Mundo Salud

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viernes, octubre 27, 2006

El 90 % de los preadolescentes no realiza suficiente actividad física

Según un estudio local en más de 1500 chicos de 5º grado, se observó que dedican más tiempo a tareas sedentarias y consumen más calorías que las recomendadas para la edad.

Un nuevo estudio confirma en preadolescentes porteños y bonaerenses lo que hasta ahora sospechaban los pediatras y nutricionistas que algunas encuestas ya habían mostrado:
el sedentarismo se instaló como un hábito -poco saludable- en la recreación de los chicos, que ingieren diariamente 15% más calorías de lo recomendado.
"Si se consideran las oportunidades para hacer actividad física, los preadolescentes se mueven poco. El 96% de los varones y el 92% de las niñas no realizan actividad física estructurada, como un deporte, por ejemplo, fuera del horario escolar", afirma el trabajo, realizado en 1588 alumnos de quinto grado de 80 escuelas públicas de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires.

Según el denominado "Estudio sobre prevalencia y factores asociados de sobrepeso infantil", a cargo de investigadores del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI Argentina), 7 de cada 10 chicos hace actividades con movimiento después de la escuela 1 vez por semana o menos. Entre las actividades más elegidas están jugar al fútbol o al básquet, jugar a las escondidas, saltar la soga y andar en bicicleta. Para confirmarlo, los investigadores no confiaron sólo en la palabra de los chicos, sino que también les colocaron un dispositivo calibrado por el INTI, similar a un holter cardíaco (caltrac o acelerómetro), para registrar durante 24 horas el nivel de actividad física.
"Toda nuestra población pediátrica es muy sedentaria, lo que es un problema globalizado en aumento y que preocupa a la Organización Mundial de la Salud. Lo que más nos sorprendió de los resultados fue la falta de actividad física en una tarde típica de los chicos de escuela pública, la alta prevalencia de sobrepeso, de lo que no tenemos estudios nacionales para esta edad, y que en la alimentación había una carencia muy importante de verduras y frutas".
Se eligió estudiar a chicos de 10 y 11 años para evitar los cambios hormonales propios de la adolescencia. "Buscamos una edad en la que fueran lo suficientemente grandes para aplicar los instrumentos de la investigación y lo suficientemente chicos para evitar el efecto de la adiposidad que genera la pubertad".

Frente a una pantalla
Pero todo beneficio que pudiera aportar esa hora de movimiento una vez a la semana perdió fuerza ante las casi 3 a 4 horas diarias que, en promedio, pasan los chicos ante una pantalla de televisión o computadora.
Al preguntarles cuánto tiempo dedicaban a actividades sedentarias, como leer, jugar con un rompecabezas, usar la computadora o mirar televisión, los 20 evaluadores que en cuatro meses entrevistaron a los chicos hallaron que los preadolescentes invierten más tiempo en mirar televisión, usar la computadora o jugar con los videojuegos.
Mientras que los alumnos de escuelas de jornada completa pasan en promedio 2,44 horas delante de una pantalla, los que van a escuelas de jornada simple le dedican a esa actividad alrededor de 3,43 horas diarias. Apenas el 18% cumple con la recomendación de no pasar más de 2 horas al día frente a una pantalla. La mayoría, en cambio, dedica 2 a 4 horas (37%) ó 4 a 6 horas (26%) cada día a las denominadas "actividades sedentarias de pantalla".

Kilos de más
En cada entrevista de 50 minutos, los investigadores identificaron también que el 12,6 y el 11,6% de los preadolescentes tiene sobrepeso y obesidad, respectivamente. Mientras varones y mujeres comparten algunos kilos de más sin demasiadas diferencias, la obesidad es más cosa de hombres. "No encontramos una diferencia muy marcada entre chicos con sobrepeso y con peso normal en cuanto al sedentarismo".
La cantidad promedio de calorías que ingieren los preadolescentes ronda las 2300 por día, es decir, un 15% por encima de las 2000 recomendadas para la edad en chicos sin exigencias físicas excesivas ni sobrepeso u obesidad.
Entre los alimentos consumidos, las frutas y verduras permanecen casi ausentes, según la reconstrucción realizada con la ayuda de la memoria de los chicos y alimentos, vasos y cucharas "modelo" de todos los tamaños. Sólo el 2% de los chicos consume las 2 porciones diarias de vegetales crudos y cocidos recomendadas. El 12% come verduras al menos 1 vez por día y el resto (86%) no las consume nunca.
Algo similar ocurre con las frutas. El 17% de los preadolescentes come 2 frutas diarias, ya sean dos piezas medianas o cuatro chicas, o 2 tazas de ensalada de fruta natural con el jugo. El 26% come al menos 1 fruta pero el 57% no llega a ingerir ni una diariamente.
"Si se quisiera armar un programa de prevención, la preadolescencia debería ser la primera línea de intervención para evitar el arrastre del sobrepeso de la primera infancia a la adolescencia.
La Sociedad Argentina de Pediatría y la Academia Nacional de Pediatría de los EEUU recomiendan que los chicos desarrollen 1 hora diaria de actividad física, de moderada a intensa, que puede ser acumulativa a lo largo de la jornada, como andar en bicicleta, correr y hacer juegos y deportes al aire libre”.

El sueño y el peso
Cuanto menos duerme un niño, mayores son las alteraciones de su metabolismo. Esta puede ser una causa de la obesidad, según un estudio del Instituto Wellcome de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido. El creciente acceso a computadoras, teléfonos celulares y juegos electrónicos es la causa del poco tiempo que duermen los niños. El estudio indica también que la falta de sueño a los 2 años y medio está vinculada con la obesidad a los 7. Según la investigación, el problema es un círculo vicioso: la falta de sueño produce fatiga, esto reduce la actividad física, lo que induce un menor gasto de energía, obesidad y falta de sueño.
Fuente: Diario La Nación.