Suspensión de aspirina y riesgo cardiovascular
La interrupción del tratamiento con aspirina aumenta el riesgo cardiaco en pacientes coronarios.
En un metaanálisis italiano, la interrupción del tratamiento o la no adherencia se asoció a un aumento del 82% de eventos cardiacos
Los pacientes con enfermedad arterial coronaria que interrumpen el tratamiento con aspirina se enfrentan a un riesgo mayor de eventos cardiacos, según se desprende de un estudio de la Universidad de Turín (Italia) publicado en “European Heart Journal” (2006).
Los investigadores llevaron a cabo una revisión sistemática y un metaanálisis de seis estudios publicados, con más de 50.000 casos incluidos, para evaluar el riesgo de la interrupción o la no adherencia al tratamiento con aspirina en pacientes en riesgo o con enfermedad arterial coronaria ya instalada.
El riesgo se incrementó 2,2 veces cuando la interrupción o la no adherencia se producía antes de cirugía cardiaca. Se registró una media de 10,6 días entre la interrupción del tratamiento y la aparición de eventos trombóticos.
Los autores concluyen que dicho tratamiento en estos pacientes no debe ser interrumpido, tampoco antes de la cirugía, con la excepción de la cirugía intracraneal y posiblemente de la prostatectomía transuretral, ya que el riesgo de sangrado es claramente superado por los riesgos trombóticos cardiovasculares.
Fuente: Jano on line.
En un metaanálisis italiano, la interrupción del tratamiento o la no adherencia se asoció a un aumento del 82% de eventos cardiacos
Los pacientes con enfermedad arterial coronaria que interrumpen el tratamiento con aspirina se enfrentan a un riesgo mayor de eventos cardiacos, según se desprende de un estudio de la Universidad de Turín (Italia) publicado en “European Heart Journal” (2006).
Los investigadores llevaron a cabo una revisión sistemática y un metaanálisis de seis estudios publicados, con más de 50.000 casos incluidos, para evaluar el riesgo de la interrupción o la no adherencia al tratamiento con aspirina en pacientes en riesgo o con enfermedad arterial coronaria ya instalada.
El riesgo se incrementó 2,2 veces cuando la interrupción o la no adherencia se producía antes de cirugía cardiaca. Se registró una media de 10,6 días entre la interrupción del tratamiento y la aparición de eventos trombóticos.
Los autores concluyen que dicho tratamiento en estos pacientes no debe ser interrumpido, tampoco antes de la cirugía, con la excepción de la cirugía intracraneal y posiblemente de la prostatectomía transuretral, ya que el riesgo de sangrado es claramente superado por los riesgos trombóticos cardiovasculares.
Fuente: Jano on line.
1 Comments:
At 6:05 a.m., Anónimo said…
I inclination not agree on it. I over nice post. Particularly the appellation attracted me to study the unscathed story.
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