Mundo Salud

Este es un espacio de noticias y consejos relacionados con la nutrición, la salud y el estilo de vida, para estar al tanto de los avances de la ciencia y practicar el auto cuidado responsable.

miércoles, diciembre 27, 2006

Utilizan yerba mate para diagnosticar trastornos en la vesícula y el páncreas

Como no podía ser de otra manera ni en otro lugar del mundo, un grupo de especialistas argentinos identificó una nueva propiedad de la yerba mate: mejora la precisión de las imágenes del páncreas y la vesícula captadas por la resonancia magnética, al "apagar" el efecto que provocan los líquidos presentes en el resto del aparato digestivo.
Una taza de mate cocido con azúcar o sin ella antes de acostarse sobre la camilla del resonador magnético evita tener que repetir alrededor del 30% de los estudios debido a la preparación inadecuada de los pacientes.
El hallazgo de esta nueva sustancia de contraste oral aporta la solución tan buscada en muchos laboratorios del mundo. Sin efectos adversos, fácil de preparar y muy económica para el diagnóstico de alteraciones en las vías biliares y el páncreas, la utilidad radiológica de esta hierba autóctona fue premiada en el último Congreso Argentino de Radiología.
"La infusión de yerba mate es un medio de contraste inocuo para el paciente y muy efectivo para eliminar la intensidad de señal del tracto gastroduodenal, lo que mejora la visualización de las estructuras anatómicas de la vía biliopancreática", concluyen los investigadores del Departamento de Resonancia Magnética Digestiva de la Fundación Científica del Sur, entidad afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

Allí, cada semana se hacen entre 30 y 40 colangiorresonancias, como se denomina el estudio que en no más de 15 minutos permite tomar imágenes del árbol biliar y pancreático a pacientes recién operados de vesícula, con lesiones en el páncreas o sospecha de tumores. Sin embargo, el mayor obstáculo hasta ahora era la ausencia de un líquido de contraste capaz de anular la señal que emiten los fluidos gastroduodenales y que a veces impiden visualizar con precisión las imágenes que el radiólogo necesita analizar.
"Comenzamos hace dos o tres años a investigar contrastes orales derivados de alimentos, como los arándanos o el jugo de piña, que ya se utiliza en otros países, además de otros preparados comerciales y adaptados" Pero el problema era que el aparato gastrointestinal y la vía biliar, que sale del hígado y finaliza en el duodeno, tienen líquidos que aparecen con el mismo color en las imágenes del resonador e interfieren en la visión del árbol biliar."

Por azar
El camino que le permitió al equipo identificar esta nueva propiedad de la yerba mate, que se explica por su alto contenido de manganeso, comenzó por azar, cuando advirtieron que la característica común en los 20 voluntarios saludables que participaron del estudio habían tomado mate antes de la resonancia.

A partir de este estudio, que obtuvo excelentes resultados también en 10 pacientes con síntomas de trastornos de la vía biliopancreática, en el Departamento de Resonancia Magnética Digestiva de la fundación se diluyen 33 gramos de cualquier yerba mate que se consigue en el supermercado o el almacén para preparar un litro de líquido de contraste oral. Los pacientes toman a gusto 250 mililitros, quince minutos antes de ingresar al resonador.

A partir de este hallazgo, los expertos estiman que con el valor de una dosis de contrastes artificiales se puede cubrir un año de trabajo con yerba mate. "Aunque probamos la utilidad de la infusión sólo para la vía biliar, consideramos que seguramente tendrá muchísima utilidad en los estudios por imágenes de otros sistemas, como el urológico".

Fuente: diario La Nación.

Nuevos estudios ponen en duda los beneficios de las vitaminas

Afirman que el consumo de suplementos vitamínicos sin un chequeo que detecte alguna deficiencia puede ser inútil. Y hasta peligroso si hay excesos. En la Argentina creció la venta de complejos vitamínicos.

La píldora mágica que sirva tanto para para fortalecer al organismo hoy como para prevenir males en el futuro todavía no está disponible. Ni siquiera los suplementos vitamínicos o los complejos multivitamínicos han demostrado aún, con evidencias absolutas, que puedan aportar esos beneficios.
Los especialistas en nutrición, entonces, advierten que el consumo de vitaminas o de complejos vitamínicos, sin la recomendación médica y sin un chequeo que detecte alguna deficiencia en vitaminas, puede ser inútil. Incluso puede causar efectos colaterales graves si hay excesos.
Es que simplemente no existen estudios que muestren qué tan bien absorbe nuestro organismo a esos compuestos.
Una comisión de especialistas de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos analizó los últimos estudios sobre multivitaminas y llegó a la conclusión de que las pruebas sobre sus beneficios eran magros y que las pruebas clínicas no bastaban para determinar los efectos a largo plazo.
Uno de los estudios más recientes, realizado a casi 40.000 mujeres, descubrió que los suplementos de vitamina E no servían para prevenir los derrames cerebrales e infartos en la mayoría de las mujeres (aunque ofrecen alguna protección pasados los 65 años).

Otro trabajo detectó que la vitamina B no reducía la cantidad de enfermedades cardíacas.
"Básicamente, si uno no toma multivitaminas, no hay motivo para comenzar a hacerlo" dijo al diario Los Angeles Times Michael McGinnis, académico en el Instituto de Medicina y presidente de la comisión del Instituto Nacional de Salud sobre el papel de las multivitaminas.
"Uno se engaña si piensa estar previniendo un infarto o un cáncer por tomar multivitaminas. Es una pérdida de dinero si uno es sano y sigue una dieta adecuada", opinó Charles Halsted, editor del American Journal of Clinical Nutrition.

En la Argentina, el consumo de vitaminas creció. La industria farmacéutica había facturado 33,6 millones de pesos por ventas de vitaminas el año pasado. En 2006, según el INDEC, la facturación trepó a casi 38,7 millones de pesos. De acuerdo con datos aportados por laboratorios privados, el 11 % de los argentinos consume vitaminas en general y un 9% elige complejos multivitamínicos.
Sin embargo, la mayoría de los investigadores desaconsejan su consumo si no hay razones médicas. "Solo deben ser consumidas por gente que tenga deficiencias. La alimentación saludable provee las vitaminas que el cuerpo necesita. Las dosis altas de ciertas vitaminas son realmente tóxicas. Por eso, el consumo en exceso no mejora la función.
Nadie debería tomar vitamina D sin prescripción médica. No debería ser un producto de venta libre.
Una dieta equilibrada hace innecesario a los suplementos.
Es verdad que no hay certezas absolutas sobre los efectos preventivos de las vitaminas. Pero ya se halló que la vitamina E mejora la sobrevida y la función neurológica y retrasa el envejecimiento en los ratones.

Educar al consumidor de la salud
La venta de vitaminas suele aumentar en esta época de exámenes y de balances apurados en poner el moño al año que se va. Pero no hay una pastilla, por ejemplo, para el cansancio de fin de año, aunque algunas publicidades engañosas hablen de productos eficaces para renovar la energía, estimular la memoria o espantar el sueño. El riesgo sanitario de ese tipo de consumos —hay que decirlo— es bajo, pero los expertos advierten sobre la importancia de educar al consumidor de la salud. El vigor y la serenidad no se venden en frascos.

11%
Es el porcentaje de argentinos que consume vitaminas en general, de acuerdo con datos de laboratorios privados. El 9% elige complejos multivitamínicos

Dicen que 3 de cada 4 argentinos se automedica
Entre los remedios más elegidos están el ibuprofeno y el paracetamol.
Entre las dolencias que la gente intenta resolver sólo con el farmacéutico —sin pasar por el médico—, se encuentran el cansancio y la debilidad. Esto se intensifica durante los últimos meses de cada año: la gente va más a comprar vitaminas sin consultar a un médico.
Con la llegada del verano, la gente quiere verse bien y rendir en su trabajo, en el deporte o en la escuela al máximo. Entonces, se compran las vitaminas con la esperanza de conseguir niveles de energías imposibles.

El consumo de vitaminas forma parte de una tendencia a la automedicación que va en aumento.
En la actualidad, tres de cada 4 argentinos toma remedios sin consultar al médico, según un estudio del Instituto Argentino de Atención Farmacéutica y la Universidad Maimónides. También reveló el 90% de los mayores de 18 años probaron analgésicos alguna vez sin control médico. Y que un tercio de la población lo hace una vez al mes. Los productos que más se eligen son el ibuprofeno, la aspirina, el paracetamol, el diclofenac, y los antibióticos, como la amoxicilina.

El 10 % de las internaciones en los hospitales se deben a problemas con medicamentos. Por cada peso que se gasta en salud, se gasta otro peso por el mal uso de los medicamentos (por excesos, por mala calidad o por automedicación). Por esto, hay mucho para preguntar en la farmacia:

1- ¿Cuál es el nombre del medicamento y qué efecto produce? El consumidor debe saber el nombre de sus medicamentos, sean recetados o de venta libre. El nombre genérico es el que debe recetarle el médico y es importante recordarlo en los casos de cambio de marca, o si se consulta por otros problemas a diferentes médicos.
2 - ¿Cuándo y cómo debe tomarse? Tomar el medicamento en forma correcta permite asegurar el efecto deseado. Preguntar si hay que tomarlo con el estómago vacío, durante las comidas o después; cada cuánto debe tomarse; y si siempre debe ser a la misma hora.
3 - ¿Cuándo hará efecto?
Preguntar al farmacéutico el tiempo aproximado en el que el remedio dará resultado. El médico debe informar la duración con fármacos recetados.

Fuente: Clarín.com

Ingesta de grasas y cáncer de mama

El “Journal of the National Cancer Institute” publica un nuevo estudio con 2.400 mujeres que ya habían sido tratadas de este tumor en sus fases iniciales.

La reducción del consumo de grasas en la dieta podría disminuir hasta un 24% las posibilidades de recurrencia.
Los investigadores examinaron a más de 2.400 mujeres que habían sido tratadas de cáncer de mama en su fase inicial entre febrero de 1994 y enero de 2001 dentro del estudio WINS sobre nutrición y salud femenina. Estas mujeres fueron asignadas de forma aleatoria a un grupo en el que se modificaban sus hábitos de alimentación y a otro grupo control.
El objetivo de la intervención dietética en estas mujeres era reducir el consumo de grasa hasta un 15% del total de las calorías ingeridas. Las mujeres del grupo de intervención acudieron a ocho sesiones bisemanales de una hora sobre asesoramiento para aprender a reducir su consumo de grasa y registrar su ingesta diaria en gramos.
Los dietistas contactaron o se reunieron con las mujeres cada tres meses y las participantes podían acudir a sesiones mensuales opcionales de asesoramiento.
Las mujeres del grupo control mantuvieron una reunión con un especialista en nutrición al inicio del ensayo clínico y cada tres meses mantenían contacto con los dietistas.
Al inicio del estudio ambos grupos consumían cantidades similares de calorías procedentes de la grasa, entre 56 y 57 gramos de grasa al día, un 30% aproximadamente del total de calorías consumidas. Tras un año, las mujeres del grupo de intervención tomaban una media de 33 gramos al día, un 20,3% del total de calorías, en comparación con los 51 gramos diarios (29,2% del total de calorías) del grupo control.
La diferencia en el consumo de grasas entre los dos grupos se mantuvo a lo largo de todo el ensayo, en el que los participantes recibieron una media de cinco años de seguimiento.
El peso corporal medio era similar al inicio del ensayo, pero a los cinco años las mujeres del grupo de intervención pesaban una media de 2,7 kilogramos menos que las mujeres del grupo control.
El 9,8% de las mujeres del grupo de intervención (975) tuvieron algún tipo de recaída en la enfermedad en comparación con el 12,4% del grupo control (1.462).
Los investigadores calculan que 38 mujeres necesitarían adoptar algún tipo de plan de reducción del consumo de grasa para prevenir una recurrencia del cáncer de mama.
Según los investigadores, las mujeres del grupo en el que se redujo la ingesta de grasa tuvieron un riesgo un 24% menor de recaída en comparación con el grupo control de mujeres.
Los datos también sugieren que las mujeres con tumores de mama negativos a los receptores hormonales podrían ser las más beneficiadas de esta reducción de la grasa en la dieta, pero los resultados a este respecto necesitan una investigación más profunda pues no fueron estadísticamente significativos.

Fuente: Jano on line.

lunes, diciembre 18, 2006

Insectos y Obesidad

La dieta de algunos insectos, rica en proteínas y pobre en carbohidratos, les permite funcionar con un metabolismo azucarado de baja intensidad.

Los insectos llevan en estos pagos muchos más años que nosotros y su adaptación a las circunstancias parece modélica. Por más que hagan gala de un apetito voraz, no engordan ni padecen trastornos metabólicos. Los científicos empiezan a preguntarse por qué y creen que ya ha llegado la hora de que aprendamos de los insectos, no sólo de su comportamiento y biología para identificar las claves contra la obesidad sino porque constituyen, por sí mismos, un remedio.
Spencer Behmer, entomólogo de la Universidad de Texas, ha llevado a cabo un estudio sobre la gestión que los insectos hacen de los hidratos de carbonos a fin de interpretar por qué pueden devorar tanto sin estropear su metabolismo. Al igual que nosotros, los insectos requieren hidratos de carbono y proteínas para subsistir, que obtienen a partir de diversas fuentes alimenticias. No obstante, al contrario de nuestros diminutos contrincantes, los seres humanos hemos pasado la mayor parte de nuestro desarrollo evolutivo con un acceso difícil a las fuentes de hidratos de carbono en estado puro, por lo que el organismo se adaptó en su momento a un metabolismo con restricciones en dichos nutrientes.
Un sistema biológico de ahorro, en el que la insulina desempeña un papel esencial, escatimaba cada porción dispensable de azúcar hacia un almacén adiposo con el que poder funcionar en etapas de carestía. Se trata de un proceder común entre los mamíferos, de los osos a las marmotas. Behmer considera que la industria alimenticia proporciona hoy fuentes directas de hidratos de carbono que nos ponen a la altura de los insectos, aunque con un cuerpo no preparado para algo tan dulce. «Si fuéramos capaces, como los insectos, de adaptarnos tanto a los periodos de escasez como de abundancia, daríamos un paso enorme para combatir el síndrome metabólico, la obesidad o la diabetes».

El investigador tejano se puso a estudiar el metabolismo de las polillas a través de ocho generaciones seguidas de un grupo seleccionado, sometidas a situaciones extremas de hambruna y sobrealimentación.

Las polillas prefieren a Atkins.
Uno de los puntos más sobresalientes de la investigación de Behmer fue descubrir que las orugas no «ahorran» azúcares en forma de grasa como nosotros, sino que basan su supervivencia en una «gestión» de los recursos disponibles. Por lo común, estos insectos prefieren siempre una dieta rica en proteínas y pobre en carbohidratos, de forma que acostumbran así sus diminutos organismos a funcionar con un metabolismo azucarado de baja intensidad.
«Más aún, las polillas ponen sistemáticamente sus huevos en las plantas que contienen menos almidón, de forma que sus crías deban acostumbrarse de entrada a funcionar con menos». Incluso cuando Behmer situó a las orugas en un medio con plantas muy ricas en almidón, siguieron escogiendo las de menor densidad para «encauzar» debidamente la supervivencia de su prole.
El entomólogo estadounidense, que ha publicado los resultados de su ensayo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, se ha puesto en contacto con investigadores médicos de las Universidades de Oxford (Reino Unido), Sidney (Australia) y Auckland (Nueva Zelanda) para conocer qué aplicabilidad puede tener esta sabiduría de insecto en la naturaleza humana.

Un nuevo ámbito de estudio.
La hemolinfa, el equivalente a nuestra sangre en los insectos, es hoy objeto de detallados estudios. Este viscoso fluido encierra la síntesis, deposición y entrecruzamiento molecular de proteínas, quitina, catecolaminas y lípidos. Por primera vez se estudia la síntesis y degradación del glucógeno de los insectos durante la transición larva-adulto y su correlación con el metabolismo de los lípidos glucoconjugados y las proteínas. Se ha identificado, asimismo, un nuevo metabolismo de catecolaminas en los insectos por medio de una síntesis de beta-alanil-dopamina. Los biólogos consideran que tales investigaciones pueden redundar en un mejor conocimiento de las propiedades de la quitina y el quitosano.

LA BOTANA, UNA OPCIÓN.
Del comportamiento y la biología de los insectos no sólo pueden aprenderse claves contra la obesidad, sino que los insectos constituyen por sí mismos un remedio.
En México, un equipo de antropólogos ha dado con uno de los más preciados secretos para la buena salud de las poblaciones nativas prehispánicas: incluían insectos en su dieta. La llamada botana (dieta a base de insectos) constituye aún en el país mesoamericano una opción gastronómica: piojos con sal y limón, chinches al guacamole (o «caviar mexicano»), pulgones, hormigas, moscas y escarabajos.
El beneficio que los insectos aportarían al organismo no se resume sólo en su nulo aporte de colesterol, sino en la adición de componentes químicos capaces de prevenir y curar enfermedades digestivas, respiratorias, óseas, nerviosas y reumáticas.

Los alimentos mágicos de las culturas indígenas mesoamericanas es el título de un estudio publicado por Octavio Paredes López y otros expertos en el que se aboga claramente por la entomofagia, «una costumbre que se practica en México desde la época prehispánica».
De hecho, en el Códice Florentino de Fray Bernardino de Sahagún, al poco del desembarco español en las Américas, se describen hasta 96 especies de insectos comestibles, que el equipo de Paredes amplía hoy a 681. Para los entomófagos sibaritas, en Ciudad de México abre todos los días un restaurante especializado en tales suculencias y bautizado con el nombre de «El Gusanito del Antojo». Sus botanas se sirven entre una variedad de entremeses, salsas y otros platos picantes. «El consumo de escamoles, chapulines, hormigas chicantanas, jumiles y caracoles se hace hoy más por morbo que por un conocimiento verdadero de su valor nutricional», se quejan los antropólogos.
Añaden que el sabor de tan diminutas piezas es casi inapreciable, y que son las texturas y aderezos los protagonistas del buen gusto. «Por lo demás? asegura Paredes- los insectos contienen complementos nutricionales como los obtenidos a través del consumo de carne, leche y huevos». Además, se han identificado en su composición sales minerales que ayudan a regular la presión sanguínea, calcio y magnesio. «Se ha observado, incluso, que contienen cantidades importantes de vitaminas del complejo B». Algunos insectos en estado larvario proporcionan ácidos grasos poliinsaturados muy parecidos a los de los aceites vegetales y que ayudan a combatir el colesterol. «Nuestros antepasados empleaban el grillo para combatir déficit vitamínicos, las hormigas contra la fiebre y los jumiles a modo de anestésico y analgésico». Paredes recuerda, asimismo, que el veneno de las abejas se usa en distintas partes del mundo para combatir la artritis y otros reumatismos.

Fuente: Consumer.es.

Lanzan el primer pan argentino anticolesterol

Habitantes de 26 ciudades de tres provincias pueden acompañar sus comidas con el primer pan anticolesterol que se produce en la Argentina. Sus creadores, miembros de una cooperativa, lo definen como “un pan saludable con equidad” porque llega a la mesa con un precio similar al del pan tradicional. “Esto es un punto de inflexión; es una vacunación masiva para prevenir la mortalidad cardiovascular. Por cada 1% que se logre bajar el colesterol en sus consumidores, se reducirá un 2% la mortalidad cardiovascular. Me pregunto, entonces, ¿qué otra estrategia de prevención puede ser tan concreta?”, dijo a LA NACION el doctor Marcelo Tavella, director del Programa de Prevención del Infarto (Propia) de la Universidad Nacional de La Plata y promotor de este tipo de alimentos. Sesenta y cinco sucursales de la Cooperativa Obrera, con sede en Bahía Blanca, pusieron a la venta -a 1,99 pesos el kilo- este pan blanco con fitoesteroles, sustancias de origen vegetal que impiden que el organismo asimile el colesterol que aportan los alimentos ricos en grasas. Su consumo en dosis recomendadas por la OMS más los hábitos de vida saludable, como no fumar, comer de manera equilibrada y hacer ejercicio, ayudan a prevenir el riesgo cardiovascular. "Con el respaldo del uso de los alimentos funcionales, la OMS promueve una nueva salud pública basada en la equidad. Por lo tanto, si en la Argentina vamos a hacer prevención a través de los alimentos, no deberíamos destinarlos sólo a consumidores con alto poder adquisitivo", comentó por vía telefónica desde Bahía Blanca uno de los integrantes del equipo de trabajo del área de Proyectos Especiales de la cooperativa, Brian Chaz. Eso es justamente lo que persigue el Propia, programa afiliado a la OMS, que no sólo brinda asesoramiento científico y técnico para desarrollar este nuevo pan, aprobado por el Instituto Nacional de Alimentos y que mantiene las características de sabor y color del pan tradicional, sino que también certifica su calidad. "Si se le da este pan a una persona y no se le dice lo que tiene, no va a notar ninguna diferencia -explicó Chaz-. Es que para que esta iniciativa de prevención tenga el éxito que queremos, es fundamental no cambiar los hábitos de consumo de la población. No decimos que hay que dejar de comer pan, sino que hay que comer un pan saludable con el agregado de los fitoesteroles y enriquecido con omega 3, 6 y 9 a través del aceite de canola."

Unas seis rebanadas.
La OMS afirma que los fitoesteroles comienzan a hacer efecto en la reducción del colesterol en la sangre con un consumo mínimo diario de por lo menos 0,8 gramos. Según los nutricionistas del Propia y del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), cada rebanada del nuevo pan (50 gramos) le aporta 0,15 gramos de fitoesteroles al organismo. "Se necesitan casi seis rebanadas o unos 300 gramos para alcanzar la dosis diaria recomendada", puntualizó el representante de la cooperativa, que tiene sucursales en 26 ciudades de las provincias de Buenos Aires, Río Negro y La Pampa ( www.cooperativaobrera.com.ar ). Aunque por ahora este pan flautín, mignon o baguette se podrá adquirir embolsado sólo en alguna de esas sucursales, los integrantes del Programa de Alimentación y Salud que integra la cooperativa, el Propia y la Fundación Cecilia Grierson están organizando talleres para capacitar a otros panaderos para así extender a todo el país esta estrategia de prevención cardiovascular.

En lista de espera.
Además de producir pan blanco con fitoesteroles, la cooperativa tiene en lista de espera la elaboración de pan negro, pan para panchos y hamburguesas, grisines y prepizzas anticolesterol. "Estamos ante la posibilidad inédita en la Argentina de intervenir en la salud a través de la alimentación y hay empresarios comprometidos con ese principio", opinó Chaz, al referirse tanto a la cooperativa como a la primera empresa de América latina que produce los depresores naturales del colesterol con sede en nuestro país. "Si la familia Hitters no hubiera fundado una planta de producción de fitoesteroles [derivados de los porotos de soja] en la Argentina y sin conciencia en el sector privado sobre la necesidad de trabajar en prevención y sobre el hecho de que la salud es un buen negocio, esto no hubiese sido posible. Claramente, el rol de la actividad privada en el modelo de prevención es fundamental", afirmó Tavella. Pero lo más importante para el experto era respetar el principio de equidad en el acceso de los consumidores a este tipo de alimentos, llamados "funcionales" porque se les agregan sustancias especialmente beneficiosas para el organismo. "La equidad no es un tema menor cuando se piensa en prevención, si se quiere que llegue a todos y al mismo precio -afirmó el titular del Propia-. Este pan puede comprarlo toda la sociedad, lo que transforma a este desarrollo en una acción sanitaria de alcance masivo."

Fuente: diario La Nación.

Las 10 rutas hacia la Obesidad

La obesidad se ha convertido en una epidemia y todo se reduce a que se come demasiado y se quema poco. Esto es indudablemente cierto. La mayoría de nosotros tiene que hacer un esfuerzo para no engordar.

Esta explicación coincide con el sentido común y hasta ahora guió los esfuerzos para llegar a la raíz de la epidemia de obesidad y revertirla. Sin embargo, actualmente muchos creen que algo más debe de haber cambiado en nuestro ambiente para precipitar un crecimiento tan dramático de la obesidad en los últimos 40 años.

Un artículo firmado por 20 expertos en el tema, que se publicó en el International Journal of Obesity, avanza sobre las 10 alternativas más plausibles para explicar este fenómeno, ya que el hecho de estar rodeados por un ambiente obesogénico – con comidas altas en grasas que abundan y se consiguen a bajo precio y múltiples ocasiones para permanecer inmóviles- no pueden explicar cabalmente este fenómeno internacional.
Estas son las hipótesis que se barajan.

1. Dormimos poco.

Aquellos que duermen menos de 7 horas por noche suelen tener un índice de masa corporal (IMC) superior a la de la gente que duerme más, según la información recopilada por la Encuesta Nacional Estadounidense de Salud y Nutrición.

De manera similar, el Estudio de las Enfermeras, que siguió a 68.000 mujeres norteamericanas durante 16 años, encontró que las que dormían en promedio 5 horas por noche ganaron más peso que aquellas que dormían 6, que a su vez subieron más de peso que aquellas que dormían 7. Dos estudios recientes, uno en Canadá y el otro en Alemania, muestran que la duración del sueño y el peso están relacionados también en los niños. La falta de sueño alteraría el metabolismo. La leptina, hormona encargada de indicar la saciedad, cae, mientras que la grelina, que estimula el hambre, sube. En hombres a los que se les permitió dormir sólo 4 horas por noche durante dos días consecutivos, los niveles de leptina cayeron un 18 %, mientras que los de grelina aumentaron un 28 %. Los voluntarios dijeron, además, que se sentían muy hambrientos.

2. El control del clima.

Los humanos, como todos los animales de sangre caliente, podemos mantener nuestra temperatura corporal bastante constante. Mantenerse caliente o continuar fresco implica un gasto de energía a menos que nos encontremos en una "zona termoneutral" -alrededor de 27 º C para un cuerpo desnudo-, que es la temperatura a la que cada vez más elegimos vivir y trabajar. ¿Puede ser que el aire acondicionado y la calefacción hagan una diferencia en nuestro peso? Lamentablemente, existe evidencia de que sí. Distintos estudios muestran que a temperaturas agradables usamos menos energía. En un estudio de mujeres expuestas a 27 °C versus 22 °C, la diferencia fue de alrededor de un megajoule (239 kilocalorías) por día.
Es la cantidad de energía correspondiente a 27 gramos de grasa corporal.

3. Fumamos menos.

Malas noticias: los fumadores tienden a ser más delgados que el resto de nosotros. Dejar de fumar nos hace subir de peso, a pesar de que nadie está seguro del porqué. Probablemente tenga algo que ver con el hecho de que la nicotina es un supresor del apetito y parece aumentar nuestro índice metabólico. De acuerdo con la información recabada por la Encuesta Nacional Estadounidense de Salud y Nutrición en 1991, las personas que habían dejado de fumar en la década precedente tendían a tener más sobrepeso que aquellos que fumaban o que no habían fumado nunca. Entre los hombres, por ejemplo, cerca de la mitad de los que habían dejado de fumar tenían sobrepeso, en comparación con un 37 % de los no fumadores y sólo un 28 % de los fumadores. Esto no significa que el dejar de fumar sea una amenaza contra la salud pública, para nada. El cigarrillo es tan peligroso que habría que subir 45 kilos para justificar el hecho de continuar fumando.

4. Factores prenatales.

Las posibilidades de convertirnos en gordos pueden decidirse en gran parte antes siquiera de que hayamos nacido. Los hijos de madres obesas -especialmente los de aquellas que desarrollan diabetes gestacional- tienen muchas más posibilidades de convertirse ellos mismos en obesos. Mientras esto puede tener que ver más que nada con una cuestión genética, también existe evidencia de que existe cierta "programación intrauterina". Los vástagos de ratones alimentados con una dieta alta en grasas durante el embarazo tienen muchas más probabilidades de volverse gordos que los de ratones idénticos, pero alimentados con una dieta normal. Extrañamente, este efecto persiste por dos o tres generaciones. Los nietos de los ratones alimentados con una dieta alta en grasas se vuelven gordos incluso si su propia madre es alimentada normalmente. En el otro extremo del espectro, sabemos por estudios hechos en personas nacidas durante la hambruna en los Países Bajos a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, que las restricciones de energía en el vientre materno pueden llevar a la obesidad con el correr de los años.

5. Gordo = fecundo.

La gente más pesada tiene más niños. Un estudio realizado por Lee Ellis en la Universidad Estatal Minot, Dakota del Norte, encontró una "pequeña pero muy significativa relación" entre el IMC y los niveles reproductivos. Las mujeres con un peso normal o menor tienen en promedio 3,2 hijos, mientras que aquellas con sobrepeso o directamente obesas tienen en promedio 3,5 hijos. Tener muchos hijos aumenta las oportunidades de aumentar de peso, si no por otra razón, por lo menos a causa de la falta de sueño. Pero Ellis también demostró que el IMC de las personas antes de volverse progenitores está asociado con el número de hijos que eventualmente tienen.

6. Un poco mayor.

Algunos grupos de personas simplemente son más gordos que otros. Encuestas realizadas por el Centro Nacional Estadounidense para las Estadísticas de Salud encontraron que era alrededor de 3 veces más probable que los adultos de entre 40 y 79 años fueran más gordos que la gente más joven. Las mujeres que no son blancas también tienden a ubicarse en el costado más redondo del espectro: las mexicano-americanas tienen un 30 % más de posibilidades que las blancas de ser obesas, y las negras corren el doble de riesgo.

7. Más drogas.

Actualmente, millones de personas toman neurolépticos. Más allá de su indudable éxito para tratar la psicosis, tienen una desventaja: los usuarios en general aumentan 4 kilos en las primeras 10 semanas, y otros cuatro o cinco en el año siguiente. Los neurolépticos no son la única clase de droga que hace engordar: los anticonvulsivos para tratar la epilepsia, los antihipertensivos para la presión sanguínea alta, los inhibidores de la proteasa para tratar el SIDA y la medicación de la diabetes, incluida la insulina, todos están asociados con un aumento de peso. Los bloqueadores beta hacen que la gente que los usa aumente en promedio 1,2 kg, y al tomar píldoras anticonceptivas durante más de 2 años se aumentan unos 5 kilos. Aunque comunes, incluso los antihistamínicos de venta libre pueden hacer engordar.

8. La contaminación.

Cotidianamente estamos expuestos a miles de químicos industriales: pesticidas, lavandinas, saborizantes, perfumes, plásticos, resinas y solventes, para nombrar sólo unos pocos. Los tragamos, inhalamos y absorbemos a través de nuestra piel. Existe alguna evidencia de que bajos niveles de algunos de estos químicos pueden conducir a un aumento de peso. Los ratones a los que se les dan pequeñas cantidades del pesticida dieldrina, por ejemplo, redoblan con creces su grasa corporal. La hexaclorobenzina, otro pesticida, hace que las ratas engorden de manera significativa aunque coman menos. Estudios en humanos expuestos al PCB por comer peces de los grandes lagos de América del Norte encontraron conexiones similares: cuanto más tóxica la carga, mayor el peso corporal. Algunos de estos químicos interfieren en el funcionamiento de hormonas como el estrógeno. Numerosos estudios en animales y en humanos sugieren que cuando los estrógenos no funcionan correctamente, aumenta la adiposidad. Y nuestra exposición a estos químicos está aumentando: un estudio sueco encontró que la concentración de PBDE (éter difenílico polibromado, un retardante de ignición actualmente prohibido) en la leche materna se duplicó cada 5 años entre 1972 y 1998.

9. Madres maduras.

Una madre más añosa parece ser un factor de riesgo independiente respecto de la obesidad. Los resultados de un estudio de crecimiento y salud realizado por el Instituto Nacional Estadounidense del Corazón, los Pulmones y la Sangre muestra que las posibilidades de un niño de volverse obeso aumentan alrededor de un 14 % cada 5 años extra en la edad de su madre, a pesar de que no se sabe porqué. Michael Symonds de la Universidad de Nottingham, Reino Unido, descubrió que los corderos que nacían de ovejas ancianas acumulaban más tejido adiposo en el primer año de vida. Symonds también descubrió que los primogénitos tienen más grasa corporal que sus hermanos más pequeños. En los Estados Unidos, en 1976, 9,6 % de las mujeres de aproximadamente 40 años habían tenido sólo un hijo; en 2004 eran el 17,4 % las que se encontraban en esa situación. Esta combinación de madres añosas y mayor cantidad de hijos únicos puede estar contribuyendo a la epidemia de la obesidad.

10. Me gustas tú.

De la misma manera en que la gente se junta de acuerdo con su aspecto, también lo hace de acuerdo con su tamaño. En un estudio de 1341 familias canadienses publicado en 1999, Peter Katzmarzyk, de la Universidad York, en Toronto, descubrió que existe una pequeña pero significativa relación entre marido y mujer respecto tanto del IMC como de la medida de los pliegues cutáneos que no puede ser atribuida al hecho de que viven juntos. Por sí mismo, casarse con alguien de estructura corpórea similar no puede considerarse la causa del aumento de la obesidad. Pero combinado con otras cosas -particularmente con el hecho de que la obesidad es en parte genética, y que la gente más pesada tiene más niños- amplifica el aumento de la obesidad debido a otras causas.

Fuente: diario La Nación.

Fármaco contra la Obesidad, útil para la diabetes tipo 2

Los diabéticos han de medir su nivel de glucosa para controlarla.

Además de tratar la obesidad y el sobrepeso, el fármaco rimonabant también podría estar indicado para la diabetes tipo 2, según un trabajo presentado en el XIX Congreso Mundial de Diabetes, celebrado en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

Los autores de este estudio preliminar sugieren que su combinación con otros antidiabéticos puede ser una alternativa en el futuro para el tratamiento de la enfermedad.

Este medicamento está actualmente indicado, junto con dieta y ejercicio, en obesos y personas con sobrepeso que tengan asociados otros factores de riesgo cardiovascular.

Sin embargo, hasta el momento no se había comprobado de forma específica su efectividad frente a la diabetes.

El estudio SERENADE es, por tanto, el primer ensayo clínico del medicamento en la diabetes.

Y sus conclusiones son esperanzadoras.«Rimonabant potencia el efecto de la intervención nutricional. Este estudio es importante porque abre un nuevo marco de posibilidades en el tratamiento de la diabetes», explicó a SALUD Julio Rosenstock, director del Centro de Endocrinología y Diabetes de Dallas (EEUU) y uno de los autores de la investigación.

Su trabajo, realizado en 278 pacientes de 56 centros de diferentes países, evaluó los efectos de rimonabant en personas con diabetes tipo 2.

Se trataba de pacientes que no conseguían controlar su enfermedad únicamente con dieta pero que tampoco estaban tomando tratamiento farmacológico para su dolencia.

En este grupo de diabéticos, la acción del fármaco resultó eficaz a la hora de controlar los niveles de glucosa. «Más de la mitad de los pacientes que tomaron rimonabant consiguieron reducir sus niveles de azúcar en sangre por debajo de un 7 %, el valor que establece como adecuado la Asociación Americana de la Diabetes», señala Rosenstock, encargado de presentar el estudio durante el congreso.

En concreto, los pacientes que tomaron rimonabant experimentaron una reducción de la glucemia del 0,8%, frente al 0,3% entre aquéllos que fueron tratados con un placebo (sustancia inactiva). Al inicio del tratamiento, los voluntarios presentaban una concentración de azúcar del 7,9 % por término medio. Estos cambios en dichos niveles se produjeron independientemente de la pérdida de peso que habían conseguido los participantes, «lo que sugiere un efecto farmacológico directo sobre la glucosa», subraya Rosenstock.

Los pacientes que tomaban rimonabant también conseguían controlar el sobrepeso y mejorar factores de riesgo cardiovascular, como el perímetro abdominal, o los niveles de colesterol bueno y triglicéridos. Sólo la tensión arterial no experimentó cambios con el tratamiento.

Los autores del estudio remarcaron que el fármaco, que bloquea ciertos receptores endocannabinoides cerebrales encargados de estimular el apetito, muestra, en general, «una buena tolerancia». Entre sus efectos secundarios destacan el vértigo, las náuseas y los síntomas depresivos. Precisamente, las reservas sobre este novedoso mecanismo de acción han hecho que la agencia estadounidense del medicamento, la FDA, retrasase su autorización, a la espera de nuevos datos sobre su seguridad.

En Europa, rimonabant está autorizado desde junio. Según fuentes de Sanofi-Aventis, fabricante del producto, estará en España en el primer cuatrimestre de 2007.«Tiene un gran potencial», añade Rosenstock, aunque matiza que «hay que seguir explorando». Son prioritarios más trabajos sobre la diabetes para frenar la grave epidemia que sufren, sobre todo, los países desarrollados.

Fuente: El Mundo.

OPS lanza nuevo sitio con campaña contra la Obesidad

En la presentación del nuevo sitio de internet, especialistas en dieta y nutrición de la OPS señalaron que para revertir la epidemia de obesidad en América Latina y el Caribe es necesario contar con el apoyo de todos.

Se estima que el nuevo espacio posibilite, además, viabilizar contribuciones en apoyo a este esfuerzo por la salud de la región, pues la obesidad es hoy un problema crítico y sin precedentes.

La propia Organización Panamericana de la Salud reveló que entre un 50 y 60 % de los adultos en América Latina y el Caribe tienen un peso excesivo o son obesos.

Además, los índices de obesidad en los niños menores de cinco años oscilan entre 7 y 12 %.

Según la OPS, el sitio integra una estrategia regional sin antecedentes, a su vez circunscrita en directrices globales.

Con ello se invita a familias, padres y jóvenes de todos los países, así como a líderes, intelectuales, instituciones científicas e industria, a prestar atención al llamado y sumarse activamente a los esfuerzos para revertir la epidemia de obesidad.

El doctor Enrique Jacoby, asesor regional de la Unidad de Nutrición de la OPS, dijo que el sitio es una de la gran cantidad de actividades que la OPS ha generado contra lo que en el mundo ha dado en llamarse "globesidad".
Jacoby también señaló que se debe asumir que comer sano y realizar actividad física pueden formar estilos de vida con los que todos ganan.

Fuente: Prensa Latina.

martes, diciembre 12, 2006

La diabetes afecta ya a 246 millones de personas

Y es que la diabetes es ya responsable de 3,8 millones de muertes cada año, una cifra similar en magnitud a las causadas por el SIDA.

La diabetes afecta en la actualidad a 246 millones de personas en todo el mundo, aunque el número total de enfermos se disparará a 380 millones dentro de 20 años si no se toman medidas, según las estimaciones del Atlas de la Diabetes, hechas públicas hoy en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) por la Federación Internacional de esta patología (FID).

A día de hoy, el 46% de todos los afectados figura en el grupo de edad comprendido entre los 40 y los 59 años. Tras destacar que incluso las predicciones más pesimistas han quedado muy lejos de la cifra oficial, el presidente de la FID, Pierre Lefebvre explicó que mientras hace sólo 20 años, "la mejor información disponible sugirió que 30 millones de personas convivían con la diabetes", al actual panorama es "mucho más desolador".
"La diabetes se está convirtiendo rápidamente en la epidemia del siglo XXI", añadió.

Zonas más afectadas

La diabetes, especialmente la de tipo 2, afecta ahora al 5,9% de la población adulta del mundo, con casi un 80% del total en los países en desarrollo.

Las regiones con las tasas más altas son el Mediterráneo oriental y el Oriente Medio, donde el 9,2% de la población adulta se ve afectada, y Norteamérica (8,4%).

Las cifras más elevadas, sin embargo, se encuentran en el Pacífico occidental, donde unos 67 millones de personas tienen diabetes, seguido de Europa, con 53 millones.

Según informó hoy la Federación, la India lidera la lista de los 10 países del mundo con el mayor número de personas con diabetes, con una cifra actual de 40,9 millones, seguida de China con 39,8 millones.

Por detrás están Estados Unidos, Rusia, Alemania, Japón, Pakistán, Brasil, México y Egipto.
Los países en desarrollo son 7 de los 10 primeros del mundo.

Explosión global de la enfermedad

El presidente electo de la FID, Martin Silink, dijo por su parte que "la bomba de relojería de la diabetes ha ido avanzando durante 50 años, y ahora suena más fuerte".

A pesar de las advertencias, las sucesivas generaciones de líderes mundiales siempre han ignorado el peligro. La diabetes ha explotado ahora con mayor fuerza en Oriente Medio, la India, China y Estados Unidos, añadió".
A juicio de la FID, una interacción compleja de factores genéticos, sociales y medioambientales está impulsando la explosión global de la diabetes de tipo 2.

En concreto, en los países de rentas bajas y medias, la mejora económica puede producir alteraciones del estilo de vida que resulten en cambios en la dieta y una disminución de la actividad física dentro de una generación o dos.
Como consecuencia, las personas pueden desarrollar diabetes a pesar de que aumenten relativamente poco de peso.

En el mundo desarrollado, la diabetes es más común entre las comunidades más pobres.
De cualquier forma, donde la pobreza y la falta de higiene llevan a las familias a recurrir a comidas hipercalóricas de bajo costo y bebidas gaseosas, la diabetes de tipo 2 aumenta su presencia.

Magnitud similar al SIDA

Antes se consideraba una enfermedad de las personas mayores, pero actualmente la diabetes ha retrocedido una generación para afectar a personas en edad laboral, especialmente en los países en desarrollo. En este sentido, el vicepresidente de la FID, Jean-Claude Mbanya, dijo que "esta epidemia es responsable de mucho sufrimiento y muchas muertes; sin embargo, muy poco se lleva a cabo para ponerle freno". "En las economías en crecimiento como la India y China, la diabetes pronto comenzará a tener consecuencias devastadoras.
No hacer nada para abordar la epidemia tensará significativamente el desarrollo económico de muchos países y comprometerá los Objetivos de Desarrollo del Milenio", concluyó.

Fuente: Web Salud.

martes, diciembre 05, 2006

Hay más infartos en menores de 40 años

Aumentaron un 20% en 6 años.

Los problemas cardíacos atacan cada vez más temprano. Por un lado, debido al impacto de los tradicionales factores de riesgo –como la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo–, que cada vez se presentan a más corta edad. Pero también por otros factores no tradicionales –el uso de drogas, la depresión o ciertas infecciones– que afectan a los jóvenes. Así, el infarto que se presenta antes de los 40 años está dejando de ser algo excepcional.

“El registro Grace, que consigna la tasa de eventos coronarios de 104 hospitales públicos y privados de 14 países (entre ellos, la Argentina), muestra que entre 1999 y 2005 la tasa de infarto creció un 19,5% en los menores de 40 años”, dijo a LA NACION el doctor Enrique Gurfinkel, miembro del comité ejecutivo del Registro Global Multicéntrico de Eventos Coronarios Agudos (cuya sigla en inglés es Grace).

“Aunque la proporción de infartos en menores de 40 años ha sido siempre baja, lo cierto es que en sólo seis años ha habido un incremento notable y llamativo: hoy representan el 8% del total de los infartos, cuyo promedio de edad está entre los 66 y 68 años –precisó el cardiólogo–. Esta es una tendencia mundial que también afecta a la Argentina.”

Para Gurfinkel, que también es jefe de la Unidad Coronaria de la Fundación Favaloro, parte de este aumento estaría vinculado con factores de riesgo cardiovascular no tradicionales. “En los porteños, por ejemplo, estamos viendo muchos casos de infarto en consumidores de drogas, principalmente de cocaína”, dijo. Esa droga altera el tono muscular de las arterias coronarias, lo cual predispone a su consumidor al infarto.

“Las adicciones están haciendo crecer el número de jóvenes que padecen un infarto”, coincidió el doctor Fernando Botto, jefe de la Unidad Coronaria del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA), que en la última semana atendió a dos jóvenes infartados de 30 y 34 años; uno de ellos era consumidor de cocaína. "Hace 10 años era muy raro ver estos casos."

Además, retomó Gurfinkel, "los adictos suelen mezclar drogas: no es infrecuente que usen cocaína, viagra y algún excitante al mismo tiempo. Y mientras algunas drogas alteran la actividad plaquetaria y aumentan el riesgo de obstrucción de las arterias coronarias, otras, como el viagra, pueden reducir la presión arterial".

Para este cardiólogo, otros factores de riesgo cardiovascular no tradicionales que pueden estar detrás del aumento de infartos en adultos jóvenes son la depresión y ciertas enfermedades infecciosas, como la gripe, que tienen un vínculo cada vez más evidente con los problemas cardíacos.

"A partir de estudios que demuestran que la vacunación antigripal reduce el riesgo de infarto en la edad adulta, la OMS ha reducido de 65 a 50 años la edad a partir de la cual se aconseja vacunar contra la gripe. Por otro lado, un factor que se asocia al infarto en los jóvenes es la depresión."

Diversos estudios han sugerido que la depresión da lugar a ciertos procesos inflamatorios que dañan las paredes de las arterias. Así, según la OMS, la depresión aumenta 4 veces el riesgo de sufrir un infarto de miocardio.

Peligros convencionales

El aumento del infarto entre los menores de 40 años que revela el registro Grace también puede explicarse por los tradicionales factores de riesgo cardiovascular, que cada vez se presenta a más corta edad. Incluso desde la más tierna infancia.

"Estudios realizados en chicos menores de 15 años muestran que el 50% presenta estrías grasas en sus arterias; éstas son microscópicos depósitos de grasas que constituyen la lesión precursora de la aterosclerosis -señaló el doctor Botto-. Pero otro estudio realizado en menores de 20 años mostró que ya el 8% tenía pequeños ateromas."

Los ateromas -depósitos de grasa que se forman en el interior de las paredes arteriales- constituyen un paso más allá de las estrías grasas y forjan el camino de la aterosclerosis, que progresivamente va obstruyendo los conductos sanguíneos del organismo.

¿Cuáles son los factores que motorizan el cada vez más precoz desarrollo de la aterosclerosis? "Los chicos cada vez hacen menos actividad física, se alimentan peor, fuman más y se ven afectados cada vez más temprano por la diabetes", respondió el jefe del Servicio de Prevención y Calidad de Vida del hospital Churruca.

Una encuesta nacional realizada por la Sociedad Argentina de Pediatría reveló que el 80% de los chicos y adolescentes de entre 10 y 19 años no realiza actividad física, una de las principales herramientas para mantener en forma al corazón. Ese mismo estudio concluyó que uno de cada cuatro jóvenes (el 26,4%, más precisamente) tenía exceso de peso.

Los chicos con sobrepeso y obesidad tienen un riesgo de 3 a 5 veces mayor de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular antes de cumplir los 65 años, estimó la Federación Mundial del Corazón, organización sanitaria que el año pasado dedicó el Día Mundial del Corazón a advertir sobre la necesidad de comenzar a cuidar la salud cardiovascular desde la más tierna edad.

En cuanto a la diabetes, que, se sabe, aumenta cuatro veces el riesgo de infarto, un estudio del hospital Garrahan mostró que la mitad de los chicos obesos que se atienden en el hospital tenía resistencia a la insulina, una condición que de no ser tratada conduce a la diabetes.

¿Y el cigarrillo? "Una encuesta realizada en colegios porteños muestra que 6 de cada 10 chicos de entre 13 y 15 años ya han probado el cigarrillo".

Dado que la aterosclerosis comienza cada vez más temprano, "la prevención cardiovascular debe comenzar en la infancia, principalmente de la mano de hábitos saludables de alimentación y actividad física".

Prevención
Para prevenir factores de riesgo cardiovascular tradicional:

Cigarrillo: no fume y no permita que fumen delante de sus hijos.

Alimentación: reduzca el consumo de azúcar, sal, grasas saturadas y aceites hidrogenados; eleve el de frutas, verduras y pescados.

Ejercicio: se aconseja un mínimo de 30 minutos diarios de actividad física.

Para factores de riesgo no tradicionales:

Vacuna:
se aconseja la antigripal después de los 50 años.

Drogas: su uso indebido puede aumentar el riesgo de infarto.

Depresión: sin tratamiento aumenta 4 veces ese riesgo.

Fuente: diario La Nación.

Lactancia materna y diabetes tipo 2

Amamantar reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro, indica un análisis cuantitativo de estudios realizado por investigadores en el Reino Unido.

"Queda por resolver si ese efecto se puede atribuir a una diferencia en el contenido de la leche materna comparada con la fórmula o si el entorno familiar y la nutrición de los bebés alimentados con leche materna son distintos a los de los bebés criados con fórmula", comenta el Dr. Christopher G. Owen, de St. George's University of London, director de la revisión.

Dada la inconsistencia en los resultados de estudios individuales sobre la relación entre la lactancia materna y el riesgo de diabetes tipo 2, el equipo realizó una revisión sistemática y un análisis ajustado de estudios importantes en la literatura médica sobre el tema.

En siete estudios con 76.744 pacientes, aquellos que habían sido amamantados de bebés tenían un 39% menos de riesgo de diabetes tipo 2 en la edad adulta.
Los resultados de esos 7 estudios fueron "muy consistentes, a pesar de la diferencia en la naturaleza de las cohortes", señalan los autores en “American Journal of Clinical Nutrition”.

Fuente: Jano on line.

La depresión golpea cada vez con más fuerza en los países ricos

Aseguran que es porque incide más el aumento de la expectativa de vida que las condiciones sanitarias.

Aunque las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en los países ricos, la depresión ya se ha convertido en la enfermedad con mayor impacto social, advierte un estudio de la OMS difundido en la revista científica PLoS Medicine.

En los próximos 25 años, las enfermedades de falta de riego sanguíneo en el corazón, como el infarto, seguirán liderando las causas de muerte, ya que repre sentarán un 15,8% de las defunciones en el año 2030. Si se les suman el 9 % de las enfermedades en el cerebro —los ictus o infartos cerebrales—, 1 de cada 4 muertes en los países desarrollados se deberá a trastornos de la circulación sanguínea.

Pero si en lugar de contar el número de muertes se analizan los años de vida perdidos por muerte prematura, o vividos en situación de discapacidad, la depresión unipolar seguirá siendo en 2030 la enfermedad con un mayor impacto social.

"Menos de la mitad de los episodios de depresión grave se diagnostica correctamente en los países ricos, y sólo la mitad de los que se diagnostican recibe un tratamiento eficaz", comentó Colin Mathers, epidemiólogo de la OMS y coautor de la investigación.

Según previsiones de la OMS, la depresión presentará, además, un incremento a escala global, que la situará en segundo lugar detrás del SIDA en años de vida perdidos o vividos con discapacidad.

En conjunto, el estudio prevé una reducción de la mortalidad en edades tempranas y un recrudecimiento de las enfermedades ligadas al envejecimiento en todas las regiones del mundo. La esperanza de vida se situará en 85 años para las mujeres y en 79,7 para los hombres en los países ricos en el año 2030, con un récord de 88,5 años para la población femenina de Japón.

Estos datos son una actualización del histórico estudio de Impacto Global de la Enfermedad, publicado por la OMS en 1997, que hacía una prospección de las tendencias de salud global hasta el 2020 y en el que se basa gran parte de las actuales políticas de salud. Pero aquel estudio "se basaba en datos de 1990 que en gran medida han quedado desactualizados", opinan los autores de la investigación.

"En particular, subestimaron la expansión de la epidemia del SIDA". El estudio aspira a "sustentar las políticas sanitarias sobre datos actualizados", aunque los investigadores reconocen que hay "márgenes de incertidumbre amplios en las proyecciones de futuro".

Menos dudas hay en torno de la futura evolución de la depresión, que viene determinada en gran parte "por el crecimiento y el envejecimiento de la población, más que por un deterioro de las condiciones de vida", señaló Mathers.

Para reducir su impacto, "será importante mejorar la disponibilidad de tratamientos efectivos, pero también reducir el estigma en torno a las enfermedades mentales".

Dicen que aquí está "enmascarada".

Se estima que en los países ricos la depresión afecta a entre el 5 y el 8 % de la población.

"En la Argentina no existen estadísticas confiables, pero es posible que ese porcentaje sea aún mayor si se considera que aquí se vive con perspectivas sombrías o poco claras y que la depresión también tiene que ver con la ausencia de proyectos colectivos e individuales ", dijo el médico psicoanalista Luis Hornstein, autor del libro "Las depresiones".

En el país es de lo más común encontrar casos de "depresión enmascarada". Así se llama cuando este desorden mental que se caracteriza por la tristeza se presenta bajo síntomas somáticos. "Por eso acá es frecuente que los gastroenterólogos, los cardiólogos y los médicos clínicos estén acostumbrados a recetar antidepresivos".

Fuente: diario Clarín.

¿Qué es mejor para reducir el peso: la dieta o el ejercicio?

Una nueva investigación sugiere que para los adultos mayores que quieren bajar de peso, el ejercicio podría ser incluso más importante que reducir las calorías.

Investigadores norteamericanos han realizado un estudio con 34 adultos de entre 50 y 70 años, hallando que tanto quienes hacían dieta como quienes practicaban ejercicio reducían su peso.

Pero los que realizaban actividad física perdían peso y mantenían la masa muscular, la fuerza y la aptitud física, mientras que en los que hacían sólo dieta disminuían todos esos parámetros.

Los resultados, publicados en la edición electrónica del “Journal of Applied Physiology”, sugieren que el ejercicio resultó más beneficioso que hacer sólo dieta.
"La pérdida de peso inducida por el ejercicio ofrece el beneficio adicional de mejorar el rendimiento físico", declara el autor principal del estudio, el Dr. Edward Weiss, de la Washington University School of Medicine en Saint Louis.

La masa muscular y la aptitud cardiovascular disminuyen de manera natural con la edad, por lo que es especialmente importante que los adultos mayores traten de preservar los niveles de fuerza y aptitud física a medida que bajan de peso. "Si alguien quiere saber si debería hacer dieta o ejercicio para bajar de peso, la sugerencia es hacer ejercicio, si desea aprovechar el tiempo y el esfuerzo extra y no acumular kilos al comer más". Los resultados del estudio surgen de seguimiento de un año a adultos mayores sanos, que realizaron, al azar, ejercicio o dieta para perder peso.

Los participantes que se sometieron a dieta tuvieron reuniones semanales con un nutricionista para hablar sobre cómo modificar los hábitos alimentarios, mientras que los que hicieron ejercicio acudían a un entrenador todas las semanas.

La pérdida de peso promedio en cada grupo fue casi idéntica (unos 7,70 kilos en un año).

Pero mientras que los que hicieron dieta perdieron masa muscular, fuerza y resistencia, los que hicieron ejercicio las preservaron.
La diferencia no es sólo cuestión del tipo de ejercicios.

A medida que las personas pierden peso, hasta los movimientos de las actividades diarias desafían a los músculos, lo que disminuye el tamaño y la resistencia muscular.
Sin embargo, nada de eso significa que la dieta y la nutrición no son importantes, subrayaron los autores. La forma en que comemos es vital para la salud general y es clave para bajar de peso, incluso para las personas que hacen ejercicio.

Fuente: Jano on line.

Obesidad y cáncer de colon

Los pacientes obesos son más propensos a desarrollar recurrencias de cáncer de colon que aquellos con peso normal y a tener más riesgo de morir por la enfermedad, según demuestra un nuevo estudio.
Mientras que se desconoce si bajar de peso mejoraría la evolución, cambios saludables en el estilo de vida podrían tener otros beneficios para los pacientes obesos con cáncer de colon, ha indicado el equipo dirigido por el Dr. James J. Dignam, de la Universidad of Chicago.

Existe una evidencia consistente de que la obesidad, definida como un índice de masa corporal (IMC) de 30 o mayor, aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer de colon y agrava la evolución de los pacientes, señalan los autores en “Journal of the National Cancer Institute”.

Para comprender mejor la relación entre el IMC de un paciente y el resultado de la quimioterapia contra el cáncer de colon, los investigadores estudiaron a 4.288 personas con dicha enfermedad que participaban en dos ensayos clínicos nacionales.
Los pacientes tuvieron tratamiento quirúrgico tras el diagnóstico de cáncer de colon y a todos ellos se les indicó quimioterapia. Los científicos hallaron que las personas con un IMC de 35 o más (definidos como muy obesos) tuvieron un 38% de riesgo de recurrencia tumoral comparadas con los pacientes con peso normal (IMC entre 18,5 y 24,9).

Los pacientes muy obesos fueron además un 28% más propensos a morir durante el seguimiento de 11,2 años. Los pacientes con bajo peso también tenían un mayor riesgo de mortalidad comparados con aquellos con peso normal, aunque la causa de la mayoría del 49% de aumento del riesgo de muerte no estuvo relacionada con el cáncer de colon.

El equipo científico sugirió que el aumento del riesgo entre los pacientes muy obesos podría estar asociado con la relación entre la insulina, los factores de crecimiento análogos a la insulina y las proteínas que se unen a esos factores.
Aunque se necesitan más estudios para determinar si la evolución de los pacientes obesos con cáncer de colon mejoraría si bajan de peso, los autores agregan que "los médicos deberían usar las consultas frecuentes con esos pacientes para aconsejarlos sobre la posibilidad de modificar ese riesgo con cambios en el estilo de vida".

Fuente: Jano on line.