Mundo Salud

Este es un espacio de noticias y consejos relacionados con la nutrición, la salud y el estilo de vida, para estar al tanto de los avances de la ciencia y practicar el auto cuidado responsable.

jueves, septiembre 22, 2011

Libro "Frutas & Verduras: los súperalimentos que curan"

Publicado en Intramed.net.

Autora: Viviana Viviant.

Reseña

Esta obra pretende ser una guía, un apoyo, un aliado en la búsqueda de una mejor calidad de vida; a través de los buenos hábitos alimentarios y un estilo de vida saludable.

Siendo que en la actualidad las enfermedades de la “abundancia” son un flagelo para el ser humano, es necesario recapacitar y comenzar a cambiar ciertas conductas desfavorables mediante la toma de conciencia y puesta en práctica de la reconstrucción de la salud.

Se escucha mucho acerca de lo que es bueno o malo desde el punto de vista de la alimentación, en especial cuando de obesidad se trata pero, lamentablemente, no siempre de boca de expertos. Parecería ser que a todo nivel se conoce sobre el tema, lo que no se sabe es que esta enfermedad es compleja, requiere cuidado para toda la vida, y necesariamente hay que consultar a un equipo de especialistas para personalizar la atención y saber como implementar los cambios. En realidad, podría haber elegido tantos otros temas sobre los cuales escribir, sin embargo a medida que se vaya sumergiendo en los diferentes capítulos del libro comprenderá que elegí las frutas y verduras (F & V) por los enormes y fundamentados beneficios que proporcionan tanto para la prevención como para el tratamiento de muchas enfermedades, entre ellas la obesidad. Las Organizaciones de Salud más importantes a nivel mundial avalan todos los conceptos expuestos y, sin ir más lejos, el Programa Internacional “5 al día” de Promoción de Consumo de F & V contribuye en gran medida a que la población conozca sobre la importancia de este grupo de alimentos. Todos los alimentos son necesarios para gozar de buena salud pero éstos tienen particularidades que vale la pena destacar. A través de estas páginas, encontrará diferentes propuestas alimentarias, culinarias (con rol protagónico de las F & V), y de actividad física, desmitificación de creencias populares, estrategias de consumo y movimiento para los más chicos, secretos de belleza y mucho más.

Es mi profundo deseo que la información y educación volcadas lo ayuden a modificar lo que no le es útil para su vida y le brinde lo que contribuirá a convertirlo en una “nueva” persona, un ser con un cuerpo sano y bello y una mente positiva y abierta.

Comer sano y tener una vida activa, alejada del estrés, es la mejor inversión que cualquier persona puede hacer; apuesto a que no se quedará afuera.

Anímese a agregar no sólo años a su vida sino, y más importante aún, ¡vida a sus años!"

La llegada de la primavera cambia el humor

Para los expertos en neurociencias, estas sensaciones tienen su explicación: la luz solar predispone a la mejora anímica. Para la mayoría es la mejor estación del año.

Amor, renacer y juventud. Esas son las primeras abstracciones que aparecen en septiembre, según una encuesta de D´Alessio Irol exclusiva para Clarín.

Para la mayoría es la estación preferida del año y eso se debe a que la llegada del sol dispara un estado contagioso e indisimulable: el buen humor.

“La luz solar tiene un efecto directo sobre el estado de ánimo. De hecho, para la depresión estacional (que ocurre en invierno) uno de los tratamientos es dar luz, dar primavera”, introduce el biólogo Diego Golombek. “Pero a lo biológico hay que sumarle lo social: si hay más horas de sol salimos más y si tenemos mejor humor tenemos más ganas de relacionarnos. Además, usar menos ropa representa un ícono cultural que hace que miremos al otro y nos miremos de un modo diferente”.

Tal es la necesidad del cerebro de recibir luz solar que varios estudios científicos hablan, incluso, de “adicción”. “Se ha demostrado que existen neuronas que se activan frente a la luz, y que muchas se ubican en áreas del cerebro que son críticas para nuestro ánimo. Pero además, cuando se activan, ponen en marcha circuitos del cerebro que incluyen a las áreas del placer y de la recompensa: las mismas que se activan frente al sexo, las drogas, el chocolate y otros estímulos positivos”, describe Ezequiel Gleichgerrcht, investigador en neurociencias cognitivas de INECO. “Para muchos científicos, esto podría explicar que algunas personas desarrollen una adicción a la exposición solar, pues al activar circuitos de recompensa, se perpetúan las conductas”.

Pero las sensaciones placenteras no sólo giran alrededor del sol: también vienen de las flores. “En esta estación aumentan los procesos de olfación”, explica Ignacio Brusco, director del Centro de Neurología de la Conducta y Neuropsiquiatría de la UBA. “Cuando uno huele el perfume de una flor que nos remite a un recuerdo placentero se estimulan diferentes partes del cerebro, como el hipocampo. Allí está la memoria y, al lado, la memoria emocional. Por eso, cuando la olemos, recapturamos información emocional guardada en la memoria”, agrega.

Pero eso de que la primavera eleva el deseo sexual es otro cantar. “No hay evidencia de una asociación directa entre el efecto lumínico y el aumento del deseo sexual”, explica el psiquiatra y sexólogo del Hospital Durand, Adrián Helien. “Lo que sucede parece más el resultado de dos variables: por un lado, del ‘efecto placebo’ del sistema de creencias popular: ese márketing que nos dice que ahora se tiene más sexo. Por otro, del aumento de los estímulos visuales cuando comienzan a exhibirse zonas eróticas del cuerpo”.

Pero sería naïf creer que todo el mundo florece junto con las flores.
“La contracara del placer de esta estación son las "depresiones mayores": las que suelen llevar al suicidio. Aunque aún no sabemos por qué, éstas se acentúan fuertemente en primavera y la angustia es mucho mayor por la mañana”, describe Brusco. ¿Qué habrá sentido en primavera Alfonsina Storni, que se internó en el mar un 25 de octubre? ¿O la poetisa Alejandra Pizarnik, que se suicidó un 25 de septiembre? Es la misma primavera. La de quienes dejan de hibernar y se ponen mágicos, creativos. La de los que no encuentran nada menos inspirador que la alegría. Y la de quienes pueden usarla como la más dulce de las despedidas: como el anónimo que Haroldo Conti citó en un cuento: “ Si no volviese yo, la primavera volverá. Tú florece”.

Fuente: Clarín.com.

Obesos serían menos capaces de resistir la tentación

CHICAGO (Reuters) Las personas delgadas serían capaces de reunir más defensas mentales que los obesos para resistirse a alimentos tentadores con muchas calorías, reveló un estudio efectuado en EEUU.

El control cerebral de personas delgadas que observaron fotos de alimentos con gran contenido calórico mostró una mayor actividad en una región del cerebro usada para controlar el impulso, mientras que en los obesos fue muy pobre, señalaron los investigadores.

"Creo que esencialmente habría razones biológicas de por qué las personas no pueden controlar su deseo por la comida", dijo Robert Sherwin, de la Escuela de Medicina de la Yale University, en Connecticut, quien trabajó en el estudio publicado en Journal of Clinical Investigation.

El estudio es parte de un intento por comprender los procesos biológicos subyacentes que contribuyen a la obesidad, una condición que afecta a más de 1/3 de los adultos y a casi el 17% de los niños norteamericanos.

Expertos de Yale y de la University of Southern California usaron imágenes por resonancia magnética funcional para examinar qué zonas del cerebro se activan cuando una persona ve imágenes de alimentos altos en calorías, comidas saludables como frutas y verduras, y otras cosas que no son alimentos.

El estudio incluyó a 14 voluntarios saludables - 9 delgados y 5 obesos- que se sometieron a controles cerebrales 2 horas después de comer. Los investigadores manipularon los niveles de azúcar en sangre, evaluándolos cuando tenían cantidades normales y bajas de glucosa.

El equipo halló que cuando los niveles de azúcar en sangre eran bajos, regiones del cerebro llamadas ínsula y núcleo estriado -vinculadas con las recompensas- estaban activas señalando el deseo de comer.

La corteza prefrontal, que normalmente lo desalienta, era menos capaz de poner freno a las señales generadas desde el estriado para alimentarse.

Eso se dio especialmente en los participantes obesos a los que se les mostraron fotos de alimentos elevados en calorías.

Pero cuando los niveles de azúcar en sangre eran normales, los delgados mostraron una mayor actividad en la corteza prefrontal y eso redujo la actividad en las regiones cerebrales vinculadas con las recompensas.

"Se trata de un controlador, una función superior que controla los centros de recompensa. Ese controlador es deficiente en las personas con obesidad. En ellas no se activa ese sistema", dijo Sherwin.

El experto señaló que se necesitan estudios más amplios para confirmar los resultados, sin embargo agregó que la investigación sugiere que los obesos serían menos capaces de desactivar las zonas del cerebro que los llevan a tentarse con la comida. "Eso probablemente contribuye a su obesidad", concluyó.

Fuente: Journal of Clinical Investigation 2011.

Los niños obesos padecen más crisis asmáticas

NUEVA YORK (Reuters Health) La investigación por primera vez demuestra -tras considerar la etnia y los factores sociales- que los chicos obesos utilizan más fármacos que los más delgados para controlar el asma.

"Mejorar el estado nutricional, prevenir la obesidad e insistir en la importancia de adelgazar mejoraría el control del asma y el riesgo de tener exacerbaciones como también reduciría la incidencia de asma en los adultos", escriben los autores en Journal of Allergy & Clinical Immunology.

En las últimas décadas, las tasas de asma y obesidad crecieron significativamente en los niños hasta alcanzar, respectivamente, el 10 y el 17%.

El equipo de Kenneth B. Quinto, de la University of California en San Diego, analizó la información clínica de 32.000 niños asmáticos beneficiarios del plan de salud de Kaiser Permanente. Casi la mitad tenía sobrepeso u obesidad.

Lo que observaron fue que los niños más pesados eran más propensos a utilizar varias recetas anuales de inhaladores de rescate con fármacos de rápida acción como albuterol para abrir las vías aéreas cuando sobreviene una exacerbación.

Aquellos con peso normal utilizaban unos 2.8 inhaladores de rescate por año mientras que los que eran obesos necesitaban 3.1. Estos, a su vez, incluían más esteroides inhalables como Pulmicort o Flovent que permiten mantener controlada la inflamación de las vías aéreas. Los resultados se mantuvieron tras considerar factores como el sexo, la etnia, la diabetes y el nivel educativo de los padres.

Para el equipo, el peso extra afectaría los pulmones y haría que los niños perciban que necesitan más medicación.

Estudios previos habían demostrado que las personas con sobrepeso no responden como el resto a los esteroides, lo que asimismo explicaría los nuevos hallazgos.

Aún así, el equipo advierte que un estudio observacional no permite determinar la relación causa-efecto, pero añade: "El mejor momento para prevenir la obesidad y reducir el peso corporal sin cirugía es la niñez".

FUENTE: Journal of Allergy & Clinical Immunology 2011.

Asocian bajos niveles de vitamina D con riesgo de cáncer de colon

NUEVA YORK (Reuters Health) - Un nuevo análisis de estudios publicados revela que consumir gran cantidad de vitamina D y tener altos niveles en sangre está asociado con una reducción del riesgo de padecer cáncer de colon y rectal.

En 18 estudios sobre más de 10.000 personas, el riesgo de desarrollar cáncer de colon fue un 33% menor en los participantes con los niveles más altos que en aquellos con las cantidades más bajas, publica el Journal of Clinical Oncology.

En los que más vitamina D consumían a través de suplementos y alimentos, el riesgo era un 12% más bajo.

Los estudios disponibles para analizar siguen siendo pocos, señala el equipo del doctor Huanlong Qin, del Hospital Sixth People, entidad afiliada a la Universidad Jiao Tong de Shanghai.

Se necesitan más estudios "para tener estimaciones más precisas y comprender el papel de la vitamina en la carcinogénesis colorrectal", escribe Qin.

Hasta un 58% de los norteamericanos, adultos y adolescentes tendrían deficiencia, "un problema de salud importante en el mundo desarrollado". Hasta ahora, los resultados sobre su influencia de son contradictorios.

Una revisión reciente del Instituto de Medicina reveló que no hay información suficiente para elevar los niveles de consumo recomendados.

El equipo de Qin analizó sólo los estudios más sólidos sobre la relación entre el consumo de D o los niveles en sangre de 25 hidroxivitamina D (la forma activa circulante)y el cáncer colorrectal, de colon o recto.

La falta de un criterio uniforme acerca de los grupos de comparación fue una limitación para el análisis, además no todas las investigaciones tenían información sobre el consumo de vitamina D o los niveles en sangre de cada participante sino rangos para los grupos.
También variaban significativamente las categorías de consumo, "más alto" y "más bajo".

Por lo tanto, los autores concluyen que es necesario confirmar los resultados con un ensayo clínico randomizado sobre los suplementos de vitamina D.

FUENTE: Journal of Clinical Oncology 2011.

El yoga ayudaría a los diabéticos

NUEVA YORK (Reuters Health) Un estudio sobre 123 adultos mayores y de mediana edad demostró que los que sumaban clases de yoga al tratamiento habitual adelgazaban algunos kilos en 3 meses y mantenían estables los niveles promedio de azúcar en sangre, a diferencia de un grupo de control que no realizó yoga.

Los resultados, publicados en la revista Diabetes Care, no sugieren que el yoga debería reemplazar otro tipo de ejercicio en estos pacientes. Cuando se trata de adelgazar muchos kilos y controlar el azúcar en sangre, el ejercicio más intenso da mejor resultado, como indicó Shreelaxmi V. Hegde, del Instituto y Centro de Investigación en Ciencia Médica Srinivas, en Bangalore, India.

En los 60 participantes que hicieron clases de yoga varias veces por semana, el índice de masa corporal o IMC promedio bajó de 25.9 a 25.4 (entre 25 y 30 indica sobrepeso).

"El efecto del yoga en el IMC y el control del azúcar en sangre fue moderado. Pero el yoga mantuvo estable el azúcar en sangre, que aumentó en el grupo de control", dijo Hegde, autora principal del estudio.

El equipo observó también signos de una reducción del estrés oxidativo en el grupo tratado con yoga.

El estrés oxidativo provoca el aumento de los niveles de radicales libres, que son derivados de la energía que utilizan las células, sin que el organismo pueda neutralizarlos. A largo plazo, favorece la aparición de enfermedades crónicas.

El equipo determinó en los participantes los niveles en sangre de sustancias químicas del estrés oxidativo y dichos niveles disminuyeron un 20% en los que habían practicado yoga.

Hegde opinó que si esa reducción del estrés oxidativo se sostuviese en el tiempo, disminuiría el riesgo de que las personas afectadas tuvieran complicaciones como enfermedad renal y cardíaca o neuropatía periférica, aunque se necesitan estudios para confirmarlo.

La autora explicó que el yoga reduciría el estrés oxidativo porque estimula el sistema nervioso parasimpático, que actúa como un freno del sistema nervioso simpático.

Las limitaciones del estudio son, por ejemplo, que el tipo de yoga utilizado fue suave, adaptado para personas con problemas de salud. En el mundo real, las clases varían mucho.

Los adultos mayores diabéticos pueden realizar clases especialmente diseñadas para ellos, igual que las personas con otras enfermedades crónicas. En EEUU cada vez más hospitales y centros comunitarios las están ofreciendo.

Fuente: Diabetes Care 2011.

Comer sin parar

¿Qué nos induce a comer y comer? ¿Qué es lo que nos hace ingerir alimentos sin pausa incluso o, al contrario, nos da una sensación de saciedad capaz de hacernos regular el apetito y evitar comer demasiado?

Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad estadounidense de Yale se propusieron responder a esta pregunta al observar que el sobrepeso y la obesidad aumentan en forma constante, y preocupante. Aumento que justifica el reconocimiento de una verdadera epidemia .

Los científicos descubrieron que detrás del mecanismo que controla el hambre y la saciedad se encontrarían los mismos mecanismos moleculares que controlan los radicales libres, sustancias famosas por participar en los procesos de envejecimiento y oxidación del organismo.

El estudio, publicado en la versión online de Nature Medicine, fue realizado en animales y sostiene que aumentar los niveles de radicales libres en la región del cerebro llamada hipotálamo elimina directa o indirectamente el apetito. La consecuencia es la activación del sentido de saciedad que es promovido por las neuronas que generan melanocortina. No es casual, recordemos, que entre los varios factores que originan la obesidad se considera que hay un déficit del receptor de la melanocortina-4.

Es evidente que un resultado de este tipo puede tener dos caras de la moneda poco compatibles. La posibilidad de eliminar el apetito aumentando la sensación de saciedad es una forma bastante eficaz en la búsqueda de controlar la obesidad. La otra cara, no obstante, es que un aumento de los radicales libres en el organismo puede ser muy perjudicial .

“Por un lado, es necesario disponer de estas moléculas cruciales de señalización para dejar de comer. Pero, por el otro, los radicales libres dañan las células y favorecen el envejecimiento al estar expuestos a ellos en forma crónica”, comentó el coordinador del estudio, el doctor Tamas Horvath.

Se trata de un mecanismo bastante particular, subraya la co autora del estudio, Sabrina Diano, profesora adjunta de obstetricia y ginecología, neurobiología y medicina comparativa. Según la especialista, se produce así un proceso en el cual comer demasiado elimina la producción de radicales libres que, a su vez, es promovido por el crecimiento de orgánulos intracelulares llamados microcuerpos. Estos, de hecho, protegen a las células contra los daños de la oxidación. El resultado, no obstante, es que este mismo proceso disminuye la capacidad de sentirse saciado después de haber comido.

Un poco como querer hacer una tortilla sin romper los huevos: todo un dilema.

Fuente: Clarín.com.