Mundo Salud

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domingo, noviembre 29, 2009

¿Cómo se relacionan la falta de sueño y la obesidad?

Por culpa de apretadas agendas de actividades extraescolares, grandes listas de deberes y hábitos poco recomendables -como ver demasiada televisión-, muchos niños no duermen las horas que necesitan.

Esta falta de sueño entre los más pequeños se ha asociado en numerosas ocasiones con un aumento del riesgo de obesidad, entre otros trastornos. Sin embargo, a juzgar por los resultados de un nuevo estudio, no todos los que, de lunes a viernes, descansan menos de lo que deberían tienen las mismas posibilidades de sufrir sobrepeso. Quienes compensan esa carencia durante los fines de semana y vacaciones pueden reducir, al menos en parte, ese riesgo.

"La disminución de la duración del sueño se ha convertido en un distintivo de la sociedad moderna. La gente duerme entre una y dos horas menos que hace una década", explican los autores de esta investigación, cuyo trabajo se publica en las páginas de la revista Pediatrics.

"Este fenómeno también se observa en niños, adolescentes y jóvenes", añaden estos investigadores -miembros de la Universidad China de Hong Kong-, quienes, preocupados por los trastornos asociados a un descanso pobre, analizaron el caso de 5.159 niños cuya edad media era de 9 años.

A través de cuestionarios dirigidos a los padres, estos expertos estudiaron los hábitos de sueño de los pequeños y obtuvieron información básica sobre su estado de salud y el tiempo que pasaban jugando en la computadora y haciendo ejercicio físico, entre otras actividades.

Los resultados de su trabajo confirmaron una relación entre la falta de sueño y un aumento de las probabilidades de sufrir obesidad. Además, también mostraron que, aquellos niños que dormían menos de 8 horas durante toda la semana, tenían un riesgo significativamente más alto de padecer sobrepeso que el resto de sus compañeros.

"Nuestros resultados sugieren que compensar en días festivos y fines de semana una corta duración del sueño durante los días laborables podría reducir en parte el riesgo de obesidad", comentan.

La importancia de dormir bien

En sus conclusiones, los científicos remarcan que sus resultados "deben tomarse con cautela" y recuerdan que la mejor medida para reducir éste y otros muchos riesgos no es dormir más el fin de semana sino llevar una pauta de descanso adecuada y constante.

"Está documentado que un sueño insuficiente en niños y adolescentes también se asocia con otras repercusiones serias como dificultades académicas o problemas de comportamiento", advierten los autores.

Para el futuro, reclaman más estudios sobre el tema que aclaren los beneficios y riesgos de unos hábitos de sueño cada vez más comunes entre los más pequeños.

Fuente: ElMundo.es.

Los cinco factores que matan globalmente

INFORME DE LA OMS

* La hipertensión, el alcoholismo o la mala higiene contribuyen en la mortalidad mundial.
* Tener relaciones sexuales de riesgo o una pobre alimentanción, completan esos factores.
* Controlando esos aspectos, la esperanza de vida global aumentaría cinco años.

LONDRES.- Luchar contra la malnutrición infantil, el sexo de riesgo, el alcoholismo, una mala higiene y la hipertensión podría contribuir a incrementar la expectativa de vida global en casi cinco años, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Tan sólo esos cinco factores son responsables de una cuarta parte de las 60 millones de muertes prematuras cada año en todo el planeta. "El mundo se enfrenta a unos riesgos ciertos, grandes y extendidos", declara la OMS en su informe anual sobre salud global que acaba de hacer público y en el que se han examinado 24 factores que contribuyen a empeorar la salud. Reconocerlos y valorarlos contribuirá a generar políticas de acción para mejorar la salud de una forma rentable.

"Reducir la carga de la enfermedad en los países pobres puede aumentar los niveles de ingresos, lo que a su vez contribuirá de nuevo en ayudar a eliminar las desigualdades sanitarias".

El informe advierte que aunque algunos de los factores de riesgo como la obesidad o el tabaquismo, se asocian frecuentemente con los países ricos, más de las tres cuartas partes de los problemas globales de salud que ellos generan se dan en países pobres o en vías de desarrollo.

"Los patrones de actividad física y alimentación, consumo de alcohol y tabaco están cambiando", revela el informe. Uno de los aspectos que destaca el texto es que ahora, y en general, el sobrepeso causa más muertes que la malnutrición. "Comprender el papel de estos factores de riesgo es importante para el desarrollo de estrategias claras y eficaces para mejorar la salud global".

La OMS ha realizado el top de los riesgos que conducen a la mortalidad como la hipertensión (responsable del 13% de las muertes mundiales), el tabaquismo (9%), niveles elevados de glucosa (6%), inactividad física (6%) y obesidad y sobrepeso (5%). Estos factores aumentan la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas y algunas patologías como la enfermedad cardiaca, la diabetes y el cáncer, y "afectan a países de todo el mundo y de cualquier clase social: alta, media y baja".

Ha utilizado datos de 2004 (los últimos disponibles), muestra cómo la salud ha llegado a globalizarse y advierte que el los países desarrollados ahora se enfrentan al doble de factores de riesgos para la salud. También señala la importancia de la combinación de factores en las enfermedades y en las muertes y en la posibilidad de reducirlas si se controla uno de ellos.

Fuente: Reuters.

Las escuelas dedican al ejercicio la mitad del tiempo recomendado

Especialistas del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI) presentaron las conclusiones de su trabajo sobre patrones de movimiento en chicos de entre 11 y 12 años. Y no sólo determinaron que en la escuela no se realiza la actividad física básica, sino que además, durante los fines de semana, el sedentarismo de los chicos aumenta un 40%, lo que agrava el problema en una población que tiende al sobrepeso. Razones y posibles soluciones.

Consejo. Según los expertos, incentivar la competencia intercolegial es una buena manera de estimular el movimiento de los chicos.

Aunque la escuela es un ámbito clave para difundir hábitos de vida saludable y, en algunos casos, el único lugar donde los chicos realizan algún tipo de actividad física, un trabajo del CESNI halló que el recreo y la clase de gimnasia contribuyen sólo con un tercio del movimiento total diario que hacen los niños. “La recomendación es que el colegio debería proveer la mitad de ese tiempo, ya que los chicos pasan muchas horas allí. Pero en cambio, dedican la mayor parte del recreo a actividades sedentarias”, explicó Sergio Britos, director asociado del CESNI.

El estudio fue presentado en la Asociación Médica Argentina, en el marco de la jornada Oportunidades y Desafíos para la promoción de una vida activa e indagó sobre los patrones de actividad física en 312 alumnos de entre 11 y 12 años de ocho escuelas de la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense. Entre las conclusiones, se destaca que el 34,4% de los chicos encuestados son sedentarios durante la semana y el porcentaje aumenta a 62% los fines de semana. Y lo que es más preocupante aún: la mitad no realiza ningún tipo de deporte en su tiempo libre.

En marcha. Para valorar la actividad física y su intensidad, se entregó a cada uno de los alumnos que participó en el trabajo un acelerómetro (versión moderna del cuenta pasos) que debía llevar durante todo el día. Se determinó que los chicos utilizaban sólo 12% del tiempo del recreo para realizar una actividad moderada/vigorosa como caminar o trotar. Y este bajo porcentaje también se repitió para la clase de educación física (27%).

“Los docentes a veces prefieren que los chicos no estén corriendo o moviéndose porque los patios del colegio no son seguros y así fomentan juegos sedentarios. Además, en muchas escuelas falta espacio físico para hacer ejercicio o no cuentan con equipamiento adecuado”, dijo Beatriz Grippo, coordinadora del trabajo. Según los expertos, es clave para combatir el sobrepeso en la niñez estimular la actividad física en los recreos y aumentar la frecuencia de las clases de educación física (en algunas escuelas públicas sólo hay una vez a la semana).

En ese sentido, un trabajo que presentaron especialistas del Club de Amigos demostró que sólo una o dos sesiones extra de educación física a la semana son necesarios para que los chicos mejoren su desarrollo y capacidades como fuerza, velocidad y resistencia aeróbica.

Políticas. Para Britos, la solución pasa por pensar políticas públicas que alienten una mayor cantidad y mejor calidad del tiempo que se dedica a la actividad física. “Muchas veces en la escuela el espacio que se dedica al ejercicio físico es considerado menor frente a otras materias como lengua o matemáticas. Es importante también promover el movimiento voluntario de los chicos, que padres y maestros creen más oportunidades de juego activo”, agregó el experto.

Desde el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), analizaron opciones para promover la actividad a nivel provincial y municipal. Entre ellas, garantizar la infraestructura escolar para el ejercicio, mejorar las propuestas curriculares, capacitar a los docentes y establecer eventos deportivos interescolares. Axel Rivas, director del programa educativo del Cippec concluyó: “Con muy poco, el sistema educativo puede desarrollar iniciativas para fomentar la actividad física. Esto tiene un alto impacto en la salud y también en la formación de los jóvenes”.

Fomentar el juego

Pelotas, aros y sogas. Con muy pocos elementos se puede estimular a los chicos a jugar y realizar ejercicio en el recreo. Con esa idea, Coca-Cola Argentina desarrolló el programa Dale Juguemos, cuyo objetivo es acercar a los chicos a estilos de vida más saludables e incentivar los valores de compañerismo a través del juego.

La iniciativa, que comenzó en 2008, ya logró que más de 230 mil chicos y 580 escuelas de 14 provincias recibieran materiales deportivos y recreativos para incentivar el movimiento. El programa incluye capacitación sobre nutrición y promoción de hábitos de vida saludables para los docentes.

Fuente: Perfil.com.

La prehipertensión incrementa significativamente el riesgo de diabetes

De acuerdo con los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, EEUU, y publicado en el último número de la revista Diabetes Care, el estadio definido como prehipertensión –cifras de presión arterial sistólica (PAS) entre 120 y 139 mm Hg y/o cifras de presión arterial diastólica (PAD) entre 80 y 89 mm Hg– se asocia con un incremento del riesgo cardiovascular y de la presentación de resistencia a la insulina.

Con objeto de evaluar la relación entre prehipertensión y diabetes mellitus tipo 2 (DM2), los investigadores, dirigidos por el Dr. David R. Mullican, analizaron los datos de 2.767 estadounidenses con edades comprendidas entre los 25 y los 65 años e incluidos en el San Antonio Heart Study. Todos los participantes eran normoglucémicos y normotensos en el momento basal, pero hasta un 30% presentaba prehipertensión.

Durante el período de seguimiento del estudio (7,8 años), 213 pacientes (un 7,7% de la muestra) desarrollaron diabetes, y el número de casos procedentes del grupo de pacientes prehipertensivos duplicó al de normotensos. De hecho, y comparado con los individuos normotensos, la probabilidad de desarrollar diabetes asociada con la prehipertensión se estableció, una vez ajustados el género, la edad y la etnia, en 2,21. Además, y después de ajustar el índice de masa corporal (IMC), la tolerancia a la glucosa, la historia familiar de diabetes y los índices de HOMA-IR (resistencia a la insulina) HOMA-betaC (funcionalidad de la célula beta), el riesgo de diabetes se mantuvo estadísticamente significativo (1,69) para cifras de PAS de 120-139 mm Hg y/o cifras de PAD de 80-89 mm Hg, pero no así para niveles inferiores.

Es más, los resultados mostraron que la prehipertensión se asoció con un riesgo incrementado de diabetes en sujetos con edades comprendidas entre los 25 y los 49 años, pero no así en aquellos de 50-65 años de edad.

Por último, y tras reconocer con la ausencia de datos sobre la circunferencia de la cintura, inflamación crónica y nivel de actividad física, los autores concluyen que “nuestro estudio muestra que los sujetos con prehipertensión presentan un mayor riesgo de convertirse en diabéticos que la población normotensa. Por ello, se requieren estudios ulteriores para identificar los mecanismos que subyacen a este fenómeno”.

Fuente: Diabetes Care 2009.

Los jubilados que siguen trabajando tienen mejor salud

Los retirados que trabajan a tiempo parcial presentan menos enfermedades graves. La salud mental también es mejor siempre que los empleos elegidos no causen estrés.

¿Sueña con su jubilación? Probablemente, la mayoría de los trabajadores respondería 'sí' a esta pregunta, pese que una buena parte de ellos 'teme' por su pensión. Consideraciones económicas aparte, sepa que si desea tener una mejor salud física debería considerar la posibilidad de seguir de una forma u otra enganchado a la actividad laboral.

Ésta es al menos la conclusión que se desprende de un nuevo estudio que ha contado con los datos de 12.189 jubilados. Todos ellos forman parte de la investigación conocida como 'Salud y jubilación' y tenían entre 51 y 61 años al inicio de la misma. En este proyecto, los investigadores han realizado cuestionarios a todos los participantes cada dos años durante seis desde 1992, con el fin de establecer la salud, el estado financiero, la historia laboral y el empleo durante la jubilación Concretamente, el estudio, llevado a cabo por científicos de las Universidades de Maryland y de California (EEUU), constata que las "personas que tras su retiro siguen empleadas en puestos a tiempo parcial o trabajos temporales padecen menos enfermedades físicas que las que se quedan en casa", reza la investigación publicada en el último 'Journal of Occupational Health Psychology'.

"Dada la situación de recesión a nivel mundial, probablemente vamos a ver a muchas más personas que van a considerar seguir trabajando tras su retiro. Afortunadamente, los datos de nuestro trabajo apoyan que esta opción tiene beneficios potenciales", recuerdan los autores, dirigidos por Yujie Zhan, del departamento de Psicología de la Universidad de Maryland.

Por qué seguir trabajando

Muchos son los factores que ayudan a predecir cómo va a ser el estado de salud de las personas que se jubilan: el apoyo social, el estatus socioeconómico o el hecho de que estén involucrados en un mayor número de actividades. Sin embargo, pocos estudios han analizado los efectos 'saludables' o no de seguir en el mercado laboral una vez que llega la hora de retirarse.

"Los pocos existentes han tratado de establecer qué factores son los que motivan a los empleados a seguir trabajando y éstos claramente han apuntado hacia dos: los económicos o gozar de una buena salud.... Y las investigaciones realizadas para evaluar el impacto de los trabajos a tiempo parcial o temporales en el estado físico de los jubilados sólo han examinado variables como la satisfacción personal o aspectos psicológicos", insisten los científicos estadounidenses.

No es el caso de su trabajo. En él se ha podido analizar de forma retrospectiva la salud física [en función de si habían recibido un diagnóstico de ocho patologías consideradas como graves: hipertensión, diabetes, artritis, cáncer, enfermedad pulmonar, accidente cerebrovascular, patología cardiovascular y problemas psiquiátricos] y su relación con la situación de empleo o desempleo. También se ha indagado en las limitaciones funcionales de los participantes [si podían solos subir o bajarse de la cama; bañarse, vestirse, comer o andar por la habitación] y en su salud mental.

Ventajas si no hay estrés

Los datos muestran que "los retirados que continúan trabajando a tiempo parcial no sólo tienen menos enfermedades graves diagnosticadas sino que, además, poseen mayores grados de funcionalidad".

En cuanto a los efectos del "trabajo" en la salud mental de los jubilados, los resultados delatan que los que seguían empleados mantenían un mejor estado psíquico en comparación con los que estaban completamente retirados. No obstante, el estudio concreta que "estos beneficios no fueron encontrados en aquéllos que no se adaptaban al nuevo puesto laboral bien porque la actividad les era desconocida bien porque el empleo les causaba demasiado estrés", rezan las conclusiones del estudio.

Para sus autores, la transición ideal sería la que ayudase a quienes lo deseen a tener una jubilación paulatina dado que ésta parece tener más beneficios en la salud física y mental del trabajador.

Fuente: ElMundo.es.