Mundo Salud

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jueves, septiembre 20, 2012

Un exceso de sal podría dañar la salud de los niños

Al igual que la mayoría de adultos de EEUU, muchos niños estadounidenses consumen demasiada sal, advierte un estudio reciente. Ese sodio adicional podría aumentar sus niveles de presión arterial, sobre todo en niños con un peso superior al normal. "La ingesta de sodio se asocia de forma positiva con la presión arterial sistólica y el riesgo de prehipertensión e hipertensión en niños y adolescentes y ese vínculo podría ser más potente entre los que tienen sobrepeso o son obesos", escribieron la investigadora Quanhe Yang y colegas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU. La presión arterial sistólica es la cifra superior en una lectura de la presión arterial y representa la fuerza con que la sangre sale del corazón hacia el resto del cuerpo. Sin embargo, no todos están convencidos de que el sodio sea el único factor de riesgo. "Este estudio observó un nutriente aislado. No se enfatizó la calidad de la alimentación, planteó la dietista pediátrica Lauren Graf del Hospital Pediátrico de Montefiore en la ciudad de Nueva York. "Una ingesta alta de sodio podría ser un marcador de que hay otras áreas alimentarias que no son tan sanas, y podría sugerir una baja incorporación de nutrientes reductores la presión arterial como el calcio, el magnesio y el potasio". Las recomendaciones del gobierno se basan en que la población no consuma más de 2300 mg de sodio al día siendo la cantidad mínima para la mayoría de las personas de 1500 mg diarios. Una consumo excesivo sumado al sobrepeso son factores conocidos que contribuyen a la hipertensión arterial y demás enfermedades cardiovasculares. El estudio actual incluyó datos de una muestra nacional representativa de más de 6200 niños de 8 a 18 años de 2003 a 2008. De la data provista por los participantes los investigadores hallaron que el niño y adolescente promedio consumía casi 3400 mg de sodio al día, la ingesta aumentaba con la edad, en los varones era superior que en las chicas y en los blancos no hispanos en comparación con otras razas. Los niños de peso normal incorporaban la mayor cantidad de sal, seguidos de aquellos con obesidad y sobrepeso (prevalencia: 37%). Los niños y adolescentes con niveles más altos de sodio tenían mayores tasas de prehipertensión e hipertensión arterial. Los primeros presentaban el doble de probabilidad de padecerla mientras que los que padecían sobrepeso u obesidad contaban con 3.5 veces más riesgo. A medida que el sodio aumentaba también lo hacía la presión arterial, por ejemplo entre los excedidos de peso el grupo que consumía menos sodio tenía una presión arterial sistólica promedio de 106.2 mm Hg y el otro de 108.8 mmHg. Cuando la cantidad se elevó nuevamente fue de 109 mmHg y en el grupo con el consumo más alto de 112.8 mmHg. "Fue interesante ver que entre los niños de peso normal la ingesta de sodio no tuvo un impacto tan grande sobre la presión arterial como entre los excedidos de peso", planteó el Dr. Michael Moritz, director clínico de nefrología pediátrica del Hospital de Pittsburgh. "Sabemos que tener sobrepeso predispone a la hipertensión y el sodio asimismo eleva el riesgo pero la pregunta es qué sucede cuando ocurren en relación mutua". Moritz dijo que todavía no está claro qué impacto estas elevaciones ligeras de la presión arterial tendrán sobre la salud futura de los niños, si es que tienen alguno. Graf apuntó que consumir mucha sal a largo plazo no es sano para nadie y aconseja a los padres ser conscientes de la cantidad de sodio en la alimentación de sus hijos, pero no enfocarse en ella. Recomendó dar a los niños más frutas y verduras así como alimentos integrales no demasiado procesados. "Mientras más comida fresca compre, menos tendrá que pensar en contar los miligramos de sodio", planteó. Aunque el estudio encontró una asociación entre el consumo de sal y una presión arterial más alta en los niños, no demostró que exista una relación causal. FUENTES: Medlineplus.