Mundo Salud

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viernes, diciembre 12, 2008

La diarrea estival se previene con buena higiene y alimentación

Entendiendo que hay que actuar antes que la enfermedad a través de acciones de prevención, desde la cartera sanitaria se aconsejó a los padres tomar una serie de medidas de higiene y seguridad alimentaría para evitar el contagio.

En ese contexto el Ministerio de Salud Pública sigue trabajando fuertemente en el fortalecimiento de las acciones preventivas que se enmarcan en el “Modelo Misiones Salud” a los efectos de disminuir, año tras año, los casos que se producen por las distintas patologías.

En lo que atañe a la diarrea infantil, el organismo instó a la comunidad evitar la deshidratación, lavar bien las frutas y verduras antes de consumir, tomar agua potable, lavarse las manos antes de ingerir alimentos y cuidar la contaminación de baños y letrinas, porque generalmente las diarreas comienzan por contaminaciones fecal-orales.

Asimismo, se recomendó a los progenitores estar atentos ante los primeros signos que presenten los chicos como ser el comienzo del proceso de deshidratación, que se manifiestan con decaimiento, pocas ganas de jugar, que lloren sin lágrimas, que tengan los ojos hundidos o que la piel y los labios estén resecos.

El director del Hospital Dr. René Favaloro, Guillermo Rolón, recordó que “la diarrea infantil es una enfermedad prevalente en los niños que se presenta con mayor frecuencia en primavera-verano”.

También manifestó que “el calor es un factor climático importante en el desarrollo de la enfermedad, dado que en este período los alimentos tienen mayor posibilidad de contaminación”. En ese contexto el pediatra “recomendó a la población tener mucho cuidado en la higiene personal, sobre todo en el lavado de las manos antes y después de tocar los instrumentos de cocina para la preparación de las comidas”.

El síndrome diarreico agudo, diarrea aguda y gastroenteritis aguda son sinónimos que se utilizan para denominar al cuadro de diarrea infantil.

Clínicamente, se define como diarrea a las deposiciones poco consistentes, aguadas y generalmente frecuentes, que pueden acompañarse de vómitos, inapetencia o fiebre, aunque no en todos los casos.

La diarrea es un trastorno en el organismo producido por la inflamación de la mucosa intestinal y en el puede obedecer a muchas causas, pero la más frecuente son por infecciones gastrointestinales, causadas por virus; también en menor frecuencia las bacterias pueden ser responsables lo que imposibilita la absorción de los alimentos y el agua.

Los gérmenes llegan a la boca del niño por alimentos contaminados por el agua y leche no hervidos o mal hervidos, manos sucias de quien prepara o da el alimento, los utensilios (tetinas, biberón, chupetes, tazas) sucios y frecuentemente contaminados por insectos, en especial moscas.

En ese sentido, “la diarrea suele afectar principalmente a los niños pequeños” y agregó que “las deposiciones son diarreicas cuando contienen más agua de lo normal”.

Cabe destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la diarrea aguda en menores de 2 años a la eliminación de heces semilíquidas en número de 3 o más de 12 horas, o una sola deposición anormal asociada a la presencia de moco, pus o sangre.

Se transmite en forma fecal-oral, siendo el agua el vehículo principal, como así también los alimentos. Las manos actúan como foco de contagio y transmisión de estas infecciones

Lo más importante frente a un caso de diarrea es evitar la deshidratación, cuyo riesgo aumenta cuanto más pequeño es el niño.

Por eso, ante los primeros síntomas, es necesario consultar al pediatra, quien evaluará la intensidad de las deposiciones y vómitos –si los hubiera-, ya que estos últimos aumentan la pérdida de líquido.

Si el niño tiene fiebre elevada que no cede con la administración de la medicación habitual es fundamental consultar al médico, como también si existe rechazo al alimento, dolor abdominal, sequedad en la boca o bien si el chiquito orina menos.

En general el síndrome diarreico puede acompañarse con náuseas y vómitos.

Existen también algunos tipos de diarrea, provocados por gérmenes más invasivos (Shigella y Salmonella), que suelen presentarse con moco, estrías de sangre, fiebre elevada, decaimiento y pérdida del apetito. En estos casos, es necesario efectuar un análisis de la materia fecal (coprocultivo) y tomar algún antibiótico, que será indicado únicamente por el pediatra.

El hecho de haber tenido un episodio de diarrea no genera inmunidad, es decir que el cuadro puede volver a repetirse.

A los chicos con diarrea, sin deshidratación, se les debe dar más líquidos de lo normal –no debe ser con gas o productos químicos como los jugos–, continuar la alimentación normal, no dejar de amamantar en el caso de los lactantes y por el contrario ofrecerle teta en forma más seguida, darle las sales de rehidratación y consultar en forma urgente al médico.

En el caso de los chicos en que la diarrea persiste, si aún se alimenta con leche materna, darle el pecho con más frecuencia y durante más tiempo, de día y de noche.

Si toma otro tipo de líquido, sustituir con más leche materna o con productos lácteos como yogurt o sustituir la mitad de la leche con alimentos semisólidos nutritivos.

Para otros alimentos, seguir las recomendaciones relativas a los alimentos apropiados para la edad del niño, evitando aquellos con mucha fibra.

Es mejor prevenir

Para prevenir, es necesario lavarse bien las manos al llegar a casa, antes de ingerir o preparar alimentos o de manipular objetos de los niños. Si el bebé toma mamadera, recuerde que debe higienizarla muy bien hirviendo durante 10 minutos todas las partes del biberón, o bien utilizando un esterilizador.

Si el niño come papilla, higienice correctamente los utensilios. Lave correctamente los vegetales y las frutas, cocine bien las carnes y no ingiera alimentos si duda de que se haya respetado la cadena de frío.

Tome agua segura; si es de la canilla hervir previamente durante 10 minutos y déjela enfriar; si es mineral, elija aquellas de marca reconocida que aseguren su pureza.

Cabe señalar que este tipo de prevención también ayuda a disminuir los casos de hepatitis, entre otras enfermedades.

Las sales de rehidratación oral son unos de los principales recursos para el tratamiento de la diarrea. Son soluciones especiales para el tratamiento de las diarreas infantiles que se distribuyen en pequeños envoltorios.

Para prepararlas deben mezclarse con la cantidad indicada de agua limpia y dársela de beber al niño en una taza o con una cuchara, en pequeñas cantidades pero seguido.

Estas sales sirven para recuperar a los niños que han perdido abundante líquido y también para prevenir que se deshidraten.

Los niños pueden presentar síntomas de compromiso del aparato digestivo como diarrea, vómitos, dolor abdominal tipo cólico y otros como fiebre, decaimiento o inapetencia.

Ante un cuadro de diarrea, el punto más importante a tener en cuenta es el estado de hidratación del niño, sobre todo en los más vulnerables que son los niños pequeños y lactantes.

¿Cuáles son los signos de deshidratación?

* Llanto sin lágrimas.
* Ojos hundidos, fontanela (mollera) deprimida.
* Aumento de la sed.
* Mucosa oral seca o con escasa saliva.
* Disminución franca de la emisión de orina.
* Tendencia al sueño y franco decaimiento.

Ante la presencia de estos signos se debe realizar inmediatamente la consulta médica para evitar la progresión del cuadro.

Fuente: Intramed.net.

1 Comments:

  • At 5:02 p.m., Anonymous Anónimo said…

    me gusto mucho esto que escribiste sobre la diarrea grasias a ti pude completar mi tarea

     

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