Mundo Salud

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miércoles, mayo 30, 2007

Uno de cada tres médicos fuma, sobre todo obstetras y psiquiatras

El 40% reconoce que fuma en los hospitales.
Surge de un relevamiento con entrevistas a 1.336 profesionales de hospitales públicos bonaerenses. El 25% reconoció que lo hace a diario. Entre los más adictos figuran también los de cuidados intensivos.

La puerta del consultorio lo advierte sin medias tintas. "El cigarrillo te mata", amenaza un cartel con enormes letras rojas que minutos después el neumonólogo completa con palabras de igual voltaje: "Sus pulmones no dan más. Si no deja el cigarrillo va a necesitar un respirador para caminar", arremete impiadoso frente a un paciente incapaz de esquivar el destino al que se sabe condenado. "Se está suicidando", lo asusta, al final de la consulta, y lo despide, "enojado... El enojo en el fondo es conmigo —confiesa—. Cada dos pacientes abro la ventana y me devoro un pucho. Me avergüenza, me escondo como un chico. Llegué a ponerme limón en las manos para sacarme el olor, pero es más fuerte que yo... Y sé mejor que nadie que va a matarme".

La angustia y la frustración de Carlos D. se explican en los datos que lo presentan: médico neumonólogo, 56 años, más de veinte al frente del servicio de Neumonología en un hospital de la provincia de Buenos Aires, tres hijos que "disfrutaré poco si no dejo mis tres atados diarios".

¿Casa de herrero, cuchillo de palo? Absolutamente. Según un estudio realizado en la provincia de Buenos Aires, 1 de cada 3 médicos puede calzarse el refrán sin derecho a réplica. El 32% fuma, aún sabiendo mejor que nadie el daño que el hábito causa en ellos y en su entorno.

¿Los más adictos? Los obstetras, los médicos que se dedican a cuidados intensivos y los psiquiatras, según surge de una investigación coordinada por los doctores Gustavo Zabert, Fernando Verra y Alejandro Videla. La misma fue realizada en 8 hospitales bonaerenses, con la colaboración de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y la Sociedad de Tisiología y Neumonología. Sus resultados fueron tan contundentes que médicos de todo el mundo los discutieron en un congreso en Estados Unidos.

Los investigadores entrevistaron durante 2005 y 2006 a 1.336 médicos. Y encontraron que el 55% había fumado en forma regular durante algún período de su vida, que el 32% fumaba al momento de responder el cuestionario y que el 25% lo hacía a diario. ¿Lo peor? El 40% reconoció que se fuma en los hospitales a pesar de las normas que lo prohíben.

"Lo más crítico es que el médico que fuma reconoce menos los daños que produce el tabaco y considera menos dañino de lo que es el tabaquismo pasivo. Su condición de fumador influye en su opinión y está menos motivado para ayudar al paciente a dejar de fumar", asegura Alejandro Videla, del Servicio de Neumonología del Hospital Austral.

"El consumo de tabaco en los agentes de salud es preocupante porque el mensaje que transmiten a la sociedad es más potente que el que verbalizan. Aún cuando recomienden dejar de fumar, la fortaleza y la efectividad del consejo se reducen si son fumadores", coincide Gustavo Zabert. "Para colmo, los demás profesionales de la salud también fuman mucho, en particular enfermeros y trabajadores de la salud mental", dice.

Los expertos explican que es frecuente que el médico fumador considere una batalla perdida la posibilidad de dejar el tabaco y que no apueste a un tratamiento con demasiada convicción. "Más de una vez me encontré contando a un tercero que tuve pacientes que llegaron a los 80 fumando desde los 13 para justificarme, cuando sé que son excepciones y que es una barbaridad que diga eso", se sincera Carlos D.

Las contradicciones de los médicos quedaron reflejadas en el estudio: el 90% reconoció que fumar es adictivo y dañino, pero apenas el 6% demostró conocer los recursos que hay disponibles en Argentina para ayudar a un paciente a dejar el cigarrillo. Y sólo el 24% dijo haber recibido información sobre el tabaco durante su formación.

"El estudio reveló que los médicos fuman en la misma proporción que la población, que no tienen un adecuado entrenamiento en cesación de tabaquismo y que en los hospitales no existen medios para hacer respetar la prohibición de fumar", dice Videla.

Para Fernando Verra, "la alta prevalencia de fumadores entre los médicos podría condicionar su actuación al momento de intervenir para ayudar a sus pacientes fumadores". Los pronósticos no son alentadores: "Estudios realizados entre estudiantes de medicina de diferentes universidades del país arrojaron porcentajes similares, anticipando una alta prevalencia también en los futuros médicos", comenta.

El mensaje es claro: si aquellos que "atajan" a diario los daños que genera el cigarrillo fuman, desconocen los tratamientos y descreen de la eficacia del consejo médico en favor de la cesación (sólo el 20% aseguró que sirve), estamos complicados. "Si reconocemos que fumar es la principal causa prevenible de enfermedad y muerte, deberíamos tener médicos que enfrenten este problema —dice Zabert—. El rol modélico y pedagógico de los profesionales de la salud es muy importante e indiscutible".

Sin respeto

En Capital Federal, la ordenanza que —desde 1994— prohíbe fumar en hospitales y oficinas públicas no se respeta en la mayoría de las dependencias oficiales. Y algo similar ocurre en organismos nacionales, como —por ejemplo— el Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, un ámbito donde esa norma debiera cumplirse quizá como en ningún otro lado.

Clarín recorrió centros de salud, escuelas y otras dependencias públicas y constató que en la mayoría de los lugares los fumadores no respetan las normas. En los hospitales Argerich, Pirovano, Ramos Mejía y Rivadavia, entre otros, vio médicos y enfermeros fumando a la vista de todos.

También son víctimas

La mayoría de los médicos no fumadores cree que el tabaquismo es uno de los hábitos más nocivos. No opina lo mismo casi la mitad de los médicos que sí fuman. Estas conclusiones surgieron de una encuesta a casi 3.000 profesionales de 16 países llamada "STOP". Otros estudios apuntan que los médicos fumadores están menos capacitados para luchar contra el hábito en sus pacientes. Pero no parece que haya que acusarlos con "el haz lo que yo digo pero no lo que yo hago". Los médicos fumadores son víctimas, como los pacientes, de una adicción dañina que durante décadas hasta estuvo bien vista. Fue así que en muchos países, por intereses comerciales, las campañas antitabaco llegaron demasiado tarde. Con todo, no hay que "poner afuera" al culpable. Los médicos que fuman mantienen una deuda con ellos mismos.

En el país existen métodos eficaces para dejar la adicción

Existen hoy en la Argentina métodos eficaces para dejar de fumar?
Las recomendaciones del Ministerio de Salud: "Los buenos tratamientos en general consisten en la combinación de terapias cognitivo/conductuales de apoyo (que pueden ser individuales o grupales) y el uso de medicación aprobada (como las terapias de reemplazo de nicotina, los antidepresivos y la vareniclina, que es una droga de aparición más reciente).

Pero es importante que la persona esté motivada para iniciar el cambio, y en el proceso serán de gran valor otros aportes, como la información sobre el efecto dañino del cigarrillo, la restricción de fumar en lugares públicos y el apoyo de familiares y amigos".

Gustavo Zabert coincide en que "en nuestro país se han logrado avances muy significativos en este campo. Los medicamentos que se reconocen como efectivos duplican las posibilidades de lograr la abstinencia y mantenerse sin fumar, y contamos con un arsenal terapéutico importante y cada vez más efectivo".

También celebra los avances en la materia: "En Argentina, al igual que en otros países, disponemos de tratamientos eficaces y racionales que tienen en cuenta los fenómenos de dependencia gestual, física y psíquica que se generan con el consumo regular de tabaco. Pero siempre hay que destacar que la piedra angular de todo tratamiento médico es el deseo del paciente de superar la situación de enfermedad que presenta".

Quizá por eso los adolescentes son el segmento más difícil de ayudar. "Ellos no perciben el riesgo, son el principal blanco de la industria tabacalera y sienten que fumar es una manifestación de autoafirmación. Pero en Argentina se están formando grupos de jóvenes contra el tabaco que son efectivos". Hay un sitio de la Red Nacional de Cesación Tabáquica donde se puede buscar ayuda e información: www.argentinasintabaco.com.ar

Lanzamiento de una nueva droga

Hasta el sábado, se desarrollará el congreso nacional de la Federación Argentina de Cardiología en Mendoza, donde se hablará de tabaquismo, sus consecuencias para la salud y tratamientos para dejar de fumar. Estará presente Hayden McRobbie, investigador médico de Nueva Zelanda, quien hablará sobre el fármaco vareniclina, que ya se lanza hoy en el mercado local.

En el cerebro, hay receptores para la nicotina. Cuando se fuma, la nicotina se pega a esos receptores, que mandan un mensaje para que se libere dopamina. Esto genera una sensación de placer, pero es sólo por un corto tiempo. Así, el cuerpo necesita más nicotina. La nueva droga impide que la nicotina se pegue a los receptores.

Fuente: diario Clarín.