Mundo Salud

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lunes, junio 29, 2009

Promueven al estilo de vida para tratar la HTA

Pequeñas medidas pueden reducir la presión arterial y el riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardiaca, halla un estudio reciente que evaluó los esfuerzos para mejorar el nivel de conocimiento de los pacientes en relación a su presión arterial actual y objetiva.

Estas medidas pueden ser tan simples como llevar una tarjeta de bolsillo para registrar la presión arterial en las consultas médicas, documentarla y actualizar los medicamentos, hallaron los investigadores.

El Tennessee Valley Healthcare System de la Administración de Veteranos distribuyó más de 30.000 tarjetas de bolsillo para la presión arterial a pacientes de 18 a 90 años. Éste y otros métodos poco costosos resultaron en una mejora de 4.2% en el control de la presión arterial, de acuerdo con el estudio que aparece en la edición actual de Circulation:Cardiovascular Quality and Outcomes.

"A nivel de la población, esa mejora puede resultar en un gran beneficio debido a que una reducción de unos cuantos milímetros en la presión arterial se traduce en grandes beneficios en la prevención del accidente cerebrovascular, ataque cardiaco e insuficiencia cardiaca congestiva", señaló la autora del estudio, la Dra. Christianne L. Roumie, profesora asistente de medicina interna del Centro Médico Universitario Vanderbilt en Nashville, Tennessee, en un comunicado de prensa de la Asociación Americana del Corazón.

"En mi opinión, la tarjeta de bolsillo de la presión arterial es una de las intervenciones educativas para el paciente más beneficiosas, porque ofrece al paciente mucho control sobre esta enfermedad crónica", aseguró Roumie. "Es importante que los pacientes se involucren activamente con su equipo de atención de la salud para mejorar la calidad de su atención y llevar la presión arterial al nivel deseado".

Todos los grupos de atención de la salud deben identificar las barreras para mejorar la atención y control de la presión arterial y desarrollar intervenciones para superarlas, recomendó Roumie.

El estilo de vida podría contrarrestar los genes de la presión arterial

Un estudio halla que fumar y beber, entre otras cosas, pueden modificar la predisposición genética.

Nacer con una predisposición genética para la presión arterial alta no significa que esté condenado a tener esta afección, según muestra un estudio a largo plazo.

"Es bien sabido desde hace muchos años que los genes afectan la presión arterial", aseguró la Dra. Nora Franceschini, profesora asistente de epidemiología en la Universidad de Carolina del Norte y autora principal de un informe sobre el estudio. "También se sabe que el estilo de vida afecta la presión arterial. Ahora sabemos que interactúan y que el efecto de los genes varía entre los individuos que tienen diferentes conductas".

Éste es un hallazgo importante porque la presión arterial alta es un factor de riesgo significativo para el ataque cardiaco, el accidente cerebrovascular y otras enfermedades cardiovasculares. El estudio, que aparece en la edición on line de Circulation: Cardiovascular Genetics, "refuerza el mensaje de que los cambios en el estilo de vida pueden modificar el efecto de la genética", dijo Franceschini.

El mensaje procede del Estudio "Strong Heart Family", que ha analizado la diabetes y la presión arterial alta entre indios americanos en Arizona, Dakota del Norte y del Sur, y Oklahoma, un grupo étnico en el que la incidencia de ambas enfermedades es alta. El estudio incluye ahora más de 3.600 personas de 14 a 93 años.

El nuevo informe muestra que diferentes estilos de vida y estatus socioeconómicos influyen sobre el efecto de patrones genéticos heredados.

Cerca del 15% de la variación en la presión arterial diastólica, el número inferior en una lectura de la presión arterial, se debe a los genes, aseguró Franceschini. El estudio relacionó los efectos de tres características del comportamiento, beber, fumar y hacer ejercicio, con el de los genes. También evaluó el nivel de educación como factor socioeconómico.

El estudio encontró que los genes de la presión arterial alta tenían mayor efecto en los fumadores que en los no fumadores. También encontró un efecto similar en el ejercicio físico. Y halló que diferentes genes afectaban la presión arterial de los que bebían en comparación con los que habían dejado de beber o que nunca lo habían hecho.

"Nuestro estudio muestra un efecto integral a través de múltiples comportamientos", dijo.

Los hallazgos ayudan a responder si los genes por sí mismos determinan la presión arterial alta, apuntó el Dr. Richard A. Stein, profesor de medicina y director del programa de cardiología urbana de la Universidad de Nueva York y vocero de la Asociación.

"La respuesta es que no, por muchos factores", dijo Stein. "El efecto real se explica sólo al añadir en la ecuación factores socioeconómicos y del comportamiento. De hecho, tiene más que ver con su forma de vida que con la predisposición genética con la que se nace".

El próximo paso en el estudio es un esfuerzo por identificar genes específicos que interactúen con cada una de las características del comportamiento que elevan la presión arterial, dijo Franceschini. Un análisis de todo el genoma "nos permitirá identificar los genes en particular que intervienen en la interacción", dijo.

Fuente: Healthfinder.gov.