Mundo Salud

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lunes, mayo 21, 2007

La importancia del “colesterol bueno”

La mayoría de la gente cuando escucha la palabra colesterol, inmediatamente lo asocia con un elemento que afecta a la salud. Ha escuchado innumerables veces que si el colesterol está elevado el riesgo de enfermedades cardiovasculares también lo está.

Un concepto también conocido pero menos difundido es el de “colesterol malo” y “colesterol bueno”. Es bueno aclarar entonces que no se trata de 2 sustancias químicas diferentes o que provienen de alimentos también diferentes. Simplemente se designa de ese modo popular a las moléculas de un mismo colesterol pero que tienen 2 destinos diferentes. Mientras que el colesterol “malo” o LDL al encontrarse en exceso puede depositarse en la parte interna de las arterias y dar origen a la enfermedad aterosclerótica (y sus consecuentes daños), no ocurre lo mismo con el colesterol “bueno”. En este caso, se trata de moléculas de colesterol denominadas HDL que se “retiran” de la circulación y son depuradas por el hígado. Es decir, cuantas más moléculas de colesterol salgan de la circulación, menor será el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Ocurre a la inversa con el colesterol malo: cuanto más de estas partículas se hallen presentes en la sangre, mayores las posibilidades de fijación a los vasos sanguíneos.

De este modo, se entiende que el objetivo médico para la prevención de enfermedades vasculares sea el de reducir al mínimo el colesterol LDL (”malo”) y aumentar en lo posible el colesterol HDL (“bueno”).

La mayoría de esfuerzos se habían llevado a cabo sobre el primero de los objetivos, pero en la actualidad ha cobrado nuevamente vigencia el concepto del colesterol-HDL y su importancia.

Más datos

Recientemente, un panel de expertos sobre el tema en los EE.UU. (Programa Nacional de Educación sobre el Colesterol) señaló lo siguiente:

El colesterol-HDL normalmente corresponde al 20-30% del colesterol que circula habitualmente por la sangre.
Un reducción del 1% en las concentraciones de colesterol-HDL se asociaría con un incremento en el 2-3% en el riesgo de cardiopatía.
En estudios que siguen a pacientes durante un largo período observando la evolución de su salud, se constató que el colesterol-HDL sería el factor lípidico más vinculado a enfermedades crónicas.
Las mujeres tienen habitualmente niveles más elevados de colesterol-HDL que los varones.
Se consideran valores bajos de colesterol a los que caen por debajo de 40 mg/dl (algunos autores consideran valores mínimos más elevados).
A tal punto ha cobrado importancia el “colesterol bueno” que muchos especialistas consideran incluso que la relación entre esta forma de colesterol y el colesterol total, es mejor indicador del riesgo cardiovascular que la determinación del colesterol –LDL (“colesterol malo”) solamente.

Fuente: Cardio on line.