Mundo Salud

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miércoles, septiembre 09, 2009

Prevenir, el primer paso para cuidar el corazón

Los expertos remarcan que la vida sana es lo mejor para alejar problemas del corazón. Piden compromisos a entidades privadas para promover hábitos saludables.

BARCELONA.- Los expertos reunidos en el Congreso Europeo de Cardiología que se celebra estos días en Barcelona no dejan de repetirlo: para luchar contra los males del corazón no sólo hacen falta los nuevos fármacos, dispositivos tecnológicos y estrategias que se han presentado como novedad en el encuentro; la prevención es más que fundamental. Según sus palabras, llevar una vida sana evitaría el desarrollo de una enfermedad cardiovascular en una parte importante de la población.

"Yes, we can", ha insistido -parafraseando el eslogan del presidente Obama- el finlandés Jaakko Tuomilehto durante su ponencia sobre la necesidad de un cambio de hábitos. "Es posible que las sociedades cambien para mejorar sus estilos", ha remarcado.

El profesor de la Universidad de Helsinki ha reclamado el compromiso de instituciones públicas y privadas para crear entornos que faciliten a individuos y comunidades la posibilidad de llevar a cabo una dieta saludable y una vida activa. "Necesitamos políticas sociales que hagan fácil el cambio hacia la vida sana", ha explicado.

Para demostrar que es posible modificar los hábitos, Tuomilehto ha citado varios ejemplos, como el caso de Finlandia, que ha conseguido reducir el consumo de sal gracias, entre otras estrategias, a que la industria alimentaria ha accedido a no sobrepasar la utilización de sodio. Las leyes del país contra el tabaquismo, que comenzaron hace décadas, también son un ejemplo, según Tuomilehto, de cambios que funcionan.

Según sus datos, la mortalidad por causas cardiovasculares se ha reducido en el país un 70% en los últimos 40 años gracias a las mejoras en los hábitos tabáquicos y el control de la hipertensión y el colesterol.

En su discurso, el profesor pidió unidad, compromiso y financiación para lograr que los hábitos saludables ya comiencen en la niñez.

Una llamada contra la obesidad infantil

En este sentido se ha manifestado también Sandra Erbs, del Centro del Corazón de la Universidad de Leipzig (Alemania), que ha analizado las consecuencias de la obesidad infantil.

"La prevención cardiovascular debería comenzar a edades tempranas, incluyendo actividad física y una dieta adecuada", ha señalado.

Según los datos de su investigación, los niños obesos ya muestran signos de daño cardiovascular incipiente.

"Dado que la obesidad se asocia con factores de riesgo importantes, como hipertensión o colesterol, queríamos comprobar si la obesidad infantil era capaz de causar daños vasculares", ha explicado.

Para ello, compararon el perfil de 80 niños con exceso de peso con el de otros 60 pequeños de peso normal. Además de analizar sus niveles de tensión o colesterol y su respuesta a la glucosa, también comprobaron el estado de sus arterias. Los resultados pusieron de manifiesto un daño en los vasos directamente relacionado con el grado de obesidad.

Aunque se trata de un estudio pequeño que necesita nuevos análisis, Erbs ha insistido en que es una prueba de que las acciones para frenar la epidemia de obesidad no pueden esperar.

Fuente: El Mundo.es.

Obesidad infantil: un drama en aumento

Tema central del encuentro de cardiólogos en Barcelona.

La obesidad es uno de los más importantes problemas de salud en los países industrializados independientemente del estado socio-económico, la edad, el sexo o la etnia. La prevalencia de la obesidad infantil alcanzó niveles alarmantes incluyendo a los países en desarrollo. Para el 2010, se estima que en los Estados Unidos 26 millones de niños tendrán sobrepeso, de los cuales más de 6 millones serán obesos.

Las razones de esta epidemia son factores ambientales, hábitos de vida inadecuados y la formación cultural. De todos, lo más importante es el aumento de la ingesta de calorías y la reducción de actividad física.

Ya desde la infancia, el sobrepeso y la obesidad están asociadas con los factores de riesgo clásicos de enfermedad cardiovascular como la diabetes, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia. Todas estas alteraciones contribuyen al llamado síndrome metabólico a lo cual se deben agregar los trastornos ortopédicos que produce el exceso de peso.

Teniendo en cuenta que alrededor del 50% de los niños obesos tienen síndrome metabólico, es posible que ya presenten daños vasculares con formación de placas ateromatosas.

Es bien sabido que la función normal de las arterias depende del equilibrio entre los factores de contracción y los de relajación, elaborados por el endotelio. Uno de ellos es el óxido nítrico, el principal factor de relajación. La biodisponibilidad de óxido nítrico está afectada en presencia de factores de riesgo con producción de disfunción endotelial, el primer paso hacia la aterosclerosis.

En este estudio se investigó si la obesidad en la infancia está asociada con disfunción endotelial u otras lesiones de las arterias formando parte de un estadio precoz de arteriosclerosis. También se evaluaron los marcadores de síndrome metabólico.

Se incluyeron 80 niños obesos con un promedio de edad de 12 años y se los comparó con 60 niños de peso normal. Se determinó el perfil lipídico y la prueba de tolerancia a la glucosa que sirve para detectar diabetes y pre-diabetes (alteraciones de la resistencia a la insulina).

Se determinó el espesor íntima media de la arteria carótida y la relajación endotelio dependiente midiendo el flujo del antebrazo. Ambos son marcadores precoces del estado de las arterias.

También se determinó el número y la función de las células madres ya que es sabido que contribuyen a la reparación arterial y la angiogénesis.

El estudio mostró que estos niños obesos padecen de pre-diabetes, tienen aumentado el colesterol LDL y disminuido el HDL en relación con niños de peso normal. El control ambulatorio de la presión arterial registró una aumento de 8 a 10 mmHg en relación con los niños de peso normal. Finalmente, esta población presentaba casi todos los componentes del síndrome metabólico.

El resultado más importante del estudio fue que los niños obesos presentaban una disfunción endotelial similar a la de los adultos con insuficiencia cardíaca crónica. Hubo una correlación lineal entre el exceso de kilos y la disfunción endotelial.

También se observó un aumento del espesor íntima media de la arteria carótida.

Asimismo, se detectó una liberación alterada de células madres, indicando una disminución de la autocapacidad de cicatrización vascular.

No debe sorprender por lo tanto que se observe un aumento de infarto de miocardio y de accidente cerebrovascular en adultos jóvenes.

Se deben desarrollar estrategias para controlar la obesidad infantil. Estas estrategias se iniciarán en el hogar y continuarán en la escuela. Futuros estudios permitirán establecer la forma y el tipo de estrategias a implementar.

Fuente: Congreso Europeo de Cardiología, 2009.

La musculatura y no la grasa, fortalece y protege los huesos

La masa y el volumen óseo disminuyen con el porcentaje de grasa, mientras que el tamaño óseo aumenta junto con la masa magra.

La hipótesis que defiende que el sobrepeso o la obesidad protegen a la población del debilitamiento óseo que se desarrolla con la edad podría ser errónea de acuerdo con los resultados de un estudio que, llevado a cabo por investigadores del Hospital Universitario de Gante (Bélgica) y publicado en el último número de la revista Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, muestra no sólo que los hombres con más sobrepeso tienen huesos más pequeños y delgados, sino también que los huesos de aquellos con mayor cantidad de masa corporal magra son más grandes y gruesos.

Un índice de masa corporal (IMC) elevado protege a hombres y mujeres de la osteoporosis, mientras que la delgadez aumenta las probabilidades de sufrir fracturas por esa enfermedad. La idea que subyace a esta teoría defiende que el peso extra estresa a los huesos y estimula la formación de tejido óseo.

Sin embargo, las evidencias de este nuevo estudio, dirigido por el Dr. Jean-Marc Kaufman, sugieren que la masa magra afectaría a los huesos de una manera distinta a la masa muscular. Para investigarlo, el equipo analizó la densidad y el volumen óseo, además de la masa magra y grasa, en 768 hombres de entre 25 y 45 años, incluidos 296 pares de hermanos.

Tras controlar el peso, el equipo halló que la masa y el volumen óseo de los hombres disminuían de manera sostenida a medida que el porcentaje de grasa crecía, mientras que el tamaño óseo aumentaba junto con la masa magra.

La grasa en el tronco influyó más sobre el tamaño óseo que la grasa en los brazos y las piernas.

Así, como concluyen los autores, “la masa magra es el principal determinante del tamaño óseo, lo que proporciona más evidencia de que el tamaño de los huesos se adapta a la carga dinámica que le impone la fuerza muscular en lugar de la carga pasiva de la grasa.

Fuente: Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, 2009.