Mundo Salud

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domingo, enero 20, 2008

No todo se reduce a naranjas y pomelos

Más allá de que, de acuerdo con un estudio realizado en el Reino Unido, las personas que cuentan con concentraciones más altas de vitamina C en sangre, presentan 42% menos de riesgo de tener un accidente cerebrovascular (ACV), lo real es que la vitamina C tiene muchas otras funciones, conocidas desde mucho antes que éste de la prevención de problemas cerebrovasculares.

De hecho, la vitamina C o ácido ascórbico es necesaria para el desarrollo y la reparación de los tejidos de todas las partes del cuerpo aunque también para la cicatrización de las heridas y la reparación de los cartílagos, huesos y dientes.

Debido a la incapacidad del organismo para producirla, es necesario consumir vitamina C mediante la ingesta de alimentos que la contengan y eliminar el excedente mediante la orina, tal como sucede con otras vitaminas hidrosolubles.

Algo más. La vitamina C es uno de muchos antioxidantes, nutrientes cuya acción consiste en bloquear parte del daño causado por los radicales libres, que se activan cuando el cuerpo transforma alimentos en energía.

El estudio, que incluyó información -cuestionarios de hábitos, historias clínicas y antecedentes familiares y muestras de sangre- de más de 20 mil personas de entre 40 y 79 años de edad habitantes de Reino Unido, se extendió por 9.5 años. Durante ese período, 448 de los participantes padecieron un ACV.

Luego de evaluar la prevalencia de otros factores de riesgo como el sexo, el tabaquismo, el Índice de Masa Corporal (IMC), el nivel de colesterol y la presión arterial, la diabetes, el consumo de alcohol, la actividad física y los antecedentes de enfermedad cardiaca, los investigadores encontraron que los que tenían los niveles más altos de vitamina C en la sangre presentaban menos posibilidades de sufrir un ACV.

Fuente: SaludyCiencias.com.ar.