Aconsejan tomar en cuenta ciertos recaudos para hacer gimnasia
Hay que vigilar la hidratación y la frecuencia cardíaca, y evitar esfuerzos excesivos.
La actividad física -¿quién lo duda?- tiene múltiples bondades: ayuda a mantener el peso, la flexibilidad de las articulaciones y hasta las capacidades cognitivas; también, a prevenir enfermedades como la diabetes y las cardiopatías. Pero para que la receta dé el resultado esperado, hay que practicarla tomando en cuenta ciertos recaudos.
El ejercicio es una de las mejores herramientas para construir una vida saludable. Sin embargo, su exceso puede conducir al deterioro físico.
Según los especialistas, hay que respetar ciertos umbrales que dependen de la edad, el sexo y el grado de entrenamiento de cada deportista, profesional o amateur.
Más allá de las lesiones por movimientos repetitivos, existen otros factores para tener en cuenta, como las condiciones climáticas. Las altas temperaturas, combinadas con una humedad excesiva, tienen un efecto nocivo en el momento de hacer actividad física.
Un ejemplo de esto es el golpe de calor vinculado con el ejercicio, colapso que puede presentar alteraciones neurológicas graves. Si no se trata inmediatamente, puede ser fatal, ya que la temperatura central (rectal) supera los 40º C.
Para que una práctica sea segura, deben considerarse parámetros tales como la frecuencia, la intensidad, el modo y la duración del ejercicio al que nos sometemos.
Si surgen dudas sobre nuestra condición física, no hay que correr riesgos innecesarios. Quien conduzca las prácticas y quien las realice deberán estar entrenados e informados para que la actividad produzca bienestar, aun en situaciones de competencia y no de mera recreación".
Entre las pautas que ayudan a evitar problemas, se encuentran:
- No comer desde 3 horas antes de iniciar la actividad.
- El mecanismo de la sed es un estímulo tardío: cuando aparece, ya hay algún grado de deshidratación. Por lo tanto, hay que tomar agua antes, durante y después de hacer gimnasia. En general, conviene tomar un cuarto litro o un vaso de agua cada 15 ó 20 minutos.
No tomar bebidas alcohólicas, ya que estimulan la diuresis y aumentan el riesgo de deshidratación.
- Cada persona puede alcanzar determinada frecuencia cardíaca de acuerdo a su edad y condición física, es personal. Cuando uno tiene mucho entrenamiento, su frecuencia cardíaca es menor y puede llegar a niveles más importantes de esfuerzo.
- En verano, conviene realizar actividad física a la mañana o a la noche, y no en los momentos de mayor temperatura.
- Cuando se siente que el ejercicio es algo intenso, quiere decir que se llegó al límite aeróbico habitual.
- No se debe fumar desde 2 horas antes hasta una 1 después de practicar un deporte. El ejercicio produce arritmias que pueden durar horas. De modo que, aunque lo ideal es que no se fume, las personas que sí lo hacen deben tener este cuidado.
- No deben desatenderse síntomas tales como dolor torácico o epigástrico (en la parte superior del estómago), debilidad inexplicable o pérdida de conocimiento. Son señales que indican la necesidad de suspender la actividad y no retomarla hasta no ser evaluado por un especialista. Esto vale especialmente en el caso de los síncopes (desmayos) y aunque se recupere rápidamente la conciencia. El síncope tiene una alta incidencia de muerte súbita vinculada con la actividad física.
Aquel que tuvo un golpe de calor tiene un riesgo aumentado de repetirlo. Sin tratamiento, es un cuadro de alta mortalidad.
Para iniciar o reanudar el entrenamiento, se aconseja una lenta progresión que privilegia el aumento de repeticiones por sobre la intensidad.
Al parecer, aguantar la sed o resistir un esfuerzo superior al indicado no fortalece el espíritu ni rinde mejores dividendos. La exigencia tiene un límite. No hay por qué sufrir al hacer actividad física. El ejercicio tiene que ser dirigido por gente preparada. Por eso, es esencial la creación de protocolos que permitan desarrollar esta actividad aun sin la presencia del médico. Habrá que tener en cuenta situaciones de emergencia en las que haya que utilizar la resucitación cardiopulmonar, las lesiones de columna vertebral y las fracturas.
Fuente: diario La Nación.
La actividad física -¿quién lo duda?- tiene múltiples bondades: ayuda a mantener el peso, la flexibilidad de las articulaciones y hasta las capacidades cognitivas; también, a prevenir enfermedades como la diabetes y las cardiopatías. Pero para que la receta dé el resultado esperado, hay que practicarla tomando en cuenta ciertos recaudos.
El ejercicio es una de las mejores herramientas para construir una vida saludable. Sin embargo, su exceso puede conducir al deterioro físico.
Según los especialistas, hay que respetar ciertos umbrales que dependen de la edad, el sexo y el grado de entrenamiento de cada deportista, profesional o amateur.
Más allá de las lesiones por movimientos repetitivos, existen otros factores para tener en cuenta, como las condiciones climáticas. Las altas temperaturas, combinadas con una humedad excesiva, tienen un efecto nocivo en el momento de hacer actividad física.
Un ejemplo de esto es el golpe de calor vinculado con el ejercicio, colapso que puede presentar alteraciones neurológicas graves. Si no se trata inmediatamente, puede ser fatal, ya que la temperatura central (rectal) supera los 40º C.
Para que una práctica sea segura, deben considerarse parámetros tales como la frecuencia, la intensidad, el modo y la duración del ejercicio al que nos sometemos.
Si surgen dudas sobre nuestra condición física, no hay que correr riesgos innecesarios. Quien conduzca las prácticas y quien las realice deberán estar entrenados e informados para que la actividad produzca bienestar, aun en situaciones de competencia y no de mera recreación".
Entre las pautas que ayudan a evitar problemas, se encuentran:
- No comer desde 3 horas antes de iniciar la actividad.
- El mecanismo de la sed es un estímulo tardío: cuando aparece, ya hay algún grado de deshidratación. Por lo tanto, hay que tomar agua antes, durante y después de hacer gimnasia. En general, conviene tomar un cuarto litro o un vaso de agua cada 15 ó 20 minutos.
No tomar bebidas alcohólicas, ya que estimulan la diuresis y aumentan el riesgo de deshidratación.
- Cada persona puede alcanzar determinada frecuencia cardíaca de acuerdo a su edad y condición física, es personal. Cuando uno tiene mucho entrenamiento, su frecuencia cardíaca es menor y puede llegar a niveles más importantes de esfuerzo.
- En verano, conviene realizar actividad física a la mañana o a la noche, y no en los momentos de mayor temperatura.
- Cuando se siente que el ejercicio es algo intenso, quiere decir que se llegó al límite aeróbico habitual.
- No se debe fumar desde 2 horas antes hasta una 1 después de practicar un deporte. El ejercicio produce arritmias que pueden durar horas. De modo que, aunque lo ideal es que no se fume, las personas que sí lo hacen deben tener este cuidado.
- No deben desatenderse síntomas tales como dolor torácico o epigástrico (en la parte superior del estómago), debilidad inexplicable o pérdida de conocimiento. Son señales que indican la necesidad de suspender la actividad y no retomarla hasta no ser evaluado por un especialista. Esto vale especialmente en el caso de los síncopes (desmayos) y aunque se recupere rápidamente la conciencia. El síncope tiene una alta incidencia de muerte súbita vinculada con la actividad física.
Aquel que tuvo un golpe de calor tiene un riesgo aumentado de repetirlo. Sin tratamiento, es un cuadro de alta mortalidad.
Para iniciar o reanudar el entrenamiento, se aconseja una lenta progresión que privilegia el aumento de repeticiones por sobre la intensidad.
Al parecer, aguantar la sed o resistir un esfuerzo superior al indicado no fortalece el espíritu ni rinde mejores dividendos. La exigencia tiene un límite. No hay por qué sufrir al hacer actividad física. El ejercicio tiene que ser dirigido por gente preparada. Por eso, es esencial la creación de protocolos que permitan desarrollar esta actividad aun sin la presencia del médico. Habrá que tener en cuenta situaciones de emergencia en las que haya que utilizar la resucitación cardiopulmonar, las lesiones de columna vertebral y las fracturas.
Fuente: diario La Nación.
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