Mundo Salud

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sábado, junio 02, 2012

Los kilos de más en la mamá son clave en el peso del recién nacido

NUEVA YORK- Un equipo de investigadores halló entre 472 embarazadas, que las que tenían sobrepeso antes de concebir o que engordaron demasiado durante la gestación eran más propensas a tener una bebé "grande para la edad gestacional". Eso equivale a que un recién nacido pese más de 3.7 kg y los bebés tan grandes son más susceptibles a producir trastornos en la madre al nacer o a tener un parto por cesárea.

Los nuevos resultados sugieren que en las mujeres sin diabetes gestacional, lo que influye en el tamaño del bebé es el sobrepeso materno, indicó el doctor Ravi Retnakaran, del Hospital de Mount Sinai en Toronto. "Si queremos reducir el riesgo de dar a luz un bebé grande, hay que ocuparse del peso materno", agregó.

Casi la mitad de las embarazadas en EEUU comienza el embarazo con sobrepeso u obesidad. Estudios previos demostraron que el 0.5% ó 50 de cada 1000 desarrollará diabetes gestacional.

Los resultados publicados en el Canadian Medical Association Journal surgen en medio de un debate sobre si los expertos deberían reducir el valor "umbral" del azúcar en sangre que se utiliza para diagnosticarla. Canadá aún no adoptó ese enfoque. La Asociación Norteamericana de Diabetes respaldó la propuesta pero el Colegio de Obstetricia y Ginecología está demorando su decisión hasta conocer los resultados de una conferencia que los Institutos Nacionales de Salud realizarán en octubre.

Si se adopta el nuevo criterio, Retnakaran adelantó que a 1/5 de las embarazadas de Canadá se le diagnosticaría diabetes gestacional, más del doble que la cantidad actual. Pero a partir de los nuevos hallazgos, dijo que eso se traduciría en que el peso, y no el azúcar en sangre moderadamente alto, sería "el gran vaticinador" de un bebé de mayor peso al nacer.

Y el doctor Edmond A. Ryan, de la Universidad de Alberta en Canadá, coincidió. En las mujeres sin los criterios diagnósticos tradicionales de la diabetes gestacional, "la obesidad es más importante que la glucosa (azúcar en sangre)", dijo Ryan, autor de un editorial sobre el estudio. De modo que consideró clave ayudar a las embarazadas a controlar el peso (lo ideal es hacerlo antes del embarazo). Por otro lado, señaló que si aumentan los diagnósticos de diabetes gestacional, más mujeres se derivarían al endocrinólogo, se harían los controles de glucosa durante el embarazo y recibirían tratamiento para la diabetes.

Los nuevos resultados se obtienen de 472 embarazadas sin diabetes gestacional aunque casi 1/4 tenía niveles moderadamente altos de azúcar en sangre y hubo 68 bebés grandes para la edad gestacional. No existió una asociación clara entre la glucosa elevada y la posibilidad de tener un bebé con esa característica, sin embargo se registró una correlación entre el peso materno y la talla del bebé.

Por cada kilo que había engordado la madre en el embarazo, su riesgo de tener un bebé grande fue del 12 % y por cada punto de aumento del índice de masa corporal (IMC) antes del embarazo, la posibilidad aumentó un 16%. Para Retnakaran y Ryan, lo que se destaca es la importancia de prevenir el sobrepeso antes del embarazo por medio de una alimentación saludable y actividad física regular.

Fuente: Reuters Health.

Polémica cruzada contra las gaseosas en Nueva York

NUEVA YORK.- En una polémica iniciativa que ya está en boca de todos los ciudadanos de Nueva York y que busca combatir la obesidad, el alcalde de esa ciudad, Michael Bloomberg, quiere prohibir la venta de gaseosas azucaradas de más de medio litro en lugares públicos. Los restaurantes de comida rápida, los teatros, los cines, los estadios deportivos y los característicos puestos de panchos instalados a lo largo y a lo ancho del Central Park deberán limitar sus ventas de gaseosa a recipientes de menos de 16 onzas (470 mililitros), si el consejo municipal de salud aprueba la norma. Los supermercados y los almacenes están excluidos de la medida. Del mismo modo, en los locales de comida rápida, si bien sólo se ofrecerán vasos de menos de 16 onzas, seguirá permitido el "refill" (volver a llenar el recipiente). "La obesidad es un problema nacional. En todo EEUU los responsables de salud pública se lamentan y dicen que es terrible", expresó Bloomberg en una entrevista con el diario local The New York Times. Esta nueva norma, que entraría en vigor en marzo de 2013, incluye las gaseosas, las bebidas energizantes y los tés fríos azucarados. En cambio, las bebidas que contengan menos de 25 calorías, las aguas vitaminizadas, los jugos de frutas, las bebidas lácteas y las alcohólicas quedan fuera de las restricciones. La embestida de Bloomberg contra las gaseosas comenzó en 2009, cuando lanzó una campaña publicitaria contra su consumo. En ese momento señalaba que 600 mililitros de gaseosa diarios equivalían a 22 kilos de azúcar por año. Esta vez, el alcalde volvió a echar mano a datos duros. Ayer, subrayó que 58% de los adultos en Nueva York son obesos o tienen sobrepeso y que este problema también afecta al 40% de los niños de las escuelas públicas. Además, precisó que la obesidad causa la muerte de más de 5000 personas al año en esa ciudad. Con esta nueva norma, agregó, se pretende que para 2016 el porcentaje de adultos que consumen una bebida azucarada por día baje del 30 al 20%. El anuncio de la medida despertó reacciones de inmediato. La Asociación de Bebidas de Nueva York señaló a través de un comunicado que el Departamento de Sanidad de la ciudad "tiene de nuevo la insana obsesión de atacar este tipo de bebidas". En ese sentido, rechazó la idea de que la obesidad en el país pueda combatirse "atacando las gaseosas". Bloomberg, que dijo haber tomado una gaseosa dietética "en algún día de calor", replicó las críticas con sarcasmo. Señaló que él no controla las compras de los ciudadanos, que aún con la medida pueden comprar varias bebidas. "Podrán decir que el problema es que es menos conveniente transportar 2 vasos de 16 onzas hasta su asiento en el teatro que uno de 32", ironizó. La lucha contra la obesidad, que en 2010 afectaba a 2.4 millones de adultos en EEUU y alcanzó el rango de epidemia, tiene una representante a nivel nacional. Es nada menos que la primera dama, Michelle Obama, que protagoniza la campaña nacional "Let's move" (Movámonos), para advertir sobre los riesgos de la enfermedad como problemas cardiovasculares, diabetes, cáncer y trastornos del sueño. Para eso, la esposa de Barack Obama se pasea por programas de televisión para dar ejemplos de una alimentación saludable y ejercicio físico. "La niñera Bloomberg" La cruzada del alcalde de 70 años en defensa de la salud pública ya ha despertado polémica en ocasiones anteriores. La seguidilla de medidas para una ciudad "más saludable" le valieron el mordaz apodo de "niñera Bloomberg". Sus detractores apuntan que dicta medidas que afectan a la libertad personal de los ciudadanos. Sus defensores, en cambio, consideran que sus decisiones son pioneras y ejemplares para el resto del país. A partir de la legislación promovida por Bloomberg, los restaurantes y locales de comida rápida de Nueva York deben indicar las calorías en sus menús. Además, tienen prohibido el uso de grasas "trans" que aumentan el colesterol. Durante sus 3 mandatos, que está en el poder desde hace 10 años, se multiplicaron los permisos para la venta de frutas y verduras en las calles y se redujeron las autorizaciones para la distribución de snacks y bebidas menos saludables en lugares públicos. Asimismo, a comienzos de este año, una campaña publicitaria invitaba a los neoyorquinos a reducir sus porciones. Su medida más polémica, que incluso llegó a instancias judiciales, fue la prohibición de fumar incluso en espacios públicos. "Tenemos la obligación de advertirle cuando las cosas no son buenas para su salud -responde Bloomberg frente a las críticas-. Después Ud tiene la responsabilidad de cuidarse." Fuente: diario La Nación.

Tomar café a diario podría retrasar la muerte

Los adultos mayores que consumen 3 o más tazas de café al día podrían reducir su riesgo de muerte por causas comunes en 10% en comparación con los que no lo hacen, sugiere un gran estudio del Instituto Nacional del Cáncer de EEUU. El hallazgo se aplica a personas de 50 a 71 años que consumen café común o descafeinado e indica que beber café se asocia con un descenso en la muerte por enfermedad cardiovascular, enfermedad respiratoria, accidente cerebrovascular (ACV), diabetes, infecciones, lesiones y accidentes. Pero el equipo enfatizó que todavía no está claro de qué forma podría conferir un beneficio de salud y que el estudio no establece una relación causal. "Creo que es realmente importante apuntar que nuestro estudio fue solo observacional", señaló el autor líder Neal Freedman, investigador de la división de epidemiología y genética del cáncer del Instituto de Rockville, Maryland. "Eso significa que simplemente les preguntamos a las personas cuánto café ingerían y les dimos seguimiento", explicó. "Pero beber café es solo una de muchas cosas que la gente puede hacer. El café se asocia con varias conductas distintas. Así que no sabemos qué otra cosa podría afectar esta asociación". Por ejemplo, los que consumen café tienden a fumar más, una importante causa de muerte, anotó Freedman. "Así que cuando observamos la relación por primera vez, encontramos que los bebedores de café en realidad se enfrentan a un mayor riesgo de muerte, y solo cuando descontamos el tabaquismo hallamos una relación inversa". Para el estudio, los investigadores se enfocaron en los hábitos alimentarios de unos 400.000 hombres y mujeres inscriptos en el Estudio de la Dieta y la Salud de los Institutos Nacionales de Salud entre 1995 y 1996. Ninguno de los participantes tenía antecedentes de cáncer, ACV ni enfermedad cardiaca al inicio. Cada uno fue cuestionado sobre su consumo de café, que varió de cero a una categoría máxima de 6 tazas al día o más. La salud se rastreó hasta finales de 2008 o hasta la mortalidad. Los resultados mostraron que tomar incluso una taza de café al día se relacionaba con un menor riesgo de mortalidad general y específica por varios de los problemas de salud pública graves de hoy en día. Una excepción notable fue que no se relacionó con una reducción en la mortalidad por cáncer en mujeres y solo tuvo un impacto protector marginal entre los hombres. El efecto protector pareció ser mayor entre los que bebían más de una taza al día aunque se observó poca diferencia entre el beneficio aparente de 2 ó 6 tazas al día. "En el futuro debemos analizar los compuestos del café", añadió. "Además de la cafeína, el café contiene otras tantas sustancias con acción antioxidante, algunas de las cuales podrían ser beneficiosas y otras no". También hay que explorar la preparación del café, anotó Freedman. "Porque a muchas personas les gusta el café de filtro mientras que otras tienen máquinas de espresso o cafeteras francesas. Los granos se pueden tostar en distintos grados y cada una de esas opciones afecta el compuesto. No sabemos si esto a su vez influye en la asociación con la enfermedad", explicó. Los autores advirtieron que a los participantes no se les preguntó si sus hábitos de consumo de café habían cambiado durante el período del estudio y éste no tomó en cuenta los problemas de salud preexistentes. Por ahora, Freedman recomienda hablar con el médico antes de comenzar a tomar más café porque los antecedentes personales de salud podrían afectar los consejos que se reciban. Lona Sandon, dietista registrada y profesora asistente de nutrición clínica del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern en Dallas dijo que, como mínimo, el nuevo estudio parece confirmar lo que la mayor parte de la investigación hasta la fecha ha sugerido: beber café no es malo. "Ahora, este estudio va más allá y sugiere que en realidad podría ser útil", añadió Sandon. "Pero, ¿cuál es la conexión? Aún no lo sabemos". Apuntó que aún está por verse si se trata de la cafeína, los antioxidantes benéficos o fitoquímicos en los granos de café o simplemente algo vinculado con el estilo de vida. Fuente: Medlineplus.

Dormir poco y vivir lejos del trabajo hacen engordar

La obesidad y el sobrepeso siempre se asociaron principalmente a 2 factores: la carga genética y la alimentación. Pero 2 nuevos estudios confirman su relación con otras causas como la mala calidad del sueño y las largas distancias que se recorren para ir a trabajar. La investigación sobre el sueño, conducida por Orfeu Buxton, neurobiólogo de la Escuela de Medicina de Harvard, se publicó en la revista Science Translational Medicine. ¿Por qué dormir mal y poco engorda? Algunas respuestas se desprenden de la lógica: el cansancio sabotea la actividad física y alienta malas decisiones a la hora de comer. Pero la investigación demostró que dormir poco en forma habitual reduce la secreción de insulina y aumenta los niveles de glucosa en sangre, por lo que también incrementaría el riesgo de padecer diabetes. El mal descanso conduce al sobrepeso “a través de varios mecanismos entre los que se destacan cambios en la tasa metabólica, aumento en el nivel de hambre y mayor consumo de alimentos”. Los voluntarios del estudio durmieron 5.6 horas diarias durante 3 semanas y registraron una reducción del 8% en la capacidad de quemar calorías, lo que se traduciría en una suba de 4.5 kg anuales. Los especialistas locales avalan esta línea de investigación. “El sueño insuficiente aumenta la grelina y disminuye la leptina, 2 hormonas que regulan el apetito –señala Mirta Averbuch, directora del instituto Somnos Medicina del Sueño–. La grelina aumenta el hambre y favorece el depósito de grasa. Y la leptina disminuye el apetito y aumenta el gasto metabólico”. Sin embargo, no por dormir mucho se adelgaza. Lo que demuestran estas investigaciones es que “al igual que con la alimentación y la actividad física, los cambios leves pero sostenidos en las horas de sueño podrían tener un efecto clínico significativo sobre el peso”, explica Averbuch. Claro que con el estilo de vida actual cada vez hay menos tiempo para el descanso. Hoy una persona “duerme en promedio 6 horas por noche, 2 menos que hace 50 años, y esto se paga con un costo altísimo en la salud”. El otro estudio, de especialistas de la Universidad de Washington y publicado en el American Journal of Preventive Medicine, analizó cómo favorece el exceso de peso vivir lejos del lugar de trabajo. Probaron que quienes viajaban más de 16 km al trabajo (distancia equivalente a ir de Versalles a La Boca) tenían presión arterial alta, mientras que los que recorrían más de 24 km. (como llegar a Capital desde Castelar o Victoria) además quemaban menos calorías, pesaban más y hacían menos ejercicio. La clave parece estar en el tiempo en que se pasa sentado. “Baja la actividad de la enzima lipoproteína lipasa, necesaria para el consumo de triglicéridos y la glucosa, y para la producción del colesterol "bueno"”, explica Fernando Laíño, profesor de Educación Física que viene investigando cómo quienes viven en áreas suburbanas son más propensos al sobrepeso. Si bien pasar 2 horas diarias o más viajando en auto o transporte público disminuye el tiempo para realizar actividad física, esta no es la única variable a tener en cuenta. La OMS siempre recomendó a los adultos que dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la actividad física, pero un estudio publicado en el European Heart Journal comprobó que los efectos negativos del sedentarismo incluso se evidenciaban en quienes seguían esta recomendación. ¿El motivo? Pasaban gran parte del día sentados. Por eso los expertos coinciden en señalar la importancia de realizar pequeñas pausas activas a lo largo del día para disminuir la cantidad de tiempo en la que se permanece sedentario. Claudio Santa María, médico y rector del Instituto Superior de Ciencias de la Salud, recomienda “levantarse 5 minutos al menos cada 2 horas. En la oficina, desplazarse al escritorio del compañero para hablar en lugar de llamarlo por teléfono o poner la impresora lejos para levantarse a buscar una copia”. Para nuestros ancestros, el sedentarismo no era un problema. “El ser humano nació para moverse, se desarrolló y evolucionó moviéndose, pero ahora nos hemos adaptado a una vida sedentaria”, explica Edgardo Ridner, presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición. Estamos preparados para cazar nuestra comida con arco y flecha, pero llamamos al delivery para pedir una pizza. Por eso vale la pena incorporar el movimiento a nuestra vida actual. Fuente: Clarín.com.