Mundo Salud

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jueves, noviembre 09, 2006

Comer poco permite envejecer mejor

Probaron en monos de laboratorio que reduciendo un 30% la ingesta de calorías, éstos estaban más saludables y vivían más tiempo. En humanos, el método les aumentaría la expectativa de vida un 7%.

Michael Mason THE NEW YORK TIMES ESPECIAL.
En el Centro Nacional de Investigaciones sobre Primates, de Wisconsin, Estados Unidos, Matthias, un mono rhesus de 28 años, está perdiendo el vello, tiene panza y su cara se está llenando de arrugas. Está envejeciendo. El promedio de vida para los monos de laboratorio de este tipo es de 27 años.
En una jaula contigua, otro mono de su misma especie, Rudy, es la imagen misma de la vitalidad, a pesar de que es un poco más viejo. Rudy se ve delgado y lleno de energía. "La diferencia entre ambos es marcada", asegura Ricki Colman, científico de este centro y encargado de cuidarlos.
Lo que no es tan evidente es que esta diferencia es el resultado de una simple modificación aplicada a su estilo de vida, que hace posible que Rudy y primates como él puedan vivir más años y de forma muy vital.
Este enfoque, denominado restricción calórica, consiste en ingerir cerca de un 30% menos de calorías que lo normal, aunque recibiendo cantidades suficientes de vitaminas, minerales y otros nutrientes. Al margen de la manipulación genética directa, la restricción calórica es la única estrategia conocida que permite alargar la vida en varias especies.
De qué forma esta drástica dieta afecta al cuerpo fue objeto de intensas investigaciones. Últimamente, todos estos estudios comenzaron a arrojar resultados, a través de un torrente de información que indica que la velocidad con que se envejece es algo elástico, y que puede modificarse.
En este último año se vio que las dietas basadas en baja ingesta de calorías modificaron en varios animales las estructuras moleculares responsables del avance de males como el Alzheimer, la diabetes, el Parkinson, el cáncer y las dolencias coronarias.
Este año, algunos investigadores que se dedican a estudiar los efectos de la dieta en los seres humanos llegaron a decir que la restricción calórica sería más efectiva que la actividad física para prevenir enfermedades relacionadas con la edad.
Los hallazgos ponen en duda viejas creencias culturales y científicas sobre la inevitabilidad del deterioro del cuerpo. Se siguen investigando, de todos modos, nuevos medicamentos para retardar el envejecimiento. Richard Miller, patólogo en la Universidad de Michigan, calculó, haciendo una deducción de todos estos hallazgos recientes en animales, que una píldora capaz de imitar los efectos de la restricción calórica podría llegar a llevar la expectativa de vida de los seres humanos a los 112 años, y en algunos casos a los 140, pese que algunos ven a esta proyección como demasiado optimista.
Ya en 1935, Clive McCay, un nutricionista de la Universidad de Cornell, había descubierto que los ratones alimentados con un 30% menos de calorías vivían un 40% más que sus compañeros de laboratorio con dietas regulares. Los que menos comían eran también más activos y menos proclives a sufrir enfermedades propias de la edad avanzada.
Durante años, científicos subvencionados por el Instituto Nacional del Envejecimiento, de EE.UU., siguieron de cerca a los monos rhesus con dietas hipocalóricas. En la Universidad de Wisconsin, en donde un total de 50 animales sobreviven hoy del grupo original de 76, las diferencias comienzan a advertirse.
A pesar del entusiasmo científico generalizado, la evidencia de que la restricción calórica funciona también en los humanos es indirecta. A pesar de los promisorios resultados obtenidos gracias a los estudios de primates, algunos científicos dudan de que la restricción calórica funcione realmente en los seres humanos.
Un modelo matemático publicado en 2005 por investigadores de la Universidad de California y Los Angeles, vaticinó que el máximo aumento en la expectativa de vida de los humanos gracias a una dieta con menos calorías sería de un 7%.

Desde hace varias décadas los científicos vienen estudiando los beneficios de la restricción calórica. En animales se han observado resultados asombrosos. Hay más polémica cuando se trata de seres humanos. No obstante, la mayoría concuerda en que este método reduciría el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes. En cuanto al retraso del envejecimiento celular, muchos creen que con menos calorías se generan menor cantidad de radicales libres, culpables de dañar a las células. También se piensa que la escasez de calorías activa un gen de protección celular. Y está la experiencia: todos saben que comer en exceso es mortal.

Nueva York: quieren incluir las calorías en los menúes
THE NEW YORK TIMES ESPECIAL
Sin duda, no todas las personas que piden una hamburguesa o una pizza realmente quieren saber con exactitud cuántas calorías están consumiendo. Probablemente sean más de las que deberían.
Sin embargo, la Junta de Salud de la Ciudad de Nueva York, el árbitro de las reglas de salud pública de la ciudad, está considerando un plan: pedirles a unos 20.000 restoranes de Nueva York que incluyan las calorías en los menúes. La idea es ofrecerles a los comensales una dosis de realidad junto con sus papas fritas.
La propuesta se perdió en medio de la otra recomendación que está considerando la Junta: prohibir que los restoranes de la ciudad sirvan alimentos que contengan más de una pequeña cantidad de grasas trans, los ingredientes modificados químicamente que, según médicos y nutricionistas, aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas.
Pero el Departamento de Salud e Higiene Mental también piensa crear el sistema más riguroso del país en materia de revelación de calorías en los restoranes. El plan está destinado a combatir lo que se considera una epidemia de obesidad.
"Presentar la información de nutrición en los menúes de los restoranes les permite a los clientes elegir mejor qué van a comer", dice el departamento en una descripción de la propuesta.
Las dos iniciativas pusieron a Nueva York al frente de un debate nacional sobre el alcance de las políticas públicas en lo que concierne a mejorar las dietas de la población. Mientras que los defensores de la salud dicen que la propuesta de incluir las calorías en los menúes llega tarde, los dueños de los restoranes la consideran injusta y poco práctica, y hay quienes sostienen que se entromete en la libertad de expresión y la empresa privada.
Los funcionarios del área de Salud dicen que sólo el 10% de los restoranes de la ciudad se verían afectados. Pero entre ellos figuran muchas cadenas populares, como McDonald's, Kentucky Fried Chicken y Dunkin' Donuts, que mecanizaron la comida rápida, diseñando sistemas que aseguran que cada componente de cada porción es el mismo.
Varios restoranes objetaron la propuesta oficial. "Las pizzas son todas hechas por seres humanos", sostuvo Tim McIntyre, vocero de la cadena Domino's Pizza. "Una desviación inocente de los ingredientes de una porción de pizza afectaría la precisión de las calorías publicadas".
La propuesta que se presentó a la Junta parece reconocer el problema de ofrecer información calórica completa para variaciones complejas de sabor e ingredientes. Requeriría además difundir "el contenido promedio para todos los sabores o variedades", pero las autoridades sanitarias no explicaron exactamente en qué consistiría.

Fuente: diario Clarín.