Mundo Salud

Este es un espacio de noticias y consejos relacionados con la nutrición, la salud y el estilo de vida, para estar al tanto de los avances de la ciencia y practicar el auto cuidado responsable.

sábado, marzo 06, 2010

La alimentación materna modifica las alergias infantiles

Comer gran cantidad de frutas y verduras durante el embarazo reduce las probabilidades de tener un hijo con determinadas formas de alergia, según indicó el estudio de la Fukuoka University (Japón). Aumentar el consumo de vegetales verdes y amarillos, cítricos y verduras y frutas ricas en betacaroteno (generalmente las de color rojo y naranja) disminuye el riesgo de tener un hijo con eczema cutáneo, afirmó el equipo de Yoshihiro Miyake. Los alimentos ricos en vitamina E también disminuyen el riesgo de tener un hijo con problemas respiratorios, según lo publicado en la revista "Allergy".

El betacaroteno y la vitamina E son dos de los muchos antioxidantes presentes en las verduras y las frutas que benefician la salud. Pero estudios previos sobre el consumo materno y las alergias infantiles obtuvieron resultados contradictorios.

Esta área de investigación está en desarrollo. En el nuevo estudio, el equipo evaluó el consumo de verduras y frutas durante el embarazo de 763 mujeres y la aparición temprana de eczema o sibilancias en sus hijos.

Las mujeres tenían unos 30 años y 17 semanas de gestación cuando respondieron sobre su salud. Cuando los bebés tenían entre 16 y 24 meses de edad, las participantes informaron sobre el parto y la lactancia, la cantidad de hermanos mayores y la exposición al humo de tabaco.

El 21% de los niños tenía sibilancias o la había sufrido en los últimos 12 meses y menos del 19% tenía eczema.

Según los autores, las mujeres que consumieron la mayor cantidad de vegetales verdes y amarillos, cítricos o con beta caroteno durante el embarazo eran menos propensas a tener un bebé con este problema.

Por ejemplo, después de considerar factores de riesgo, la afección de la piel fue más común entre los niños cuyas madres comieron la menor cantidad de estos alimentos en comparación con las que más consumieron verduras verdes y amarillas, con 54 y 32 bebés respectivamente. Y el alto consumo de vitamina E en el embarazo estuvo asociado con una reducción de la posibilidad de tener un niño con sibilancias, como indicaron estudios previos en EEUU y Reino Unido.

Fuente: Allergy 2010.

Cenas en familia, descanso y poca televisión

Mantener rutinas hogareñas saludables como cenar en familia, dormir lo suficiente y limitar el tiempo diario dedicado a la televisión son elementos clave para evitar la obesidad en los niños en edad preescolar. La combinación de estos tres buenos hábitos reduciría en un 40% la incidencia de esta enfermedad en los infantes, según explica un estudio publicado en la revista "Pediatrics".

Aunque anteriores trabajos ya habían analizado el papel que desempeñan estos factores por separado: exceso de televisión, descanso inadecuado y, en menor medida, una baja frecuencia de comidas en familia, esta es la primera investigación que considera los efectos conjuntos de este trío de elementos en la obesidad de los niños estadounidenses de 4 años.

Los autores de este nuevo estudio, Sarah Anderson, profesora de Epidemiología en la Universidad Estatal de Ohio, y Robert Whitaker, profesor de Salud Pública y Pediatría en la Universidad de Temple (ambas en EEUU), contaron con una muestra de 8550 chicos nacidos en 2001. La recolección de datos, llevada a cabo en 2005, formó parte de un estudio llevado a cabo por el Centro Nacional de Estadísticas Educativas, dedicado a recopilar información acerca de los ambientes para el aprendizaje, la sanidad y el desarrollo de los niños.

Los investigadores examinaron cuál era la incidencia de obesidad entre los que seguían las siguientes rutinas saludables: cenar en familia más de 5 veces a la semana, dormir al menos 10 horas y media cada noche y ver entre semana la televisión menos de 2 horas al día.

Al examinar los datos, los científicos llegaron a la conclusión de que la prevalencia de la obesidad entre los niños que tenían estos hábitos era del 14.3%, mientras que el 24.5% de los que no respetaban ninguna de estas prácticas padecía obesidad.

La correlación entre estas sanas costumbres y una menor incidencia de obesidad se observó incluso en niños que contaban con factores adicionales de riesgo de sobrepeso como tener una madre obesa y/o con bajo nivel educativo, vivir en un hogar con ingresos por debajo del umbral de pobreza o crecer en un hogar monoparental.

Implicación familiar

Los autores del trabajo consideran que si los hogares que no llevan a cabo ninguna de estas tres rutinas adoptasen al menos una de ellas podrían disminuir el riesgo de obesidad en los niños en edad preescolar, mientras que si fueran 2 o 3 los buenos hábitos incorporados a la vida familiar el peligro se reduciría aún más.

De cualquier forma, también se observó que algunos niños padecen obesidad cuando sus familias respetan estas tres prácticas beneficiosas, lo que confirma que ni siquiera las conclusiones obtenidas en estudios de población tan grandes como éste son aplicables en todos los casos y nos recuerda que hay que seguir alerta.

"Nuestra investigación sugiere que estos hábitos podrían tener impacto. Pueden ayudar a las familias a trasladar la discusión más allá de la alimentación y el ejercicio, a otros aspectos del comportamiento y la biología que podrían estar potencialmente ligados a la obesidad", explica Anderson.

"Comer juntos, asegurarse de que los hijos duerman lo suficiente y limitar el tiempo de televisión puede ser más difícil para unas familias que para otras. De cualquier forma, según las circunstancias y limitaciones específicas, los padres deberían considerar cuánto les costaría contar con estas rutinas para su hijo. Tenemos que apoyarlos en sus esfuerzos de establecer y mantener estos hábitos", concluye la investigadora.

Fuente: Elmundo.es.

Advierten que las personas sedentarias viven menos

Un nuevo estudio realizado por científicos en Australia sugiere que las personas sedentarias podrían vivir menos años. La investigación se basó en el seguimiento de hábitos y estado de salud de 8800 adultos de 25 años o más durante 6 años y medio. Determinó que cada hora que se pasa sentado frente al televisor supone un incremento del 18% de las muertes por trastornos cardíacos y un aumento del 11% de la mortalidad en general.

Los que vieron televisión 4 horas por día o más tuvieron un 80% más de probabilidades de morir como consecuencia de enfermedades cardiovasculares que los que miraron televisión 2 horas o menos. Y tuvieron, además, un 46% más de probabilidades de morir por cualquier otra causa, sin importar si tenían sobrepeso o no. Estas conclusiones fueron publicadas en la edición online de Circulation: Journal of the American Heart Association.

Si bien es posible que personas que ya estaban enfermas vieran más televisión que las que gozaban de buena salud, los investigadores trataron de descartar ese tema mediante la exclusión de quienes ya padecían enfermedades cardíacas, así como por medio de la consideración de factores de riesgo como la dieta o el tabaquismo.

Si bien las ventajas de la actividad física ya están bien estudiadas (y todos los años diferentes asociaciones divulgan sus beneficios), los investigadores sienten un creciente interés por los efectos del sedentarismo. Un hábito que, sostenido en el tiempo, puede repercutir en la salud cardiovascular.

"Mucha gente pasa de un asiento a otro, del asiento del auto a la silla de la oficina y a otra silla frente al televisor", dice el principal autor del estudio, David Dunstan, del Baker IDI Heart and Diabetes Institute de Victoria, Australia.

"Incluso si una persona tiene un peso corporal saludable y permanece sentada durante períodos prolongados, ejerce una influencia perniciosa en el nivel de azúcar en sangre y en las grasas sanguíneas", aseguran los investigadores.

Fuente: Clarín.com.

Trucos para cuidar la mente

Las 7 claves de un cerebro joven

“Envejecer es un mal vicio que no se pueden permitir los que andan muy ocupados” (André Maurois)

Como no todo el mundo tiene tiempo o ganas de escribir novelas o de tocar el violín, vamos a ver las claves para mantener el cerebro joven a cualquier edad. Según el divulgador William Speed, hay 7 cosas que todo el mundo debería hacer para que su centro de operaciones no vea menguado su rendimiento:

1. Ejercicio. Según los especialistas en terapias antiaging, el mejor tonificador del cerebro son las zapatillas de deporte, ya que mejora el ritmo cardiaco y, por tanto, la circulación de la sangre. Un cerebro bien irrigado mantiene en buen estado las conexiones entre las neuronas, que son esenciales para el pensamiento. Por tanto, el ejercicio suave suministra más sangre y oxígeno a nuestro tejido cerebral, evitando que se deteriore.

2. Buena alimentación. El consumo de alimentos ricos en antioxidantes –frutas y verduras, legumbres, frutas secas, té verde– no sólo ayuda a prevenir el cáncer sino que neutraliza los temidos radicales libres que envejecen el cerebro. Una dieta rica en grasas puede derivar en presión arterial alta, diabetes, obesidad o colesterol, los cuales dificultan el riego sanguíneo cerebral.

3. Aprender siempre. Aunque nuestra materia gris empieza a envejecer a los 30 años, un aprendizaje constante permite mantener la agilidad. Para ello debemos procurar a la mente ejercicios y nuevos desafíos.

4. Mantener la calma. Jeansok Kim, un investigador de la Universidad de Washington, asegura que el estrés puede dañar los procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria. En especial, el estrés crónico debilita la región del cerebro denominada hipocampo, donde se forma y consolida la memoria.

5. Dormir suficiente. Un estudio llevado a cabo en Harvard con estudiantes de matemáticas demostró que un buen descanso nocturno duplicaba la capacidad de los participantes para resolver problemas planteados el día antes. Esto se debe a que, mientras dormimos, el cerebro se mantiene activo y tiene tiempo de sintetizar lo que ha aprendido con anterioridad. La expresión “voy a consultarlo con la almohada” tiene, por tanto, mucho sentido.

6. Reír. El humor estimula la generación de dopamina, una hormona y neurotransmisor que nos hace “sentir bien”. La risa nos ayuda a relativizar nuestras preocupaciones, con lo que evitamos que nuestra mente se ancle.

7. Aprovechar la experiencia. Lo bueno de hacerse mayor es que atesoramos un archivo con millones de situaciones que nos proporcionan criterio. Esta información podemos aprovecharla para afrontar problemas –nuestros o de otras personas– para los que una persona joven no está preparada.

Juegos para el cerebro

“Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen, envejecen porque dejan de jugar” (Oliver Wendell Holmes).

En las farmacias se venden sofisticados complementos vitamínicos para nutrir nuestro músculo pensante y las tiendas de productos naturales recomiendan ginseng para la vitalidad y gingko biloba para reforzar la memoria. Sin embargo, la mayoría de especialistas coinciden en que el juego es el protector número uno de las facultades mentales. La terapeuta Amber Hensley aconseja incorporar a nuestra rutina diaria alguna de estas actividades para mantener bien "lubricada" nuestra red neuronal:

• Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, el dominó o las cartas incluyendo los solitarios.

• Puzzles, mecanos y otros de construcción.

• Crucigramas, sudokus o cualquier pasatiempo.

Para los que se aburren con esto, aprender un idioma es una excelente manera de "engrasar" todos nuestros circuitos cerebrales, ya que implica ejercitar la memoria, entender nuevas estructuras y sintetizar reglas gramaticales.

Por supuesto, dos actividades como leer y escribir también resultan una gimnasia mental de primer orden al igual que aprender a tocar algún instrumento musical.

Una actitud optimista será el complemento imprescindible para que nuestro cerebro sea un generador de creatividad en lugar de un pozo de lamentos. Alimentar la curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo es todo lo que hace falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la vida. Como reza un proverbio irlandés, “nunca lamentes que te estás haciendo viejo porque a muchos les ha sido negado este privilegio”.

“La única forma de mantenerse joven mentalmente es no dejar nunca de jugar. Independientemente de la edad, debemos vivir como si estuviéramos poniendo a prueba el mundo, es decir seguir siendo niños. Cuando observamos a grandes artistas como Matisse, Picasso o Miró, entendemos que en esencia continuaron haciendo lo mismo que en su infancia: jugar, divertirse, ponerse nuevos retos. Mantener la ilusión cada día y no renunciar a los valores de la infancia es el elixir de la juventud. También para el cerebro, pues en cuanto empiezas a pensar como un viejo ya has perdido la batalla. Por eso es bueno que los abuelos estén cerca de sus nietos y les vean jugar e imaginar. Los niños son nuestros mejores maestros” (Gerard Rosés, pintor).

Fuente: Elpaís.es.

Incluir las calorías en los menús de comida rápida

Cuando la información nutricional está disponible en los menús de los restaurantes de comida rápida, es más probable que los padres elijan alimentos más bajos en calorías para sus hijos, según encuentra una investigación reciente.

Muchas cadenas de restaurantes de EEUU proveen ahora la información nutricional sobre los artículos de sus menús, con frecuencia como resultado de la legislación. Pero no estaba claro si dicha información implicaría un consumo más saludable.

El nuevo estudio, llevado a cabo con menús de McDonald's, sugiere que así es.

"Cuando se proporciona la información sobre as calorías a los padres, eligen unas 100calorías menos [por comida] para sus hijos de 3 a 6 años en comparación con padres que no poseían esa información", aseguró la investigadora principal, la Dra. Pooja Tandon, becaria de postgrado del departamento de pediatría general de la Universidad de Washington en Seattle.

"Con el tiempo, 100 calorías es en realidad una cantidad significativa en cuanto al aumento de peso, teniendo en cuenta los índices de consumo de comida rápida y obesidad infantil en nuestro país", añadió.

El informe aparece en la revista Pediatrics.

Para el estudio, el equipo de Tandon encuestó a 99 padres de niños de 3 a 6 años sobre los alimentos que seleccionaban para sus hijos en restaurantes de comida rápida.

A los padres se les dieron imágenes de opciones del menú de McDonald's y se les preguntó qué alimentos elegirían para sí mismos y para sus hijos. La mitad de los menús tenían información calórica y la otra mitad no.

Entre las opciones había emparedados, ensaladas, salsas, acompañamientos, bebidas, postres y comidas para niños.

El equipo encontró que los padres que recibieron menús con información sobre las calorías elegían alimentos con un promedio de 102 calorías menos para sus hijos que aquellos cuyos menús no presentaban datos.

Sin embargo, no hubo diferencia entre los dos grupos respecto a las calorías que los padres elegían para ellos mismos.

"Sabemos que el consumo de comida rápida ha estado aumentando. Sabemos que los índices de obesidad infantil son alarmantemente altos", advirtió Tandon.

"Estos resultados me dan optimismo de que si se proporciona información nutricional a los padres en el sitio donde compran comida para sus hijos eligen en realidad opciones con menos calorías y más sanas".

Tandon también espera que los restaurantes cambien sus menús y ofrezcan más comidas sanas.

Samantha Heller, dietista registrada, nutricionista clínica y fisióloga del ejercicio, dijo que "publicar las calorías en los menús es una buena idea y los dietistas registrados como yo esperan que ayudará a la gente a elegir opciones más sanas cuando salen a comer".

Los consumidores también necesitan tomar en cuenta otros valores de los alimentos como la sal, la grasa saturada y el colesterol.

"Pedir alimentos más sanos y con menos calorías para niños y adultos ciertamente es una buena meta", comentó. "Obviamente, la epidemia de obesidad infantil es muy preocupante y necesitamos tomar medidas para asegurar la salud y bienestar de nuestros hijos".

"Los padres son modelos para sus hijos. No solo necesitan permanecer sanos ellos mismos sino que deben mostrar cómo se come y se lleva un estilo de vida sano mediante el ejemplo".

Una investigación presentada en la reunión anual de la Obesity Society en Washington, D.C., hace eco de los hallazgos del grupo de Tandon. En ese estudio, encuestaron a más de 10.000 clientes de 275 restaurantes de comida rápida en la ciudad de Nueva York. Encontraron que los que utilizaban la información calórica disponible seleccionaban alimentos que totalizaban 106 calorías menos frente a aquellos que no lo hacían.

Fuente: Medlineplus.

El sol protege del cáncer de colon

MADRID.- La luz solar es una fuente importante de vitamina D, dado que los rayos UV dan inicio a su síntesis en la piel. Otras fuentes son los lácteos, la yema de huevo y los aceites de hígado de pescado.

"Las evidencias científicas existentes sobre vitamina D y el menor riesgo de cáncer de colon eran poco consistentes debido en parte a que se basaban en trabajos realizados con cuestionarios sobre la dieta y este nutriente también se obtiene de otras fuentes, como es su producción endógena por exposición al sol. Nuestro estudio mide las concentraciones en sangre de la mencionada vitamina en una amplia muestra de pacientes y confirma su papel protector frente a los tumores del colon y el recto", destaca Carlos Alberto González, epidemiólogo del Instituto Catalán de Oncología y director de la sección española del estudio Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición del que se han obtenido los datos del nuevo trabajo.

Su director, Mazda Jenab, de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer con sede en Francia, se expresa en términos similares. "Confirmamos que los niveles más altos de vitamina D en sangre se asocian con un riesgo reducido de cáncer colorrectal. Sin embargo, todavía queda por determinar si esta vitamina tiene un papel causal en la prevención o si es un marcador de otros eventos. Si tiene un papel causal, entonces las concentraciones en sangre cada vez mayores del nutriente deben reducir el riesgo de cáncer. Si es un marcador de otros acontecimientos, o una consecuencia del mal estado de salud, elevar las concentraciones de la vitamina D en sangre tendría poco efecto sobre la incidencia de cáncer colorrectal. Por el momento, ya que nuestro estudio es prospectivo, apunta hacia la primera posibilidad".

El trabajo, publicado en el "British Medical Journal" es "útil porque tiene una potencia estadística muy grande dado el número tan elevado de participantes. Viene, además, a constatar lo que estudios previos han apuntando y es que la vitamina D tiene un efecto sobre el cáncer de colon. De hecho, hay evidencias de que la incidencia de este tipo de tumores es más elevada en los países con menos horas de luz al día", valora Félix Bonilla, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Puerta de Hierro de Madrid.

Alberto Muñoz, que lleva diez años investigando sobre vitamina D en su laboratorio del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols del Consejo Superior de Investigaciones Científicas corrobora "que el estudio confirma datos de otros muchos trabajos previos: niveles elevados de calcidiol en sangre (en otros casos, de irradiación solar o ingesta de vitamina D/calcio) se asocian con menor riesgo de cáncer de colon. Lo más interesante del mismo es que analizan una población muy grande y así muchos casos de cáncer colorrectal. Además, midieron los niveles de calcidiol antes del diagnóstico, que es mucho más conveniente que valorar la dieta o la irradiación solar".

Vitamina sí, suplementos aún no

La nueva investigación forma parte del estudio en el que participan diez países europeos, 23 centros de investigación y un total de 521.000 sujetos de entre 35 y 64 años. Entre 1992 y 1998 todos los participantes completaron cuestionarios detallados sobre su dieta y estilo de vida. Además, los científicos recolectaron una muestra sanguínea de cada uno de ellos. Durante el tiempo que duró la investigación se diagnosticaron 1248 casos de cáncer colorrectal que fueron comparados con 1248 personas sanas.

Los datos revelan que los participantes con niveles más elevados de concentración en sangre de vitamina D tenían un casi 40% de disminución de este tipo de tumor en comparación con aquéllos con los niveles más bajos. Pese a los datos, todos los expertos consultados insisten en que "todavía no se debe recomendar el consumo de suplementos de vitamina D para prevenir el cáncer de colon".

De hecho, "un exceso de este nutriente puede tener efectos perjudiciales. En los países mediterráneos, con la exposición al sol tras salir a la calle los fines de semana es suficiente, además de consumir productos lácteos".

Futuras investigaciones "tendrán que demostrar si inducir mayores concentraciones de vitamina D circulante mediante el uso de suplementos de este nutriente previenen el cáncer colorrectal. De momento, unos niveles óptimos se pueden lograr con una dieta equilibrada combinada con una exposición regular y moderada a la luz solar. Además, el mensaje que debe llegar a casa para la prevención del cáncer colorrectal es: dejar de fumar, aumentar la actividad física, reducir la obesidad y la grasa abdominal y limitar la ingesta de alcohol y carnes rojas y procesadas".

La vitamina D interviene en la regulación del crecimiento de las células sanas y tumorales del colon. Pero su potencial preventivo no se limita al cáncer. Las personas con niveles bajos tienen un 45% más de riesgo de tener un infarto o un 78% más posibilidades de sufrir un ACV. Además, los niveles escasos se asocian con el doble de probabilidades de desarrollar insuficiencia cardiaca.

Fuente: Elmundo.es.

Queso para controlar el peso y cuidar los dientes

Consumir queso es beneficioso para la salud, ya que diversos estudios han demostrado que su efecto saciante ayuda a controlar el peso, y sus propiedades ayudan a prevenir las caries, mantener una dieta equilibrada y cuidar la salud dental, según la Dra. Rosa María Ortega, del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Comité Asesor del Plan de Comunicación, Salud y Comunicación de Productos Lácteos.

Basándose en los datos publicados recientemente en el “Dairy Journal”, explica que el queso “tiene un efecto saciante asociado al consumo de un alimento rico en proteínas”. Por este motivo explicó, que consumir queso puede ayudar a mantener una dieta sana y equilibrada.

“Por ello, a igualdad de aporte energético, un consumo adecuado de lácteos puede favorecer notablemente el éxito de un programa de adelgazamiento”. Este dato “echa por tierra la idea de que el queso, al ser un producto rico en grasas, no es beneficioso para aquellas personas que quieren cuidar su línea”.

Por otra parte, desde el punto de vista nutricional, advierte que cuenta con importantes aspectos beneficiosos para la salud. Así, señala que es una fuente importante de calcio, fósforo, zinc y magnesio que ayudan a prevenir las caries y a cuidar la salud dental.

“Masticar una porción de queso después de un alimento dulce, estimula la producción de saliva que contiene calcio y fosfato (remineralizantes de esmalte dental) y neutraliza el pH de la placa”, afirma.

Asimismo, recordó que están confirmados otros beneficios del consumo de queso y lácteos como son, en primer lugar, el control de la presión arterial debido a la presencia de ciertos péptidos, que se encuentran en importantes cantidades en algunos quesos, que contribuyen a disminuirla; y, en segundo lugar, su papel beneficioso en la protección de los huesos por su elevado aporte de calcio.

La Federación Nacional de Industrias Lácteas dentro del Plan de Nutrición, Salud y Comunicación de Productos Lácteos 2007-2010, puesto en marcha por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino y la Unión Europea, lleva a cabo diversas campañas que tienen como objetivo fomentar el consumo de leche y productos lácteos; anunciar sus cualidades saludables y nutricionales; reforzar la creencia establecida entre el público en general de que los lácteos son buenos y comunicar la diversidad de lácteos existentes en el mercado.

Fuente: Jano.es.