Mundo Salud

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lunes, noviembre 20, 2006

Comer pescado y cáncer de riñón

Los ácidos grasos omega 3, según una investigación del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), pueden ayudar a proteger los riñones frente al cáncer.

Un estudio sueco de gran tamaño que duró 15 años observó el consumo de pescados grasos y magros así como el riesgo de cáncer renal en las mujeres. Las que consumieron grandes cantidades de pescado graso, más de una porción por semana, tuvieron un riesgo 44% inferior de desarrollar carcinoma de las células renales que las que no consumieron pescado.

Según el artículo, publicado en "JAMA", este estudio, bajo la dirección de la Dra. Alicja Wolk, investigó la relación entre el consumo de pescados grasos y magros con la incidencia de cáncer renal en 61.433 mujeres. Entre los pescados grasos se encuentran el salmón, el arenque, las sardinas y la caballa, mientras que entre los magros se encuentran el bacalao y el atún, entre otros, y entre los mariscos la langosta y el cangrejo de río. Los participantes respondieron un cuestionario de frecuencia de alimentos y entraron en el estudio en 1987 y en septiembre de 1997.

Durante un periodo de seguimiento medio de 15 años entre 1987 y 2004, se diagnosticaron 150 casos de cáncer renal. Los investigadores hallaron una menor incidencia de cáncer renal en las mujeres que consumieron pescados grasos una vez a la semana o más, pero no hallaron relación entre el pescado magro y el consumo de otros mariscos.

"En un cohorte de gran tamaño basado en población con datos sobre la dieta a largo plazo, hallamos que las mujeres que consumieron una o más porciones de pescados grasos a la semana tuvieron una reducción estadísticamente significativa de 44 % en el riesgo de carcinoma de células renales (CCR), en comparación con las mujeres que no consumieron pescados. Las mujeres que informaron sobre un consumo prolongado y constante de pescados grasos al comienzo y 10 años después tuvieron una reducción estadísticamente significativa de 74 % en el riesgo".

Estos resultados corroboran la hipótesis de que el consumo frecuente de pescados grasos puede reducir el riesgo de cáncer de células renales probablemente debido a una mayor ingesta de aceite de pescado rico en ácido eicosapentenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA), así como de vitamina D. Sin embargo, los resultados requieren confirmación porque este es el primer estudio epidemiológico que aborda este tema.

Fuente: Jano on line.