Mundo Salud

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domingo, noviembre 25, 2012

Los tensiómetros hogareños muestran resultados distintos

NUEVA YORK (Reuters Health) - Un equipo de investigadores halló que en general el uso de los tensiómetros hogareños no ayudó a pacientes que sufrieron un infarto cerebral a poder controlar mejor su presión durante un año. La única excepción fueron las personas con la presión mal controlada al inicio del estudio, es decir por encima del nivel de corte definido como hipertensión (140/90 mmHg). Es este caso, los pacientes que recibieron un monitor casero pudieron reducir unos 11 puntos la presión sistólica (el valor máximo)comparado con menos de 5 puntos en aquellos a los que no se les había entregado el tensiómetro. Esa diferencia es significativa, opinó Hayden B. Bosworth, profesor de medicina de Duke University, Durham, Carolina del Norte, que no participó del estudio. Según ella, la ausencia de un beneficio generalizado no significa que los que tuvieron un accidente cerebrovascular (ACV) no deban utilizar los tensiómetros. "Podría ser cuestión de identificar a los usuarios indicados", aseguró. La autora principal del estudio, Sally M. Kerry, comentó que muchas personas que tuvieron un ACV están "muy motivadas" para prevenir otro y harían todo lo posible para controlar la presión. "El problema estaría en los que ya tienen la presión relativamente bien controlada. El monitoreo en el hogar no lo mejoraría aunque algunos lo perciban como una tranquilidad", dijo Kerry, de Queen Mary, Universidad de Londres, Reino Unido. Los resultados de su estudio aparecen publicados en Canadian Medical Association Journal. Trabajos anteriores habían descubierto que el control en casa podría ayudar a regular la presión arterial. La revisión de 37 casos clínicos en 2010 encontró que en general las personas que usaban tensiómetros lograban bajar su presión solamente unos pocos puntos. El equipo de Kerry se concentró en los pacientes que habían padecido un ACV, un grupo que, para Bosworth, no cuenta con estudios adecuados sobre el monitoreo de la presión en el hogar quizás en parte por la falta de un consenso sobre cuál debería ser la presión de esos pacientes. Al azar, los autores les indicaron a los participantes adherir a la atención habitual o utilizar un tensiómetro en el hogar que recibieron con las instrucciones para su uso (una enfermera los llamaba por teléfono periódicamente). Durante el año siguiente los pacientes sin beneficio alguno fueron los que habían quedado con alguna discapacidad después del ACV, mientras que aquellos sin discapacidad pudieron reducir 4 puntos los valores de la presión. "A algunos les costaba realizar la medición porque no contaban con un cuidador que los ayudara", dijo Kerry. Bosworth indicó que muchas personas hipertensas ya cuentan con tensiómetros en el hogar y sostuvo que los resultados no significan que quienes superan un ACV no obtendrán ventaja alguna, sino que el adulto mayor que queda con alguna discapacidad no sería "el mejor" candidato. Y para que los tensiómetros sirvan deben funcionar bien. Eso incluye que el médico de cabecera conozca los valores de su paciente y que haga los ajustes adecuados al tratamiento. Los especialistas sugieren elegir un dispositivo cuya precisión fue validada mediante estándares internacionales. Algunos grupos, como la Sociedad Británica de Hipertensión y la Asociación para el Avance de los Instrumentos Médicos, la evalúan y lo publican en sus sitios online. La investigación fue financiada por la ONG de Reino Unido llamada The Stroke Association. A la población que controla su presión en casa Kerry recomienda no interpretar los resultados ni modificar las dosis de los medicamentos sin consultar al médico. Fuente: Reuters.