Mundo Salud

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domingo, enero 20, 2008

Jóvenes que se creen poco populares son más propensas a engordar

Las adolescentes que se colocan a sí mismas al final de la lista de popularidad son más propensas a engordar en el tiempo que aquellas con una visión más positiva de su lugar social, demostró un nuevo estudio.

Por lo tanto, los programas para prevenir el sobrepeso y la obesidad en adolescentes deberían ayudar a mejorar su autoestima y los hábitos físicos y alimentarios, dijo a Reuters Health la coautora de estudio, Adina R. Lemeshow.

En el estudio, realizado mientras Lemeshow finalizaba los estudios en la Escuela de Salud Pública de Harvard, en Boston, los investigadores controlaron a 4.446 adolescentes de 12 a 18 años durante dos años.

Todas calificaron su lugar social según una "escalera" de 10 puntos; en la base estaban las "personas que nadie respetaba y con las que nadie quería andar" y, en la cima, "las personas a las que más se respetaba en la escuela y con mejor lugar social".

La calificación promedio era de 7.7 puntos, mientras que el 4 % se atribuyó 4 puntos o menos.

Tras descartar varios factores que podían influir en el nivel social y el aumento del peso, como el índice de masa corporal (IMC) al inicio del estudio, los ingresos familiares y la autoestima, el equipo halló que las adolescentes que se consideraban a sí mismas en la posición social más baja eran un 69 % más propensas a aumentar 2 puntos el IMC en los siguientes 2 años.

Esto equivale a aumentar 5 kilos más de lo esperado, explicó Lemeshow, que ahora trabaja en el Departamento de Salud Mental e Higiene de Nueva York.

"Sería útil para las adolescentes tener programas orientados a reforzar las habilidades personales o a enfrentar problemas y desafíos sociales" al buscar cómo prevenir la obesidad, dijo.

En un editorial sobre el estudio, los doctores Clea McNeely y Robert Crosnoe, de la Johns Hopkins University, destacaron que el bajo nivel social, político y económico son causas básicas de enfermedad.

El nuevo estudio sugiere que el nivel social autopercibido y subjetivo también puede provocar enfermedad, indicaron los autores.

Por eso, el diseño de las intervenciones destinadas a tratar la obesidad en el contexto social debe hacerse con cuidado, dijeron.

"Agrupar a adolescentes en distinta situación de riesgo para administrarles una intervención conductual puede empeorar las cosas al crear una nueva cultura de pares organizada en torno a las conductas que la intervención intenta modificar", expresaron.

McNeely y Crosnoe invitan a comprender mejor cómo los adolescentes influyen entre sí en términos de hábitos de salud para asegurar la efectividad de las intervenciones.

Fuente: Reuters.