En Japón lanzan una campaña para prevenir la obesidad
AMAGASAKI, Japón.- Un país casi desconocido por la influencia de la obesidad, como es Japón, acaba de lanzar una de las campañas de prevención más ambiciosas que una nación haya comenzado hasta ahora para reducir el perímetro de cintura de la población.
Días atrás, luego de una convocatoria de las autoridades de esta ciudad, Minoru Nogiri, de 45 años y dueño de una florería, formó fila para que le midieran la cintura. Aunque no presentaba panza a simple vista, tenía posibilidades de formar parte del grupo de personas con sobrepeso.
Días antes, Nogiri se había estado midiendo la cintura en la casa: "Estoy en el límite", dijo, refiriéndose al nuevo valor de 85 cm que las autoridades sanitarias estatales acaban de establecer para el contorno abdominal masculino.
Según una ley nacional aprobada dos meses atrás, las empresas y los gobiernos locales deben exigirles a sus empleados de entre 40 y 74 años el control del contorno abdominal como parte de sus controles clínicos anuales. Esto representa más de 56 millones de cinturas o alrededor del 44% de toda la población.
Aquellas personas que superan los límites establecidos -85 cm para los hombres y 89.9cm para las mujeres-, y que tengan una enfermedad relacionada con el peso corporal deberán recibir recomendaciones nutricionales si luego de tres meses no logran bajar de peso.
Para lograr el objetivo de reducir el tamaño de cintura del 10% de la población con sobrepeso en los siguientes 4 años y del 25% en los siguientes 7 años, las autoridades de Japón les aplicarán penas económicas a las empresas y a los gobiernos locales que no logren alcanzar ciertas metas. El ministro de Salud japonés afirmó que la campaña permitirá mantener bajo control el aumento de enfermedades como la diabetes y los accidentes cerebrovasculares.
El funcionario sostuvo también que frenar el aumento del perímetro abdominal reducirá rápidamente los crecientes costos de salud de la población que están envejeciendo. Este es uno de los problemas más graves y políticamente delicados que hoy tiene Japón.
Pero los detractores de las guías oficiales, en especial el valor límite fijado para la cintura de los hombres, sostienen que son muy estrictas y que, así, más de la mitad de los hombres tendrían sobrepeso. El efecto, agregan, será la promoción de la sobremedicación y, por lo tanto, el futuro aumento de los costos de la atención de la salud.
Yoichi Ogushi, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tokai, cerca de Tokio, y experto en salud pública, aseguró que no hay motivo para que los japoneses bajen de peso. "No creo que la campaña tenga algún efecto positivo. Si se hiciera en los Estados Unidos, tendría grandes beneficios, porque allí existe gran cantidad de personas que pesan más de 100 kilos -dijo Ogushi-. Pero los japoneses tienden a ser delgados."
Aquí, en Amagasaki, se hacen controles especiales para medir a por lo menos el 65% de las personas de 40 a 74 años, afiliadas al sistema público de salud. Para Midori Noguchi, del gobierno local, es una meta muy difícil de alcanzar.
La campaña comenzó cuando el ministro de Salud empezó a hablar de un trastorno poco conocido en Japón, el síndrome metabólico, que enseguida pasó a ser un sinómimo de sobrepeso.
Fuente: diario La Nación.
Días atrás, luego de una convocatoria de las autoridades de esta ciudad, Minoru Nogiri, de 45 años y dueño de una florería, formó fila para que le midieran la cintura. Aunque no presentaba panza a simple vista, tenía posibilidades de formar parte del grupo de personas con sobrepeso.
Días antes, Nogiri se había estado midiendo la cintura en la casa: "Estoy en el límite", dijo, refiriéndose al nuevo valor de 85 cm que las autoridades sanitarias estatales acaban de establecer para el contorno abdominal masculino.
Según una ley nacional aprobada dos meses atrás, las empresas y los gobiernos locales deben exigirles a sus empleados de entre 40 y 74 años el control del contorno abdominal como parte de sus controles clínicos anuales. Esto representa más de 56 millones de cinturas o alrededor del 44% de toda la población.
Aquellas personas que superan los límites establecidos -85 cm para los hombres y 89.9cm para las mujeres-, y que tengan una enfermedad relacionada con el peso corporal deberán recibir recomendaciones nutricionales si luego de tres meses no logran bajar de peso.
Para lograr el objetivo de reducir el tamaño de cintura del 10% de la población con sobrepeso en los siguientes 4 años y del 25% en los siguientes 7 años, las autoridades de Japón les aplicarán penas económicas a las empresas y a los gobiernos locales que no logren alcanzar ciertas metas. El ministro de Salud japonés afirmó que la campaña permitirá mantener bajo control el aumento de enfermedades como la diabetes y los accidentes cerebrovasculares.
El funcionario sostuvo también que frenar el aumento del perímetro abdominal reducirá rápidamente los crecientes costos de salud de la población que están envejeciendo. Este es uno de los problemas más graves y políticamente delicados que hoy tiene Japón.
Pero los detractores de las guías oficiales, en especial el valor límite fijado para la cintura de los hombres, sostienen que son muy estrictas y que, así, más de la mitad de los hombres tendrían sobrepeso. El efecto, agregan, será la promoción de la sobremedicación y, por lo tanto, el futuro aumento de los costos de la atención de la salud.
Yoichi Ogushi, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tokai, cerca de Tokio, y experto en salud pública, aseguró que no hay motivo para que los japoneses bajen de peso. "No creo que la campaña tenga algún efecto positivo. Si se hiciera en los Estados Unidos, tendría grandes beneficios, porque allí existe gran cantidad de personas que pesan más de 100 kilos -dijo Ogushi-. Pero los japoneses tienden a ser delgados."
Aquí, en Amagasaki, se hacen controles especiales para medir a por lo menos el 65% de las personas de 40 a 74 años, afiliadas al sistema público de salud. Para Midori Noguchi, del gobierno local, es una meta muy difícil de alcanzar.
La campaña comenzó cuando el ministro de Salud empezó a hablar de un trastorno poco conocido en Japón, el síndrome metabólico, que enseguida pasó a ser un sinómimo de sobrepeso.
Fuente: diario La Nación.
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