Mundo Salud

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lunes, septiembre 24, 2007

Dieta Mediterránea y artritis reumatoidea

Aprender a comer según el estilo mediterráneo podría ayudar a las personas con artritis reumatoide a mejorar los síntomas de su enfermedad. La dieta tradicional de las personas de la región mediterránea suele contener gran cantidad de fruta, vegetales, pescado y aceite de oliva e incluye poca carne roja.

Una serie de estudios relacionó ese estilo de alimentación con un menor riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca, pero también existe cierta evidencia de que es beneficioso para las personas con artritis reumatoide (AR).

La AR se provoca por un ataque equivocado del sistema inmune a la cobertura de las articulaciones, lo que genera inflamación crónica, dolor y entumecimiento. Algunas investigaciones han sugerido que ciertos componentes de la dieta mediterránea, como las grasas saludables del aceite de oliva, tienen efectos antiinflamatorios. Esa dieta también es rica en antioxidantes, lo cual ayuda a proteger a las células corporales de posibles daños.

En el nuevo estudio, publicado en “Annals of the Rheumatic Diseases”, investigadores británicos dividieron a 130 mujeres con artritis reumatoide en dos grupos. Una cohorte recibió clases sobre el estilo mediterráneo de alimentación que incluyeron instrucciones prácticas de cocina. Las otras participantes sólo obtuvieron información dietética por escrito.

Los investigadores hallaron que las mujeres que asistieron a las clases aumentaron su consumo de frutas, vegetales, cereales y grasas monoinsaturadas, el tipo hallado en el aceite de oliva. Asimismo, en los seis meses siguientes, esas mujeres manifestaron sentir menos dolor, entumecimiento matinal y mejor salud general.

En cambio, las participantes que recibieron sólo la información escrita no registraron modificaciones importantes en la alimentación ni tampoco experimentaron mejoras en los síntomas, revela el estudio.

Las mujeres "indudablemente" se beneficiaron de tomar clases prácticas en lugar de simplemente recibir datos por escrito, explica la Dra. Gayle McKellar, directora de la investigación. Las clases parecieron aumentar la confianza de las participantes y también les ofrecieron interacción social.

Fuente: Annals of the Rheumatic Diseases, 2007.