a la Pirámide Alimenticia, que incluye un componente en internet, por el que la gente puede calcular sus necesidades alimentarias personales a partir de factores como la edad, el peso y los niveles de ejercicio.

Dado que los norteamericanos mayores son generalmente más reacios a las computadoras que las generaciones jóvenes, los investigadores de la Tufts University crearon una nueva versión de su pirámide, que contiene más gráficos y subraya la importancia de ciertos nutrientes en esa población.

"Los adultos de más de 70 años tienen necesidades alimenticias particulares", indicó en un comunicado la doctora Alice H. Lichtenstein, principal autora del informe.

Las necesidades calóricas de los ancianos disminuyen a medida que se vuelven físicamente menos activos de lo que eran, explicó Lichtenstein.

Dado que consumen menos alimentos, se vuelve aún más importante escoger comidas ricas en nutrieres, como las frutas, los vegetales, los lácteos descremados y los cereales integrales ricos en fibra.

En la base de la pirámide se encuentran gráficos que destacan las actividades que muchos adultos mayores pueden realizar, como caminatas y natación.

"El ejercicio físico regular está relacionado con un menor riesgo de enfermedad crónica y disminuye el peso corporal", lo que permite evitar los peligros relacionados con la obesidad".

Fuente: Reuters.

Una bebida que se convierte en gel ayudaría a bajar de peso

Una bebida experimental que se transforma en gel en el estómago ayudaría a las mujeres obesas y con sobrepeso a comer menos.

El producto "serviría como una ayuda para adelgazar, pero no esperamos que un único producto sea suficiente para inducir la pérdida de peso a largo plazo", dijo a Reuters Health la doctora Christine L. Pelkman, de la University at Buffalo, en Nueva York, autora principal del estudio.

El estudio lo financió McNeil Nutritionals, compañía de Fort Washington, en Pensilvania, que desarrolló la bebida que aún no se comercializa.

El equipo dirigido por Pelkman evaluó los efectos de esta bebida creada para ayudar a las personas a adelgazar mediante la sensación de saciedad y la demora de la absorción de nutrientes.

La bebida tiene dos partes: una mezcla de alginato-pectina y una solución con calcio, que al mezclarse en el estómago forman el gel.

El estudio incluyó a 29 mujeres con sobrepeso u obesidad que consumieron tres fórmulas distintas de la bebida: una con 2.8 gramos de fibra, otra con 1 gramo de fibra y la última era una bebida "control" sin fibra.

Las participantes tomaron la bebida en el desayuno y la merienda. Cada mujer usó cada una de las fórmulas durante una semana, con una semana "de limpieza" entre las diferentes bebidas.

Respondieron cuestionarios para evaluar la actitud frente a la comida, incluido el nivel de "limitación rígida", o cuán controlada mantenían la alimentación mediante normas y regulaciones que ellas mismas imponían.

Ninguna mujer sintió cambios de apetito

Las participantes con menor nivel de limitación rígida consumieron un 12 % menos de calorías diarias cuando tomaron la fórmula con 2.8 gramos de fibra. Con todo, en aquellas mujeres con una autolimitación más alta no varió el consumo de calorías con las tres fórmulas.

"No respondieron a la bebida, comieron la misma cantidad de siempre. Ellas no prestan atención a las señales fisiológicas, según nuestra teoría", dijo Pelkman.

La autora señaló que ninguna fórmula provocó efectos adversos y que algunas mujeres recuperaron la regularidad intestinal, quizás por el mayor consumo de fibra.

Según Pelkman, la bebida y los productos similares serían una ayuda interesante para quienes quieren bajar de peso, o mantener ese descenso.

"Podemos usar alimentos para engañar al cuerpo y activar los mecanismos de saciedad, en lugar de usar fármacos orientados al cerebro. Esta bebida usa los intestinos para enviar señales al cerebro, lo que es un enfoque muy seguro", dijo la autora.

"Dará pequeños resultados, pero que se pueden sostener durante largo plazo de manera segura, que es lo más interesante", agregó.

Aunque se desconoce si McNeil comercializará el producto, Pelkman agregó que "la industria alimentaria está interesada en producir productos que inducen la saciedad".

Fuente: Reuters.

Un fármaco sería clave en el control de los atracones

Se trata de un relajante muscular llamado baclofeno y reduciría los atracones compulsivos en mujeres con bulimia nerviosa. El medicamento ya demostró mantener a los alcohólicos alejados de la bebida de manera segura y efectiva.

Este es el primer estudio sobre el uso sistemático de baclofeno en pacientes con trastorno por atracones y bulimia nerviosa, dijo a Reuters Health la doctora Allegra I. Broft, de la Columbia University, quien dirigió el estudio.

El medicamento ya demostró mantener a los alcohólicos alejados de la bebida de manera segura y efectiva. "Nos interesó este fármaco por su posible papel en el tratamiento del abuso de drogas; lo elegimos desde la hipótesis de que los trastornos por atracones compulsivos y el abuso de drogas tendrían orígenes comunes y que el medicamento que sirve para uno serviría para tratar el resto", explicó Broft.

El estudio, publicado en International Journal of Eating Disorders, incluyó a cuatro mujeres con bulimia nerviosa y trastorno por atracones y a tres con bulimia, a las que se trató con una dosis de 60 miligramos de baclofeno por día.

Seis mujeres completaron las 10 semanas de estudio. En tres participantes con trastorno por atracones y en dos con bulimia se observó una reducción del 50 % o más de la frecuencia de los atracones compulsivos durante el ensayo.

Dos pacientes con trastorno por atracones y una con bulimia ya no se daban atracones a la décima semana. Las participantes toleraron bien el baclofeno, cuatro mujeres siguieron tomándolo después de finalizar el estudio.

"El baclofeno sería útil para tratar enfermedades como el trastorno por atracones y la bulimia nerviosa, pero se necesitan estudios más grandes y definitivos", concluyó Broft.

Fuente: Reuters.