Mundo Salud

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miércoles, abril 29, 2009

El pescado y los omega-3 reducen el riesgo de insuficiencia cardíaca

Según concluye un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico Deaconess Beth Israel y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard en Boston, EEUU, y publicado en la edición digital de la revista "European Heart Journal", el consumo moderado de pescado azul y ácidos grasos omega-3, que se encuentran en el aceite de pescado protege a los varones del desarrollo de insuficiencia cardíaca.

El beneficio, sin embargo, se ha observado únicamente en aquellos que comen aprox. una porción de pescado azul a la semana y que consumen de forma moderada ácidos grasos omega-3 marinos –en torno a 0.35 g. diarios–. De hecho, el consumo de cantidades mayores a la referida no sólo no supone un beneficio mayor, sino que se asocia con un riesgo similar al que presentan los individuos que no los consumen.

De la misma manera, el trabajo no ha podido establecer si el beneficio también se mantiene en caso de la ingesta de ácidos grasos omega-3 marinos a través de suplementos alimentarios. No en vano, los participantes del estudio consiguieron la mayor parte de los componentes a través de la dieta.

Los investigadores siguieron a 39.367 varones suecos con edades comprendidas entre los 45 y los 79 años desde 1998 hasta 2004, registrando su dieta y siguiendo su progresión por medio de los registros de hospitalizaciones y de mortalidad. Durante este periodo, 597 hombres sin antecedentes de enfermedad coronaria o diabetes desarrollaron insuficiencia cardíaca, y 34 murieron.

Los investigadores descubrieron que los hombres que comían pescado azul como arenque, caballa, salmón y trucha alpina, una vez por semana, tenían un riesgo un 12%inferior de desarrollar insuficiencia cardíaca en comparación con aquellos que nunca lo incorporaban.

También constataron el efecto protector asociado con la ingesta de estos ácidos grasos. Así, los varones que consumían en torno a 0.36 g diarios tenían un riesgo un 33% menor de desarrollar insuficiencia cardíaca que aquellos que consumían cantidades ínfimas o que directamente no lo consumían.

Consumo moderado, no excesivo

Dividieron a estos hombres según el consumo de pescados azules y ácidos grasos omega-3 marinos. Los resultados mostraron que el grupo de consumo intermedio, que tomaba una porción a la semana, tenía un 12% menos de riesgo en comparación con quienes nunca lo comían o aquellos que incluían 2 ó 3 porciones por semana. En el caso de los ácidos grasos marinos, también los del grupo intermedio –consumo de 0.36 g diarios– tenían un 33% menos de riesgo de insuficiencia cardíaca en comparación con los que consumían 0.46 ó 0.71 g al día, cuyo riesgo similar a los que no tomaban nada o muy poco.

En palabras de la Dra. Emily Levitan, directora del trabajo, “nuestro estudio muestra que un consumo moderado de pescado azul y de dichos ácidos grasos se asocia con menores tasas de insuficiencia cardíaca en hombres, así como que aquellos que consumen cantidades mayores no consiguen más beneficios”.

Señala que esta relación en forma de U entre el pescado azul, los ácidos grasos omega-3 marinos y la insuficiencia cardíaca fue un descubrimiento inesperado.

“La mayor tasa de insuficiencia cardíaca en hombres que consumían las mayores cantidades de este alimento, siempre en comparación con el consumo moderado, podría ser algo casual. Así, podría tratarse de hombres con problemas de salud que comieran más pescado para intentar mejorar y, por ello, los pescados azules y los ácidos grasos parecen factores de riesgo para la insuficiencia cardíaca. Sospecho que esta es la explicación más probable, pero no podemos estar seguros a partir de estos datos”.

Fuente: European Heart Journal.