Cirugías contra la obesidad: ya se hicieron 7.000 y hay muchos en espera
Sólo en el Hospital Argerich hay 500 esperando turno para entrar al quirófano. Pese al furor, los médicos advierten que las operaciones no son para todos.
Los sueños que disparó "El Diego" fueron mucho más allá de la belleza de su fútbol. Hace dos años, cuando una operación logró devorarle casi 50 kilos y lo entregó a la pantalla chica con su figura de antaño, muchos obesos empezaron a pensar en esas intervenciones como el remedio a todos sus males.
Según cifras difundidas en el último Congreso Argentino de Cirugía, en el país ya se hicieron unas 7.000 cirugías, hay más de 100 amparos presentados ante la Justicia para acceder a esos tratamientos a través de obras sociales o prepagas y hay unas 500 personas esperando turno para operarse en el Argerich.
Sin embargo, los expertos advierten que estos tratamientos quirúrgicos tienen indicaciones precisas y que no son para todos. "A partir de la cirugía de Maradona se creó una gran expectativa entre los pacientes obesos que no sabían de la existencia de estas técnicas para tratar la obesidad mórbida.
Sin embargo, su caso también disparó gran cantidad de información inexacta que desinformó a mucha gente", dice el doctor Oscar Brasesco, director de Obesidad & Cirugía Mini Invasiva, del Hospital Austral.
Estos procedimientos, sigue Brasesco, "se hacen en Estados Unidos desde hace muchos años, son seguros y tienen muy buenos resultados, pero para que sean exitosos es fundamental que sean realizados a pacientes que han tenido una estricta selección previa y que son candidatos a cirugía"."
Hay indicaciones precisas para decidir estas operaciones, pero también contraindicaciones absolutas, como el caso de adictos y alcohólicos no recuperados.
Cuando se opera a pacientes sin indicación es probable que haya un fracaso".
En el último tiempo, la reaparición de Maradona con algunos kilos de más despertó dudas sobre la eficacia real de estas operaciones. "Diego está bien. Había aumentado unos 4 kilos hace unos meses porque viajaba mucho y no pudo sostener las dietas, pero ya los bajó, se cuida, come de todo pero poco y hace mucho deporte. Juega al tenis todos los días", dijo a Clarín, su médico Alfredo Cahe.
Algunos expertos creen que Maradona no era candidato a esa cirugía por su adicción a las drogas. "Cuando llegamos a Colombia hacía un año y medio que no consumía y se preparó mucho antes de operarse", aseguró Cahe. El hecho es que el efecto Maradona generó una revolución entre los obesos y disparó un debate a nivel jurídico e institucional.
"En Argentina la obesidad no es considerada una enfermedad. El Plan Médico Obligatorio no la contempla y la mayoría de las obras sociales y prepagas no cubren estas operaciones. Sólo algunos planes con cuotas de 800, 900 pesos las contemplan. Por eso crecen los reclamos judiciales. Sólo en nuestro estudio ya presentamos un centenar de amparos por by-pass gástrico e hicimos más de 40 intimaciones ante el Ministerio de Salud y las prepagas", dice el abogado Jorge Monastersky, especialista en obesidad.
"Hay mucho lobby por parte de las empresas para que no se reconozca esta enfermedad porque los medicamentos son muy caros. Más allá del costo de las operaciones, no quieren pagar los descuentos que corresponden. Pero tanto la sociedad como los jueces están tomando conciencia y cada vez tenemos más dictámenes favorables. Los criterios están cambiando", asegura.
Es indiscutible que el acceso a la salud es un derecho de todos. Pero los médicos también miran el tema desde otro lugar. "No todos los obesos mórbidos pueden someterse a estos procedimientos", dice Rudolf Buxhoeveden, especialista en cirugía de esófago, estómago y duodeno del Alemán. "La evaluación de un grupo interdisciplinario es fundamental para definir si un paciente es candidato a cirugía y cuál técnica es mejor para él", agrega. "Hay varios aspectos a tener en cuenta: el paciente debe haber fracasado en diferentes dietas, debe tener enfermedades asociadas y debe estar dispuesto a cambiar hábitos alimentarios y pautas de comportamiento.
No hay magia: después de la operación sigue el esfuerzo. Y un psiquiatra debe evaluar si el paciente está apto para sostener el posoperatorio. Si el especialista nos dice que no lo va a poder cumplir no lo operamos", asegura el doctor Luis Chiappetta, del Argerich, donde ya operaron a 180 personas y ya tienen turnos dados hasta fines de este año.
Fuente: diario Clarín.
Los sueños que disparó "El Diego" fueron mucho más allá de la belleza de su fútbol. Hace dos años, cuando una operación logró devorarle casi 50 kilos y lo entregó a la pantalla chica con su figura de antaño, muchos obesos empezaron a pensar en esas intervenciones como el remedio a todos sus males.
Según cifras difundidas en el último Congreso Argentino de Cirugía, en el país ya se hicieron unas 7.000 cirugías, hay más de 100 amparos presentados ante la Justicia para acceder a esos tratamientos a través de obras sociales o prepagas y hay unas 500 personas esperando turno para operarse en el Argerich.
Sin embargo, los expertos advierten que estos tratamientos quirúrgicos tienen indicaciones precisas y que no son para todos. "A partir de la cirugía de Maradona se creó una gran expectativa entre los pacientes obesos que no sabían de la existencia de estas técnicas para tratar la obesidad mórbida.
Sin embargo, su caso también disparó gran cantidad de información inexacta que desinformó a mucha gente", dice el doctor Oscar Brasesco, director de Obesidad & Cirugía Mini Invasiva, del Hospital Austral.
Estos procedimientos, sigue Brasesco, "se hacen en Estados Unidos desde hace muchos años, son seguros y tienen muy buenos resultados, pero para que sean exitosos es fundamental que sean realizados a pacientes que han tenido una estricta selección previa y que son candidatos a cirugía"."
Hay indicaciones precisas para decidir estas operaciones, pero también contraindicaciones absolutas, como el caso de adictos y alcohólicos no recuperados.
Cuando se opera a pacientes sin indicación es probable que haya un fracaso".
En el último tiempo, la reaparición de Maradona con algunos kilos de más despertó dudas sobre la eficacia real de estas operaciones. "Diego está bien. Había aumentado unos 4 kilos hace unos meses porque viajaba mucho y no pudo sostener las dietas, pero ya los bajó, se cuida, come de todo pero poco y hace mucho deporte. Juega al tenis todos los días", dijo a Clarín, su médico Alfredo Cahe.
Algunos expertos creen que Maradona no era candidato a esa cirugía por su adicción a las drogas. "Cuando llegamos a Colombia hacía un año y medio que no consumía y se preparó mucho antes de operarse", aseguró Cahe. El hecho es que el efecto Maradona generó una revolución entre los obesos y disparó un debate a nivel jurídico e institucional.
"En Argentina la obesidad no es considerada una enfermedad. El Plan Médico Obligatorio no la contempla y la mayoría de las obras sociales y prepagas no cubren estas operaciones. Sólo algunos planes con cuotas de 800, 900 pesos las contemplan. Por eso crecen los reclamos judiciales. Sólo en nuestro estudio ya presentamos un centenar de amparos por by-pass gástrico e hicimos más de 40 intimaciones ante el Ministerio de Salud y las prepagas", dice el abogado Jorge Monastersky, especialista en obesidad.
"Hay mucho lobby por parte de las empresas para que no se reconozca esta enfermedad porque los medicamentos son muy caros. Más allá del costo de las operaciones, no quieren pagar los descuentos que corresponden. Pero tanto la sociedad como los jueces están tomando conciencia y cada vez tenemos más dictámenes favorables. Los criterios están cambiando", asegura.
Es indiscutible que el acceso a la salud es un derecho de todos. Pero los médicos también miran el tema desde otro lugar. "No todos los obesos mórbidos pueden someterse a estos procedimientos", dice Rudolf Buxhoeveden, especialista en cirugía de esófago, estómago y duodeno del Alemán. "La evaluación de un grupo interdisciplinario es fundamental para definir si un paciente es candidato a cirugía y cuál técnica es mejor para él", agrega. "Hay varios aspectos a tener en cuenta: el paciente debe haber fracasado en diferentes dietas, debe tener enfermedades asociadas y debe estar dispuesto a cambiar hábitos alimentarios y pautas de comportamiento.
No hay magia: después de la operación sigue el esfuerzo. Y un psiquiatra debe evaluar si el paciente está apto para sostener el posoperatorio. Si el especialista nos dice que no lo va a poder cumplir no lo operamos", asegura el doctor Luis Chiappetta, del Argerich, donde ya operaron a 180 personas y ya tienen turnos dados hasta fines de este año.
Fuente: diario Clarín.
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